23 Junio 2011
EL TRIBUNAL. Los vocales Noli, Casas y Jiménez Montilla resolvieron las penas contra los hermanos Achén. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
Los vecinos de Lules, hace dos años, los habían señalado como dos de los grandes vendedores de droga de esa localidad. Ayer, finalmente, los hermanos Cristian Marcelo y Fernando Sergio Achén enfrentaron a un tribunal para confrontar las acusaciones. Y su pasado les jugó en contra.
Los jueces Gabriel Eduardo Casas, María Alicia Noli y Enrique Ignacio Jiménez Montilla resolvieron condenar a Cristian Achén por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, y a Fernando por tenencia simple de sustancias ilegales.
La mala noticia para los hermanos fue que tenían en su historial una pena condicional por falsificación de moneda nacional, dictada el 10 de marzo de 2005. Como se revocó la condicionalidad, Cristian fue sentenciado a cinco años de prisión y a pagar $ 225 de multa; Fernando recibió una condena de cuatro años, y deberá abonar $ 100.
El 17 de junio de 2009, un hombre entró a la sede de la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop), ubicada en calle Bernabé Aráoz y Mendoza. Y dijo que Cristian, apodado "El Gordo", distribuía sustancias ilegales.
El oficial Jesús Carrizo, que ayer declaró como testigo, relató cómo se desarrolló la pesquisa. "Hicimos tareas de vigilancia, y observamos que muchas personas llegaban a la casa de uno de ellos. A pocas cuadras de allí hay una escuela. En el horario de la primaria, los chicos con uniforme compraban porros y se iban a fumar a la plaza. A la noche, en el otro turno, ocurría lo mismo", dijo Carrizo. Además, explicó que decidieron no intervenir para poder seguir investigando. "Si deteníamos a esos estudiantes, íbamos a secuestrar dos porros. Teníamos que ir por los vendedores", indicó.
Sobre la base de la evidencia obtenida, se ordenaron dos allanamientos. En la casa de Cristian, los policías encontraron varias "tizas" de cocaína. En la vivienda de Fernando había tres trozos pequeños de esa droga, y casi un kilo de marihuana. Sin embargo, Cristian aclaró que él había dejado esa sustancia en la casa de su hermano. De todas formas, ambos fueron detenidos.
Ayer, asesorados por el abogado Roberto Flores, ambos se sentaron ante el tribunal. La fiscalía de Cámara estuvo a cargo de Leopoldo Peralta Palma.
"El Gordo", de 32 años, se abstuvo de declarar, pero relató que padece una enfermedad muy grave que le hizo perder 55 kilos. Por eso, en la resolución, los jueces ordenaron que se inicie un trámite para asistir al preso.
Fernando Achén sí dio su versión. "Consumo lo que se vende en la calle: cocaína", dijo el muchacho, de 30 años. Y dijo que nunca traficó drogas. "Esa marihuana no era mía", aseveró.
Al final, el tribunal resolvió condenarlos. Debido a la pena condicional que tenían, seguirán en la cárcel por un tiempo más.
Los jueces Gabriel Eduardo Casas, María Alicia Noli y Enrique Ignacio Jiménez Montilla resolvieron condenar a Cristian Achén por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, y a Fernando por tenencia simple de sustancias ilegales.
La mala noticia para los hermanos fue que tenían en su historial una pena condicional por falsificación de moneda nacional, dictada el 10 de marzo de 2005. Como se revocó la condicionalidad, Cristian fue sentenciado a cinco años de prisión y a pagar $ 225 de multa; Fernando recibió una condena de cuatro años, y deberá abonar $ 100.
El 17 de junio de 2009, un hombre entró a la sede de la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop), ubicada en calle Bernabé Aráoz y Mendoza. Y dijo que Cristian, apodado "El Gordo", distribuía sustancias ilegales.
El oficial Jesús Carrizo, que ayer declaró como testigo, relató cómo se desarrolló la pesquisa. "Hicimos tareas de vigilancia, y observamos que muchas personas llegaban a la casa de uno de ellos. A pocas cuadras de allí hay una escuela. En el horario de la primaria, los chicos con uniforme compraban porros y se iban a fumar a la plaza. A la noche, en el otro turno, ocurría lo mismo", dijo Carrizo. Además, explicó que decidieron no intervenir para poder seguir investigando. "Si deteníamos a esos estudiantes, íbamos a secuestrar dos porros. Teníamos que ir por los vendedores", indicó.
Sobre la base de la evidencia obtenida, se ordenaron dos allanamientos. En la casa de Cristian, los policías encontraron varias "tizas" de cocaína. En la vivienda de Fernando había tres trozos pequeños de esa droga, y casi un kilo de marihuana. Sin embargo, Cristian aclaró que él había dejado esa sustancia en la casa de su hermano. De todas formas, ambos fueron detenidos.
Ayer, asesorados por el abogado Roberto Flores, ambos se sentaron ante el tribunal. La fiscalía de Cámara estuvo a cargo de Leopoldo Peralta Palma.
"El Gordo", de 32 años, se abstuvo de declarar, pero relató que padece una enfermedad muy grave que le hizo perder 55 kilos. Por eso, en la resolución, los jueces ordenaron que se inicie un trámite para asistir al preso.
Fernando Achén sí dio su versión. "Consumo lo que se vende en la calle: cocaína", dijo el muchacho, de 30 años. Y dijo que nunca traficó drogas. "Esa marihuana no era mía", aseveró.
Al final, el tribunal resolvió condenarlos. Debido a la pena condicional que tenían, seguirán en la cárcel por un tiempo más.
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