24 Julio 2011
Aquí late fuerte el corazón cafayateño
En la esquina encantada de la ciudad se erige un espacio cultural de primer nivel, que enriquece y fortalece la región. Se trata de dos salas, plenas de estímulos visuales, sonoros, interactivos, entretenidos y dinámicos, sobre la historia y las características de los viñedos en los Valles Calchaquíes. Video.
EL PATIO Y LA PÉRGOLA. Nexos de las dos salas del museo, que les rinde tributo al agua y al sol con dos alegorías en este sector. LA GACETA / FOTOS DE ALVARO MEDINA
CAFAYATE (Enviado especial).- "Sí señor, sí señor, el vino puede sacar cosas que el hombre se calla, que deberían salir cuando el hombre bebe agua..." El poema de Alberto Cortez y del trágicamente fallecido Facundo Cabral es uno de los miles que poetas, compositores y cantores le dedicaron a la bebida más característica de esta tierra, la que se obtiene del codiciado fruto de la vid. Imbuido de ese espíritu, en la esquina encantada de Cafayate -Güemes Sur y Fermín Perdiguero- se encuentra el Museo de la Vid y el Vino.
El establecimiento no sólo representa un atractivo turístico de primer nivel, que enriquece y fortalece la región. También propone una muestra dinámica e interactiva sobre la historia y las características de los viñedos de altura de los Valles Calchaquíes.
Cuatro años
"El museo fue concebido y diseñado a lo largo de más de cuatro años de trabajo como un ámbito que promueve el conocimiento, y para que cada persona que lo recorra y se interne en sus áreas no sólo se sienta espectador de una atractiva propuesta sino también protagonista", explicó a LA GACETA, Adriana Rodríguez Balut, directora de la institución.
La amable funcionaria -y futura mamá- oriunda de Salta detalló que el proyecto fue creado y desarrollado por un equipo interdisciplinario, dirigido por Héctor Berra y Gustavo Borlasca, los mismos que idearon el museo de Boca Juniors, el de River Plate y los de otras entidades importantes del país y del exterior.
Rodríguez Balut accedió a su cargo por medio de un concurso -es enóloga y licenciada en Psicología-. Enfatizó que el museo apuesta por la creatividad, con recursos escénicos y audiovisuales puestos al servicio de expresar el contrapunto entre la tradición y la tecnología, la poesía y el trabajo, la naturaleza y el hombre, los secretos ancestrales de la tierra y los modernos procesos industriales. Por eso está a la vanguardia de los museos temáticos argentinos. "Además, ya está posicionado como uno de los más originales e innovadores museos dedicados al vino en el mundo. Demandó una inversión de entre $7 y $ 8 millones", reveló.
"El 20% de los fondos fueron aportados por la Nación y el 80% por la provincia de Salta. La iniciativa se gestó y proyectó entre 2007 y 2008, durante el gobierno de Juan Carlos Romero, pero la obra se construyó y concluyó en la administración del actual gobernador Juan Manuel Urtubey. Se inauguró el 11 de marzo pasado", aclaró la rubia funcionaria.
Dos salas cobijan las distintas exhibiciones que conforman el museo. Son dos volúmenes arquitectónicos que dialogan entre sí gracias a un patio donde se les rinde homenaje al agua y al sol.
Estos espacios cobijan las dos áreas temáticas, núcleos argumentales o "ejes narrativos" con los que el museo presenta al público sus contenidos: La 1 (Memoria de la Vid) y la 2 (Memoria del Vino).
Enólogas billingües
Cinco señoritas, bilingües, licenciadas en Turismo y estudiantes de Enología y de Francés, atienden el local, la boletería y una oficina de informes turísticos. Allí se detalla con precisión la ruta del vino en los Valles Calchaquíes, compuesta por 25 bodegas de altura. La más alta es Viñas de Payogasta (km 4.509 de la ruta nacional 40, pasando Cachi).
Visitar el museo cuesta $30. Los nativos de Salta sólo deben abonar $10, al igual que los menores. En tanto, los jubilados y los estudiantes universitarios disponen de acceso sin cargo.
"Pero... ¡qué lindo es el vino! El que se bebe en la casa del que está limpio por dentro y tiene brillando el alma. Que nunca le tiembla el pulso cuando pulsa una guitarra, que no le falta un amigo ni noches para gastarlas. Que cuando tiene un pecado, siempre se nota en su cara. Que bebe el vino por vino y bebe el agua por agua...".
El establecimiento no sólo representa un atractivo turístico de primer nivel, que enriquece y fortalece la región. También propone una muestra dinámica e interactiva sobre la historia y las características de los viñedos de altura de los Valles Calchaquíes.
Cuatro años
"El museo fue concebido y diseñado a lo largo de más de cuatro años de trabajo como un ámbito que promueve el conocimiento, y para que cada persona que lo recorra y se interne en sus áreas no sólo se sienta espectador de una atractiva propuesta sino también protagonista", explicó a LA GACETA, Adriana Rodríguez Balut, directora de la institución.
La amable funcionaria -y futura mamá- oriunda de Salta detalló que el proyecto fue creado y desarrollado por un equipo interdisciplinario, dirigido por Héctor Berra y Gustavo Borlasca, los mismos que idearon el museo de Boca Juniors, el de River Plate y los de otras entidades importantes del país y del exterior.
Rodríguez Balut accedió a su cargo por medio de un concurso -es enóloga y licenciada en Psicología-. Enfatizó que el museo apuesta por la creatividad, con recursos escénicos y audiovisuales puestos al servicio de expresar el contrapunto entre la tradición y la tecnología, la poesía y el trabajo, la naturaleza y el hombre, los secretos ancestrales de la tierra y los modernos procesos industriales. Por eso está a la vanguardia de los museos temáticos argentinos. "Además, ya está posicionado como uno de los más originales e innovadores museos dedicados al vino en el mundo. Demandó una inversión de entre $7 y $ 8 millones", reveló.
"El 20% de los fondos fueron aportados por la Nación y el 80% por la provincia de Salta. La iniciativa se gestó y proyectó entre 2007 y 2008, durante el gobierno de Juan Carlos Romero, pero la obra se construyó y concluyó en la administración del actual gobernador Juan Manuel Urtubey. Se inauguró el 11 de marzo pasado", aclaró la rubia funcionaria.
Dos salas cobijan las distintas exhibiciones que conforman el museo. Son dos volúmenes arquitectónicos que dialogan entre sí gracias a un patio donde se les rinde homenaje al agua y al sol.
Estos espacios cobijan las dos áreas temáticas, núcleos argumentales o "ejes narrativos" con los que el museo presenta al público sus contenidos: La 1 (Memoria de la Vid) y la 2 (Memoria del Vino).
Enólogas billingües
Cinco señoritas, bilingües, licenciadas en Turismo y estudiantes de Enología y de Francés, atienden el local, la boletería y una oficina de informes turísticos. Allí se detalla con precisión la ruta del vino en los Valles Calchaquíes, compuesta por 25 bodegas de altura. La más alta es Viñas de Payogasta (km 4.509 de la ruta nacional 40, pasando Cachi).
Visitar el museo cuesta $30. Los nativos de Salta sólo deben abonar $10, al igual que los menores. En tanto, los jubilados y los estudiantes universitarios disponen de acceso sin cargo.
"Pero... ¡qué lindo es el vino! El que se bebe en la casa del que está limpio por dentro y tiene brillando el alma. Que nunca le tiembla el pulso cuando pulsa una guitarra, que no le falta un amigo ni noches para gastarlas. Que cuando tiene un pecado, siempre se nota en su cara. Que bebe el vino por vino y bebe el agua por agua...".