20 Mayo 2011

La música aturde, las carcajadas hacen doler la panza y el asado abarrota los platos. Es posible que en una situación como esta no se perciban las sutilezas del vino con la misma claridad que ofrece un ambiente más tranquilo (ojo: esto no quiere decir que en un asado con amigos no se lo disfrute). Por esa razón, es fundamental preparar los sentidos para la experiencia. "Es importante establecer un ambiente adecuado para el momento. Cuando uno toma un vino suele estar sujeto a los caprichos de su cabeza. Esto quiere decir que el estrés y las preocupaciones nos condicionarán. Lo ideal es relajarse y estar predispuesto a pasar un buen momento", recomienda Sebastián Pacheco.
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