26 Mayo 2011
Elegir el lugar.- A los que recién comienzan se les aconsejan buscar un lugar tranquilo, en lo posible aislado de los ruidos molestos. Dado que la meditación debería convertirse en una práctica cotidiana, el lugar debe encontrarse en la propia casa o en el entorno inmediato. Lo ideal sería meditar en un lugar verde, con fuentes de agua, pero eso no siempre es posible, así que hay que acostumbrarse al mejor lugar.
Evitar los ruidos molestos.- Los ruidos más molestos para la meditación son los que se originan en la casa: las conversaciones, los equipos de música, los televisores y las radios, el sonido del teléfono o del celular. Por eso se debe alejar de todos los equipos de sonido y televisor, de las ventanas donde se escuchen conversaciones que provienen de otras casas o de la calle. A medida que se vaya adentrando en la concentración, los ruidos irán poniéndose en segundo o tercer plano hasta desaparecer.
La temperatura.- El calor excesivo y el frío interrumpen el trabajo mental. Una temperatura más fría produce nerviosismo y dificulta la concentración, mientras que la más alta asfixia, origina somnolencia e igualmente perjudica la atención. Además, el lugar donde meditamos debe ser ventilado periódicamente, ya que la falta de oxígeno produce nerviosismo, sensación de fatiga y hasta mareos.
Siempre en la misma habitación.- Hacerlo siempre en el mismo lugar tiene una ventaja adicional psicológica que provoca una asociación instantánea entre el lugar y la práctica de meditación. Esto puede jugar a favor para lograr concentrarse más rápido.
Elementos que distraen.- La música de fondo y los inciensos de la aromaterapia no siempre son aconsejables porque pueden convertirse en estímulos con influencia en pensamientos y sensaciones.
El tiempo y el horario.- Lograr el sosiego y la quietud que se necesita para la meditación es indudablemente más fácil por la mañana temprano, antes de que los otros miembros de la familia y los vecinos se levanten. Meditar temprano ayuda a exhibir una postura positiva durante el día y enfrentar los problemas con mejor predisposición de ánimo. Necesitamos estar descansados y despiertos. Un atardecer es otro buen momento para realizar la meditación. Algunos acostumbran hacerlo inmediatamente antes de acostarse a dormir. Esta práctica ayuda a un descanso reparador.
El tiempo DE LA MEDITACION.- Depende de las experiencias previas. Una mente no entrenada difícilmente podrá quedarse quieta o concentrada en un solo objeto más de 10 minutos. Con la práctica se puede llegar a 20 o 30 minutos por sesión, sin sentir que el tiempo pasa lento. En ningún caso el meditador debe forzarse demasiado a sí mismo para lograr estar sentado por el espacio de un determinado tiempo. De lo contrario solamente se conseguirá aumentar la ansiedad.
Control del tiempo.- No se aconseja el uso de relojes de agujas ya que el tic tic, aunque parezca imperceptible, puede convertirse en un ruido perturbador al principio, aunque luego en estado de concentración profundo el "tic-tac" no molesta. Es mejor usar un reloj digital.
La vestimenta.- Debe ser muy cómoda y suave para que nada moleste. Por la misma razón, es mejor meditar con los pies descalzos o con medias.
Evitar los ruidos molestos.- Los ruidos más molestos para la meditación son los que se originan en la casa: las conversaciones, los equipos de música, los televisores y las radios, el sonido del teléfono o del celular. Por eso se debe alejar de todos los equipos de sonido y televisor, de las ventanas donde se escuchen conversaciones que provienen de otras casas o de la calle. A medida que se vaya adentrando en la concentración, los ruidos irán poniéndose en segundo o tercer plano hasta desaparecer.
La temperatura.- El calor excesivo y el frío interrumpen el trabajo mental. Una temperatura más fría produce nerviosismo y dificulta la concentración, mientras que la más alta asfixia, origina somnolencia e igualmente perjudica la atención. Además, el lugar donde meditamos debe ser ventilado periódicamente, ya que la falta de oxígeno produce nerviosismo, sensación de fatiga y hasta mareos.
Siempre en la misma habitación.- Hacerlo siempre en el mismo lugar tiene una ventaja adicional psicológica que provoca una asociación instantánea entre el lugar y la práctica de meditación. Esto puede jugar a favor para lograr concentrarse más rápido.
Elementos que distraen.- La música de fondo y los inciensos de la aromaterapia no siempre son aconsejables porque pueden convertirse en estímulos con influencia en pensamientos y sensaciones.
El tiempo y el horario.- Lograr el sosiego y la quietud que se necesita para la meditación es indudablemente más fácil por la mañana temprano, antes de que los otros miembros de la familia y los vecinos se levanten. Meditar temprano ayuda a exhibir una postura positiva durante el día y enfrentar los problemas con mejor predisposición de ánimo. Necesitamos estar descansados y despiertos. Un atardecer es otro buen momento para realizar la meditación. Algunos acostumbran hacerlo inmediatamente antes de acostarse a dormir. Esta práctica ayuda a un descanso reparador.
El tiempo DE LA MEDITACION.- Depende de las experiencias previas. Una mente no entrenada difícilmente podrá quedarse quieta o concentrada en un solo objeto más de 10 minutos. Con la práctica se puede llegar a 20 o 30 minutos por sesión, sin sentir que el tiempo pasa lento. En ningún caso el meditador debe forzarse demasiado a sí mismo para lograr estar sentado por el espacio de un determinado tiempo. De lo contrario solamente se conseguirá aumentar la ansiedad.
Control del tiempo.- No se aconseja el uso de relojes de agujas ya que el tic tic, aunque parezca imperceptible, puede convertirse en un ruido perturbador al principio, aunque luego en estado de concentración profundo el "tic-tac" no molesta. Es mejor usar un reloj digital.
La vestimenta.- Debe ser muy cómoda y suave para que nada moleste. Por la misma razón, es mejor meditar con los pies descalzos o con medias.
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