Por Carlos Páez de la Torre H
10 Mayo 2011
MANUEL BERDIA. Firma del Médico Titular de la ciudad, designado por el Cabildo en 1823.
Es conocido que, desde tiempos de la colonia y hasta las últimas décadas del siglo XIX, los médicos distaban de abundar en las provincias interiores. Por lo general la estructura sanitaria contaba con uno solo, el "Médico Titular", contratado por las autoridades.
El 14 de febrero de 1823, el Cabildo de Tucumán había nombrado "Médico Titular" al doctor Manuel Berdia, y el 14 de abril se resolvió considerar su sueldo, asunto que se había dejado "para mejor oportunidad". El Cabildo consideraba que urgía "el deber de atender las necesidades de la especie, en los infelices y miserables habitantes de la población que casi siempre, por su insolvencia, son víctimas de la necesidad y falta de recursos humanos".
En consecuencia, se acordó "la asignación de 300 pesos anuales sobre los fondos municipales" para el médico, con cargo de "asistir puntualmente a las enfermedades de los pobres que le llamen". Se convocó entonces al doctor Berdia, quien "aceptó dicho nombramiento, ofreciendo desempeñarlo fiel y legalmente". Para que el público se enterara de todo esto, se resolvió oficiar al Gobernador Intendente.
El médico era para los pobres. En cuanto a los demás, había un sistema de pago voluntario mensual de honorarios por parte de los vecinos. Se encargó al regidor José Mur recaudar el monto de los que "exceden la cantidad de 20 pesos, inclusa esta", y no "los de menor cuota, por no conformarse el facultativo a servir a los individuos suscriptos en el premio menor de 20 pesos".
El 14 de febrero de 1823, el Cabildo de Tucumán había nombrado "Médico Titular" al doctor Manuel Berdia, y el 14 de abril se resolvió considerar su sueldo, asunto que se había dejado "para mejor oportunidad". El Cabildo consideraba que urgía "el deber de atender las necesidades de la especie, en los infelices y miserables habitantes de la población que casi siempre, por su insolvencia, son víctimas de la necesidad y falta de recursos humanos".
En consecuencia, se acordó "la asignación de 300 pesos anuales sobre los fondos municipales" para el médico, con cargo de "asistir puntualmente a las enfermedades de los pobres que le llamen". Se convocó entonces al doctor Berdia, quien "aceptó dicho nombramiento, ofreciendo desempeñarlo fiel y legalmente". Para que el público se enterara de todo esto, se resolvió oficiar al Gobernador Intendente.
El médico era para los pobres. En cuanto a los demás, había un sistema de pago voluntario mensual de honorarios por parte de los vecinos. Se encargó al regidor José Mur recaudar el monto de los que "exceden la cantidad de 20 pesos, inclusa esta", y no "los de menor cuota, por no conformarse el facultativo a servir a los individuos suscriptos en el premio menor de 20 pesos".
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