"Hicieron sentir al juez que la muerte se aproximaba", dijo la fiscala de Cámara

"Hicieron sentir al juez que la muerte se aproximaba", dijo la fiscala de Cámara

Juana Prieto de Sólimo dijo que al magistrado lo asesinaron con alevosía y ensañamiento y pidió reclusión perpetua para Gómez y Pérez. La representante del Ministerio Público describió cómo cree que se cometió el crimen. Después de una discusión lo ejecutaron.

EL EJECUTOR. Prieto de Sólimo afirmó que Pérez efectuó los últimos disparos.
04 Mayo 2011
El reclamo fue subiendo de tono. La respuesta no era la esperada, y la discusión se convirtió en agresión. Ella lo arañó y él la tomó fuerte de los brazos. Luego, Ema Hortensia Gómez sacó un arma y disparó a las piernas de Héctor Agustín Aráoz. El estruendo de los balazos hizo que Alejandro Darío Pérez, que esperaba en el auto, ingrese a la casa y dispare las balas que terminaron con la vida del juez.

Esa es la conclusión a la que arribó la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo, al realizar ayer su alegato en el juicio oral y público por el crimen del juez de Menores. Aráoz fue asesinado el 26 de noviembre de 2004 en su casa de avenida Aconquija 2.950.

Según la versión de la representante del Ministerio Público, Gómez y Pérez llegaron hasta la vivienda de Aráoz. Hacía dos semanas que la ex agente había terminado su relación con el juez, pero él le había pedido a un abogado amigo que la ayudara con el recurso administrativo para que sea reincorporada a la Policía.

Gómez descendió del auto, según el relato de Prieto de Sólimo, e ingresó a la vivienda. El ex oficial se quedó en el auto. "Está demostrado que Pérez tenía algún encono con Aráoz, ya sea por celos o por otro motivo. Por eso habló mal de él durante todo el juicio", dijo la fiscala.

La pelea

Aráoz se encontraba en su habitación escuchando música cuando comenzó la discusión, de acuerdo al argumento de Prieto de Sólimo. Gómez le reclamó por la lentitud del trámite administrativo, y porque el juez le había prometido conseguirle un trabajo, por si rechazaban el pedido en la Policía. Allí, sobre la cama, se habría producido la agresión. La fiscala sostuvo esta afirmación, basándose en las heridas que tenía en el cuello la víctima, las uñas quebradas de Gómez y los restos biológicos de Aráoz encontrados debajo de las mismas. "Allí, en el acolchado y en la almohada, quedaron las manchas de sangre por los arañazos", dijo la fiscala.

Y continuó con la sucesión de hechos: Gómez llevaba las de perder en la riña. Debía enfrentar a una persona que medía más de 1,90 y pesaba cerca de 100 kilos. Por eso, sacó una pistola. "Aráoz sale corriendo por el pasillo, en dirección a la galería sur. Ema Gómez lo sigue, el juez se para en unas escaleras y ella hace los dos o tres primeros disparos", manifestó Prieto de Sólimo.

El sonido de los balazos hizo que Pérez tomara su arma e ingresara rápidamente a la casa. Los gritos de la víctima, al ver a Pérez con la Browning calibre 9 mm, fueron escuchados por una vecina. "Pará, pará. Ya se va", le suplicó Aráoz a Pérez. Pero le respondieron con una seguidilla de disparos. La fiscala teatralizó la escena, para explicar por dónde ingresaron las balas, mientras el juez escapaba para intentar refugiarse en el baño, donde el magistrado fue ejecutado. Recibió los cuatro últimos disparos que le produjeron el shock hipovolémico por desangramiento. "Le perforaron el pulmón y después las arterias del cuello", describió la representante del Ministerio Público.

Indefenso

Según la fiscala, a Aráoz lo mataron con ensañamiento y alevosía. "Colocaron a la víctima en un estado absoluto de indefensión. Primero le dispararon a las piernas para inmovilizarlo y que no pudiera defenderse. Y se ensañaron con él. Le hicieron sentir al juez Aráoz que la muerte se aproximaba", describió.

"No hay dudas que fueron dos armas. Los proyectiles ingresaron desde distintos ángulos. En la escena del crimen solamente se encontraron nueve vainas, pero hubo diez disparos al cuerpo, y otros que dieron en paredes y vidrios", describió la fiscala.

"Hemos llegado a esta instancia donde se investiga este homicidio. Tomé en cuenta los informes técnicos que obran en la causa, ya que Pérez niega su autoría, y Ema Gómez lo acusa. Por eso, pido que los dos sean condenados a la pena de reclusión perpetua por homicidio agravado por alevosía y ensañamiento", concluyó.

Trabajo en la cárcel
"La pena de reclusión, perpetua o temporal, se cumplirá con trabajo obligatorio en los establecimientos destinados al efecto. Los recluidos podrán ser empleados en obras públicas de cualquier clase con tal que no fueren contratadas por particulares", dice el artículo seis del Código Penal sobre la pena de reclusión. 

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