Por Daniel Fernández
15 Julio 2011
PASO A PASO. Luego de varios meses, la guitarra va tomando forma
Con paciencia infinita sus manos trabajan sobre la madera; le dan forma, día a día; cada pieza se agrega con exactitud milimétrica. En un ambiente de trabajo ameno, los alumnos reciben de sus maestros los secretos para que, luego de varios meses, la madera cobre vida y se transforme en una guitarra, en un violín, en un violonchelo, con un sonido único, con alma propia, que luego un músico fundirá con la suya.
En el taller de la Escuela de Luthiers, que depende de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), a pesar de la presencia del equipo de LA GACETA los alumnos no se distraen y siguen concentrados en la construcción de los instrumentos.
Formadora de maestros de luthería desde hace 60 años, la escuela cuenta con más de 200 alumnos y cada año se inscriben más de 60. Al tratarse de la única escuela universitaria de Sudamérica hay estudiantes que vienen de toda la Argentina, de Chile, de Bolivia, de Venezuela, de Colombia y hasta de Israel.
Protagonistas
"Los egresados que salen de la escuela están trabajando muy bien en todas partes del mundo", destaca Juan Alonso, maestro luthier y profesor. Una vez egresados, algunos abren sus propios talleres, otros continúan su especialización en Europa o trabajan en las principales orquestas del mundo. También están los que se dedican a la docencia.
Pero, ¿cuál es el objetivo de un luthier? Según Sergio Lobo, profesor y maestro luthier, el objetivo es buscar siempre un proyecto de sonido. Porque no sólo basta con construir; un luthier debe darle características sonoras especiales al instrumento creado. "Es lo que buscan los músicos profesionales", precisó Lobo.
Licenciatura
Alonso adelantó que han presentado un proyecto para que la carrera brinde el título de licenciado, ya que por ahora sólo reciben el de técnico.
Para alcanzar el título de "Maestro Técnico Luthier" en instrumentos cordófonos los alumnos necesitan recorrer un largo camino de cinco años, con tres horas de taller por día y cuatro materia teóricas por curso. En primer año deberán construir una guitarra, en segundo y tercero un violín, por cada año, en cuarto una viola y en quinto un violonchelo.
Alonso destaca que en Cafayate (a cargo de Federico Cosentino) y en Buenos Aires funcionan escuelas técnicas de luthería dirigidas por egresados de la escuela tucumana. En el caso de Cafayate, durante los dos primeros años recibió la colaboración y asesoramiento de Alonso.
Lobo explica que los instrumentos hechos en forma industrial son para músicos que recién empiezan o para estudiantes. Mientras que los realizados por luthiers son artesanales, con un sonido único, que es el que buscan los músicos. "Durante los 60 años de vida la escuela le ha dado importancia a la construcción artesanal", remarcó el profesor para explicar la diferencia con los industriales.
Mientras las entrevistas transcurren y el camarógrafo se mueve por el taller, nadie detiene su trabajo, lento, preciso y constante. Aunque deberán esperar varios meses, todos sueñan con el día en que esos pedazos de madera tomarán la forma deseada y cobrarán vida para que un músico haga emocionar a su público con un sonido único, envolvente y especial.
El "Cavaliere" de los luthiers
La Escuela de Luthería de Tucumán fue fundada hace 60 años por el italiano Alfredo del Lungo. En 1949 vino a la provincia y asumió como luthier de la orquesta sinfónica de la UNT. En 1950 creó la Escuela de Luthería, que comenzó a funcionar un año más tarde. Se destacó por haber salvado la colección de instrumentos musicales de los Médicis y por haber reconstruido la famosa Viola Medicea, creada por Stradivarius en 1690. El Gobierno de Italia le confirió el título de "Cavaliere". Falleció en 1994, en Tucumán. Desde 2001 la escuela está bajo la dirección del maestro Antonio Leiva, discípulo de Del Lungo, y funciona en la Facultad de Artes de la UNT, en Buenos Aires 756. (Fuente: Juan Alonso)
Una carrera de cinco años
El plan de estudios de la Escuela de Luthería consta de dos cursos: "Maestro Constructor y reparador de Guitarra", de dos años de duración; y "Maestro Técnico Luthier", de cinco años. Las materias teóricas son luthería teórica, botánica, teoría y solfeo, dibujo artístico, física, química, historia de la música y la luthería e historia del arte. En cuanto a las materias prácticas, en el taller los alumnos deberán construir un instrumento de cuerdas por año: una guitarra, dos violines, una viola y un violonchelo. (Fuente: Juan Alonso)
En el taller de la Escuela de Luthiers, que depende de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), a pesar de la presencia del equipo de LA GACETA los alumnos no se distraen y siguen concentrados en la construcción de los instrumentos.
