"La técnica contemporánea fomenta una vieja herejía"

"La técnica contemporánea fomenta una vieja herejía"

El último libro del filósofo -"La ciencia y el mundo de la vida"- se presentará el 29. El proyecto genoma humano y sus usos

REFLEXIVO. Saltor analiza las relaciones entre ciencia y técnica. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ REFLEXIVO. Saltor analiza las relaciones entre ciencia y técnica. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ
20 Junio 2011
Si a la ciencia y a la técnica no se les pone límites, estas pueden crear monstruos, advierte el filósofo Jorge Saltor en su libro "La ciencia y el mundo de la vida". En la obra, que acaba de ser editada por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Unsta) y que será presentada el 29 de junio, Saltor advierte sobre los riesgos que entraña una época en la que, de la mano de los grandes grupos tecnológicos, sacraliza los alcances de la ciencia y de la técnica.

"La leyenda del Gólem, que está sacada de una versión judía medieval, es una anticipación de lo que pretende el proyecto del genoma humano y, además, una advertencia de lo que puede suceder si tal pretensión se lleva a cabo sin responsabilidad y sin ciertos recaudos de tipo bioquímico y moral", afirma el epistemólogo.

En el libro, Saltor analiza también el pensamiento del filósofo Edmund Husserl y traza un recorrido histórico de la relación entre ciencia y técnica.

-¿A qué se refiere el concepto "mundo de la vida"?

- El concepto de "mundo de la vida" aparece en un libro de Husserl de 1936, referido a la crisis en las ciencias europeas. Ese mundo de la vida es el mundo en el cual nosotros actuamos, sin intención teórica, es el mundo de la experiencia. Algunos autores piensan que el mundo de la vida es lo que se llama las experiencias originarias, o experiencias muy elementales, por ejemplo. Por otra parte, estoy en desacuerdo con Husserl respecto de que toda la ciencia teórica haya estado en crisis. La ciencia pura no pertenece a ese mundo de la vida, sino que Husserl lo llama "las idealidades". Lo que intento mostrar es que sobre el tema de la técnica Husserl no escribió nada; en resumen, que Husserl no entendió el concepto de técnica.

-¿Cuál es la visión suya de la técnica?

- Por un lado, afirmo que la técnica es una modalidad de la existencia humana anterior a la ciencia, y no necesariamente ligada a ella. Y quiero mostrar que la técnica contemporánea está fomentando una vieja herejía cristiana que se llama milenarismo, que consiste en la creencia de que uno puede restaurar el estado anterior al pecado en el paraíso. El milenarismo es una idea de filosofía de la historia que nace con el profeta Daniel, quien preconizó que alguna vez habría mil años de felicidad; de una felicidad parecida a la de Adán antes del pecado. Eso aparece de nuevo en el Apocalipsis; en "La ciudad de Dios", de San Agustín; en los textos de un abad cirsterciense del siglo XI, Joaquín de Fiore... Y ya desde entonces la gente que trabaja en los grandes laboratorios científicos tiene una concepción milenarista, en el sentido de pensar que es la técnica la que va a crear esos mil años de felicidad en la Tierra.

-¿Usted que dice de eso?

- Asusta. Huxley tiene un pensamiento sostenido en la autoridad de Nicolás Berdiafief, que afirma que las utopías positivas, como las de "La ciudad del sol", de (Tommaso) Campanella (s XVII) , o "Utopía", de Tomás Moro (s XVI), no se cumplen, pero que parte de las utopías negativas pueden cumplirse. Por ejemplo, la eugenesia es algo que quizás ya se está haciendo.

- Eso nos plantea el caso de la no neutralidad de la técnica...

- Exacto, de la no neutralidad moral de la técnica. La técnica, en sí misma, es una bendición de Dios, pero en manos de agentes humanos irresponsables puede ser nefasta. Ortega (y Gasset), a esta promoción del milenarismo a través de la técnica la llama "la técnica de los ingenieros", los que creen que en algún momento se podrá recuperar el estado adánico. Y eso es algo muy explícito en los grandes proyectos tecnológicos del siglo XX. Hay frases y reflexiones que señalan que con el genoma humano se puede lograr una naturaleza buena o una mala.

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- En el siglo XXI, ¿cuáles son los problemas principales de la técnica?

- Los cinco grandes proyectos tecnológicos del siglo XX siguen vigentes: la conquista del cosmos, la vida artificial, la inteligencia artificial, el genoma humano y la energía nuclear (la bomba atómica).

- En el siglo XX, salvo la bomba atómica, todos esos proyectos estaban signados por el optimismo. Pero hoy parecen ponernos en una encrucijada...

- Exactamente. El proyecto del genoma humano nos pone en la encrucijada de intervenir en la intimidad biológica de cada persona. Hoy es fácil manejar el genoma humano para orientarlo hacia una determinada dirección, de modo tal que podría darse el caso, como ya lo previó Huxley en "Un mundo feliz", en que la eugenesia sea el lugar común de la gestación de los niños. Y la eugenesia implicaría condicionar un chico para toda su vida a que haga determinadas cosas, condicionado a vivir determinados sentimientos, de amor o de odio... De manera que el de la manipulación del genoma humano es un problema latente. Creo que los cinco grandes problemas tecnológicos del siglo XX tienen su costado maravilloso, por un lado, y otro costado amenazante, por el otro.

- ¿Por qué piensa usted que la ficción fue el espacio premonitorio sobre ese perfil amenazante de la técnica?

- No sólo la ficción. Huxley escribió "Nueva visita a un mundo feliz", una serie de ensayos en los que ratifica lo que había escrito en la novela 20 años antes. Y Gabriel Marcel también previno lo que podía llegar a ser la técnica en manos de dictaduras, por ejemplo. De allí la importancia del problema del valor en el ámbito de la técnica.

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