Por Juan José Domínguez
08 Julio 2011
En los próximos tres meses tendremos que ir a votar tres veces: en las presidenciales del 23 de octubre (en Tucumán elegiremos también diputados), en las provinciales del 28 de agosto (gobernador, legisladores, intendentes, concejales y comisionados) y en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias del 14 de agosto. Suenan a Tomates Pelados Enteros Peritas Comunes, pero en realidad suponen un esfuerzo personal y una prueba de funcionamiento de la reforma política impulsada por el kirchnerismo. ¿Qué son las PASO?
El espíritu de estos comicios es depurativo, porque en el caso de las agrupaciones o frentes que presentaron varias listas de candidatos a diputados (en el radicalismo se presentaron seis), servirán para definir la lista definitiva de postulantes; y en el caso de los que lograron consensuar una nómina (el socialismo, por ejemplo) implicarán -también para el radicalismo- el desafío de juntar el 1,5% de los votos válidos emitidos (sin contar los nulos y los en blanco). Es decir, si en Tucumán ese día se contaran, por ejemplo, 600.000 votos válidos, el partido o frente deberá registrar al menos 9.000 votos para poder participar de las presidenciales del 23 de octubre. Parece fácil, pero no lo es: algunas agrupaciones pueden no llegar a reunir ese mínimo y así quedarse fuera de la contienda del 23 de octubre.
Es decir, las PASO son primarias (P) porque no son generales, y atañen sólo a los candidatos a cargos electivos nacionales. Son también abiertas (A), porque, por ejemplo, un afiliado al Partido Justicialista o un ciudadano sin afiliación puede poner en la urna una boleta de la Unión Cívica Radical; son simultáneas (S) porque se votará entre las 8 y las 18 del domingo 14 de agosto en todo el país; y son obligatorias (O) porque el que no vote ese día no podrá hacerlo en las presidenciales. ¿Lata de tomates? No. Ojo.
El espíritu de estos comicios es depurativo, porque en el caso de las agrupaciones o frentes que presentaron varias listas de candidatos a diputados (en el radicalismo se presentaron seis), servirán para definir la lista definitiva de postulantes; y en el caso de los que lograron consensuar una nómina (el socialismo, por ejemplo) implicarán -también para el radicalismo- el desafío de juntar el 1,5% de los votos válidos emitidos (sin contar los nulos y los en blanco). Es decir, si en Tucumán ese día se contaran, por ejemplo, 600.000 votos válidos, el partido o frente deberá registrar al menos 9.000 votos para poder participar de las presidenciales del 23 de octubre. Parece fácil, pero no lo es: algunas agrupaciones pueden no llegar a reunir ese mínimo y así quedarse fuera de la contienda del 23 de octubre.
Es decir, las PASO son primarias (P) porque no son generales, y atañen sólo a los candidatos a cargos electivos nacionales. Son también abiertas (A), porque, por ejemplo, un afiliado al Partido Justicialista o un ciudadano sin afiliación puede poner en la urna una boleta de la Unión Cívica Radical; son simultáneas (S) porque se votará entre las 8 y las 18 del domingo 14 de agosto en todo el país; y son obligatorias (O) porque el que no vote ese día no podrá hacerlo en las presidenciales. ¿Lata de tomates? No. Ojo.