04 Mayo 2011
Ema Hortensia Gómez estaba apurada por salir de la sala de juicio del Palacio de Tribunales. Cuando una agente de Policía trató de pedirle que aguardara la salida del tribunal, la acusada le hizo un gesto de desdén y siguió caminando. La acompañaba, como en cada una de las jornadas, su padre. Y, a paso rápido, la presunta homicida del juez Héctor Agustín Aráoz volvió a hablar ante la prensa. "Un saludo a las chicas del penal, a los chicos de Villa Urquiza...", dijo Ema Gómez cuando un periodista de un canal de televisión se le acercó.
Pero no se quedó allí. También les restó valor a las palabras de la fiscala, Juana Prieto de Sólimo, y al abogado Dante Ibáñez. "Que digan lo que quieran. Lo único que quiere la familia Aráoz es dinero, nada más. Esto es un circo mediático de lo más bajo que puede haber... es impresionante, es impresionante; estoy fascinada con toda la mediatez (sic)", aseveró la mujer, sin detenerse.
Cuando LA GACETA la interrogó sobre el dermotest positivo (indicativo de que podría haber disparado un arma el día del hecho), Ema Gómez respondió rápidamente. "Ay, mejor ni hablemos de toda la falsedad que hay acá", aseveró. Entonces, sonó su teléfono celular. "Hola, sí, estoy bajando, ¿dónde estás? ¿En el estacionamiento? Bueno, estamos bajando con mi papá, chau", dijo la ex policía. Un auto rojo la esperaba afuera. "No voy a contestar más preguntas, chicos, por favor... Nos vemos mañana", se despidió.
Pero no se quedó allí. También les restó valor a las palabras de la fiscala, Juana Prieto de Sólimo, y al abogado Dante Ibáñez. "Que digan lo que quieran. Lo único que quiere la familia Aráoz es dinero, nada más. Esto es un circo mediático de lo más bajo que puede haber... es impresionante, es impresionante; estoy fascinada con toda la mediatez (sic)", aseveró la mujer, sin detenerse.
Cuando LA GACETA la interrogó sobre el dermotest positivo (indicativo de que podría haber disparado un arma el día del hecho), Ema Gómez respondió rápidamente. "Ay, mejor ni hablemos de toda la falsedad que hay acá", aseveró. Entonces, sonó su teléfono celular. "Hola, sí, estoy bajando, ¿dónde estás? ¿En el estacionamiento? Bueno, estamos bajando con mi papá, chau", dijo la ex policía. Un auto rojo la esperaba afuera. "No voy a contestar más preguntas, chicos, por favor... Nos vemos mañana", se despidió.
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