11 Julio 2011
TODO DE A DOS. Uno de los grupos de mellizos de los cientos que participaron este fin de semana en el festival que se realizó en Famaillá. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL
Todo es doble. Las alegrías, las travesuras, las sensaciones, las confusiones... ¿Qué mellizo no tomó dos veces la mamadera, mientras su hermano se quedaba con hambre? Lourdes y Karina Gómez, 24 años, correntinas y dos gotas de agua, se miran y sueltan una carcajada. Acaban de recordar una anécdota: "en primer grado una copiaba los deberes de las dos; cuando la maestra se dio cuenta tenía que hacer repetir el grado a la que no sabía. Pero como no queríamos que nos separaran, nos arreglamos para quedar de grado las dos. Durante toda la secundaria nos llevamos siempre las mismas materias".
Durante el fin de semana, el famaillense que haya bebido un poco más de la cuenta de seguro no volverá a hacerlo. En la tierra de los mellizos famosos de la política -Enrique y José Orellana, intendente de Famaillá y legislador-más de un millar de parejas se dieron cita para disfrutar de un fin de semana comiendo empanadas y participando en concursos y bailes. El viernes por la noche un ejército de mellizos recorrió las calles en un desfile inédito, y el sábado los mismos protagonistas mostraron sus dotes artísticas en tres escenarios dispuestos en tres esquinas de la plaza principal, en forma simultánea: uno dedicado a la música folclórica, otro a las danzas y otro a la música popular.
Miles de caras iguales, con el mismo corte de pelo e idéntico vestuario, provocaron mareos a más de un transeúnte desprevenido. Llegaron de Buenos Aires, Corrientes, Chaco y hasta de Brasil, además de cada rincón de Tucumán. En Famaillá se alojaron en dos hoteles y en casas particulares.
Ezequiel y Joaquín Gallardo, de 20 años, vecinos de San Cosme, una localidad cercana a la capital correntina, se "largaron" a Famaillá apenas se enteraron de la convocatoria. "Nosotros somos muy distintos, yo soy simpático y él es más serio; a mí me gusta ver fútbol y a él telenovelas", reniega Ezequiel, aunque reconoce que los dos son hinchas de Boca. Pero a las chicas no les importan tantos detalles. Por eso, cuando Joaquín termina una relación amorosa no tiene problema en que su hermano la continúe. "¡Y todos contentos!", concluyen.
Los "Chaplines"
A veces, los mellizos logran engañar al propio destino, generando coincidencias increíbles. Por ejemplo, ellos se casaron con dos Beatriz - Mercedes Beatriz y Dora Beatriz. Tuvieron dos suegros y dos cuñados llamados Carlos. Sus dos suegros fallecieron con la misma enfermedad. Creer o reventar. Juan y Miguel Aguirre, los archiconocidos Chaplín-Chaplín, coleccionan cientos de coincidencias como esas. Entre ellos hay una conexión muy especial. "Una vez mi hermano se quebró la pierna. Lloraba de dolor. A esa misma hora, a mí me empezó a doler la pierna, ¡en el mismo lugar!", sorprende Juan (¿o Miguel?).
En la escuela, uno era más estudioso que otro. A Juan le encantaba la historia, así que siempre pasaba a dar dos veces la misma lección. A Miguel, en cambio, le fascinaban los deportes y fue siete veces campeón argentino de lucha libre. "Una vez tenía que competir pero estaba un poquito excedido de peso, así que lo mandé a pesar a mi hermano que era más liviano", cuenta entre risas. Para las fotos, los dos "Chaplines" posaron con Benjamín y Tomás, de cinco años, la nueva generación de Carlitos, que además son sus sobrinos.
Y finalmente, los anfitriones: José y Enrique, distintos y complementarios. Comenzaron a trabajar juntos a los siete años, como lustrabotas. También vendían en la calle el pan que amasaba su mamá -Dolores- en invierno, y, en verano, los inolvidables achilatas. Cuando crecieron y se dedicaron a la política el mismo ejercicio de cooperación les valió para ser dos veces legisladores y otras dos intendentes. Como cuando eran chicos, siguen intercambiando sus roles.
Durante el fin de semana, el famaillense que haya bebido un poco más de la cuenta de seguro no volverá a hacerlo. En la tierra de los mellizos famosos de la política -Enrique y José Orellana, intendente de Famaillá y legislador-más de un millar de parejas se dieron cita para disfrutar de un fin de semana comiendo empanadas y participando en concursos y bailes. El viernes por la noche un ejército de mellizos recorrió las calles en un desfile inédito, y el sábado los mismos protagonistas mostraron sus dotes artísticas en tres escenarios dispuestos en tres esquinas de la plaza principal, en forma simultánea: uno dedicado a la música folclórica, otro a las danzas y otro a la música popular.
Miles de caras iguales, con el mismo corte de pelo e idéntico vestuario, provocaron mareos a más de un transeúnte desprevenido. Llegaron de Buenos Aires, Corrientes, Chaco y hasta de Brasil, además de cada rincón de Tucumán. En Famaillá se alojaron en dos hoteles y en casas particulares.
Ezequiel y Joaquín Gallardo, de 20 años, vecinos de San Cosme, una localidad cercana a la capital correntina, se "largaron" a Famaillá apenas se enteraron de la convocatoria. "Nosotros somos muy distintos, yo soy simpático y él es más serio; a mí me gusta ver fútbol y a él telenovelas", reniega Ezequiel, aunque reconoce que los dos son hinchas de Boca. Pero a las chicas no les importan tantos detalles. Por eso, cuando Joaquín termina una relación amorosa no tiene problema en que su hermano la continúe. "¡Y todos contentos!", concluyen.
Los "Chaplines"
A veces, los mellizos logran engañar al propio destino, generando coincidencias increíbles. Por ejemplo, ellos se casaron con dos Beatriz - Mercedes Beatriz y Dora Beatriz. Tuvieron dos suegros y dos cuñados llamados Carlos. Sus dos suegros fallecieron con la misma enfermedad. Creer o reventar. Juan y Miguel Aguirre, los archiconocidos Chaplín-Chaplín, coleccionan cientos de coincidencias como esas. Entre ellos hay una conexión muy especial. "Una vez mi hermano se quebró la pierna. Lloraba de dolor. A esa misma hora, a mí me empezó a doler la pierna, ¡en el mismo lugar!", sorprende Juan (¿o Miguel?).
En la escuela, uno era más estudioso que otro. A Juan le encantaba la historia, así que siempre pasaba a dar dos veces la misma lección. A Miguel, en cambio, le fascinaban los deportes y fue siete veces campeón argentino de lucha libre. "Una vez tenía que competir pero estaba un poquito excedido de peso, así que lo mandé a pesar a mi hermano que era más liviano", cuenta entre risas. Para las fotos, los dos "Chaplines" posaron con Benjamín y Tomás, de cinco años, la nueva generación de Carlitos, que además son sus sobrinos.
Y finalmente, los anfitriones: José y Enrique, distintos y complementarios. Comenzaron a trabajar juntos a los siete años, como lustrabotas. También vendían en la calle el pan que amasaba su mamá -Dolores- en invierno, y, en verano, los inolvidables achilatas. Cuando crecieron y se dedicaron a la política el mismo ejercicio de cooperación les valió para ser dos veces legisladores y otras dos intendentes. Como cuando eran chicos, siguen intercambiando sus roles.