Formadora de maestros de luthería desde hace 60 años, la escuela cuenta con más de 200 alumnos y cada año se inscriben más de 60. Al tratarse de la única escuela universitaria de Sudamérica hay estudiantes que vienen de toda la Argentina, de Chile, de Bolivia, de Venezuela, de Colombia y hasta de Israel.
Protagonistas
"Los egresados que salen de la escuela están trabajando muy bien en todas partes del mundo", destaca Juan Alonso, maestro luthier y profesor. Una vez egresados, algunos abren sus propios talleres, otros continúan su especialización en Europa o trabajan en las principales orquestas del mundo. También están los que se dedican a la docencia.
Pero, ¿cuál es el objetivo de un luthier? Según Sergio Lobo, profesor y maestro luthier, el objetivo es buscar siempre un proyecto de sonido. Porque no sólo basta con construir; un luthier debe darle características sonoras especiales al instrumento creado. "Es lo que buscan los músicos profesionales", precisó Lobo.
Licenciatura
Alonso adelantó que han presentado un proyecto para que la carrera brinde el título de licenciado, ya que por ahora sólo reciben el de técnico.
Para alcanzar el título de "Maestro Técnico Luthier" en instrumentos cordófonos los alumnos necesitan recorrer un largo camino de cinco años, con tres horas de taller por día y cuatro materia teóricas por curso. En primer año deberán construir una guitarra, en segundo y tercero un violín, por cada año, en cuarto una viola y en quinto un violonchelo.
Alonso destaca que en Cafayate (a cargo de Federico Cosentino) y en Buenos Aires funcionan escuelas técnicas de luthería dirigidas por egresados de la escuela tucumana. En el caso de Cafayate, durante los dos primeros años recibió la colaboración y asesoramiento de Alonso.
Lobo explica que los instrumentos hechos en forma industrial son para músicos que recién empiezan o para estudiantes. Mientras que los realizados por luthiers son artesanales, con un sonido único, que es el que buscan los músicos. "Durante los 60 años de vida la escuela le ha dado importancia a la construcción artesanal", remarcó el profesor para explicar la diferencia con los industriales.
Mientras las entrevistas transcurren y el camarógrafo se mueve por el taller, nadie detiene su trabajo, lento, preciso y constante. Aunque deberán esperar varios meses, todos sueñan con el día en que esos pedazos de madera tomarán la forma deseada y cobrarán vida para que un músico haga emocionar a su público con un sonido único, envolvente y especial.
El "Cavaliere" de los luthiers
La Escuela de Luthería de Tucumán fue fundada hace 60 años por el italiano Alfredo del Lungo. En 1949 vino a la provincia y asumió como luthier de la orquesta sinfónica de la UNT. En 1950 creó la Escuela de Luthería, que comenzó a funcionar un año más tarde. Se destacó por haber salvado la colección de instrumentos musicales de los Médicis y por haber reconstruido la famosa Viola Medicea, creada por Stradivarius en 1690. El Gobierno de Italia le confirió el título de "Cavaliere". Falleció en 1994, en Tucumán. Desde 2001 la escuela está bajo la dirección del maestro Antonio Leiva, discípulo de Del Lungo, y funciona en la Facultad de Artes de la UNT, en Buenos Aires 756. (Fuente: Juan Alonso)
Una carrera de cinco años
El plan de estudios de la Escuela de Luthería consta de dos cursos: "Maestro Constructor y reparador de Guitarra", de dos años de duración; y "Maestro Técnico Luthier", de cinco años. Las materias teóricas son luthería teórica, botánica, teoría y solfeo, dibujo artístico, física, química, historia de la música y la luthería e historia del arte. En cuanto a las materias prácticas, en el taller los alumnos deberán construir un instrumento de cuerdas por año: una guitarra, dos violines, una viola y un violonchelo. (Fuente: Juan Alonso)
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