"Para la sociedad, la juventud aparece como un problema"

"Para la sociedad, la juventud aparece como un problema"

Investigó qué dicen los adultos de los jóvenes. Apunta que se los considera "el futuro", pero no se tiene en cuenta su presente.

CONCILIADORA. A las deformaciones lingüísticas no se las podemos atribuir al chat, afirma la doctora Palazzo. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO CONCILIADORA. A las deformaciones lingüísticas no se las podemos atribuir al chat, afirma la doctora Palazzo. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
03 Julio 2011
En la tapa del libro conviven el símbolo del arroba (@) con un par de zapatillas. Nada más apropiado para sintetizar el tema de "La juventud en el discurso: representaciones sociales, prensa y chat", la investigación con la que María Gabriela Palazzo analizó cómo hablaban jóvenes en el ya desaparecido chat "tucumanos", en el primer tramo del siglo XXI, y cómo se refería el mundo adulto a esos jóvenes. Como apretadísima síntesis de una investigación que le demandó cinco años (los de su tesis doctoral) y que ha editado la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, Palazzo dice que ha encontrado estereotipos sobre el ser joven que no se ajustaban a lo real. "Pude ver cómo aparece el término ?joven? en la prensa escrita, en la antropología, en la historia, en la sociología, en la lingüística, en el diccionario. Ya parada en el siglo XXI, hice encuestas, entrevistas; trabajé sobre el diario LA GACETA. Y me interesé en el discurso del chat que los jóvenes producían", afirma Palazzo.

"Hace 11 años el chat era reciente en Tucumán. Hoy, todo el mundo lo tiene absolutamente incorporado al género; de hecho, es el que más persiste en todos los otros géneros, atraviesa Facebook, el celular, Twitter. El chat es la conversación, la sensación de estar cara a cara; pero en ese momento me resultó novedoso planteármelo como un texto, como un género y como un modo de decir alternativo", sintetiza.

- ¿Qué percibiste entonces?

- Esto que todavía tiene su impronta en el discurso institucionalizado: que el chat causa deformaciones lingüísticas y ortográficas en todos nuestros jóvenes y niños. Sin embargo, quise poner esto en cuestión, porque está la idea sociolingüística de adecuación, de que los mensajes deben estar adecuados a la situación. Chatear es una manera de comunicarme por escrito, pero con intención oral, y en la oralidad están ausentes aspectos de puntuación, de ortografía. En las primeras reuniones a las que yo llevaba mi trabajo me pedían que transcribiera en manera formal los chats, porque no los entendían. Yo veía el lenguaje, el discurso, el léxico, lo visual, todos los componentes que tiene el chat. Veía que los pioneros son los jóvenes, que están buscando un mensaje endogrupal, cronolectal (lenguaje de la edad). Y es cierto que no podemos generalizar, pero el discurso es una manera de construir su identidad sociocultural, lingüística, generacional; y a mí eso me pareció muy interesante.

- Una crítica que suele oírse es que el chat deforma; que atenta contra la comunicación. Por ejemplo, Pedro Barcia era uno de esos críticos...

- Él hablaba de una jibarización del lenguaje. Después, Barcia se ha expresado de otra forma. El dice que hay un repertorio muy reducido de léxico, pero yo creo que la incomunicación no pasa por acá. Hay muchísima escritura; en 150 caracteres, en Facebook? Se escribe muchísimo, hay que ver cuáles son los fines específicos de esa comunicación. Los nuevos medios han generado una amplitud de posibilidades de comunicación, pero eso tiene que ser aprovechado en otros espacios. Ya sabemos las ventajas que trae; a los docentes con los alumnos, a los chicos entre sí... La formación lingüística de las personas, o la deformación, no hay que atribuirla al chat. Al margen del tema específico, algo muy positivo que tiene una investigación es el después; en el después aparece lo más significativo, para qué puede servir el trabajo que una hace; entre otras cosas, me ha servido para poder contactarme con investigadores que están trabajando el tema de la juventud.

- Hoy, ¿qué aparece en esas investigaciones?

- Hay mucha investigación nueva sobre la juventud relacionada con la política. Hace una década no aparecían como actores. Hoy hay un intento de hacerlo visible al joven. La tragedia de Cromagnon marcó un antes y un después en la construcción de discursos sobre los jóvenes.

- Se construyen narrativas épicas, dramáticas, alrededor del "ser joven"?

- Tal cual; de un lado y del otro. Hay desgracias, como los suicidios, que han colocado la juventud como tema. Pero lo sano es que la mirada sobre los jóvenes se ha vuelto multidisciplinaria. A lo largo de todos esos años sólo encontré 83 titulares sobre los jóvenes. Hoy eso ha cambiado.

- ¿Cómo aparecían los jóvenes en tu investigación?

- Pude observar que al joven se lo tenía como futuro, pero no como presente; la juventud en la sociedad aparece como una posibilidad, como un problema. No aparece como presente, como agente social. Lo que observé entonces, además, es que entonces entre los jóvenes no había participación política. Hoy eso también ha cambiado.

- De todos modos, la categoría "juventud" es relativamente nueva?

- Sí, se afianzó en la posguerra, después de la Segunda Guerra Mundial. La palabra existe desde hace siglos, pero en los diccionarios aparece vinculada con la noción de inmadurez. Pero el joven como actor social aparece con la Segunda Guerra Mundial, porque es recién ahí cuando tiene estatuto jurídico. También se ha instalado la cuestión de género; hay chicos a los que les está preocupando la violencia contra las mujeres jóvenes.

- ¿Qué has encontrado en tu investigación sobre el chat Tucumanos, ya desaparecido?

- Fue el primer gran chat de Tucumán. Lo que tenía Tucumanos era la incursión en lo público; me interesaba que tenía sus reglas, era un espacio público en el que aparecían el insulto, la transgresión a la regla.

- Cuando uno ve la historia de los medios, con cambios tan vertiginosos, parece un desafío investigar esos temas?

- Es un desafío, porque los sujetos que uno investiga crecen. Mi informante del 2001 ya está casado y tiene tres hijos. Y lo que cuentan estos trabajos es la historia de la evolución de los medios. En seis años, hay formatos que ya son historia. Pero a mí me sirve, porque puedo contrastar el hoy y el ayer, ver las continuidades y los cambios. En mi caso particular, me interesa ver qué pasa desde la recepción y qué desde el usuario.

- Después de esta década de consolidación de la comunicación on line, ¿puede surgir una suerte de reacción "anti redes sociales"? Hay quienes afirman que esto de vivir en red afecta la cognición?

- En la persona que está conectada, que puede hacer tantas tareas al mismo tiempo, su cognición se está desarrollando de un modo complejo. Salir airosos de eso es toda una tarea. También puede llevar a la dispersión. Pero es propio de la psicología analizar ese tema. De todos modos, ya tenemos generaciones enteras que nacieron bajo esta complejidad. Hay que hacer coexistir las formas de la cultura. Una vez alguien me decía "ya nadie manda cartas". Y no tienen porqué no existir las cartas, el correo está ahí. Un niño puede bajar una canción de YouTube y después la comparte con la maestra, en la escuela. Es un gran desafío para los educadores criados en el "1.0", que pueden llegar con prejuicios: o me pongo del lado de las nuevas tecnologías y mi aula se transforma, o no lo hago. Y de pronto en el secundario tenemos chicos que están acostumbrados a jugar en red, a estar en red; y tienen un profesor que trabaja con mecanismos de los años 70. Hay que atender lo que tiene el chico para decir.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios