23 Abril 2011
RÍO DE JANEIRO.- Brasil dio marcha atrás con los planes para fijar un impuesto a las exportaciones de azúcar, medida que formaba parte de los esfuerzos del gobierno del país por impulsar el mercado doméstico del etanol.
El diario Estado de Sao Paulo informó que el gobierno de la presidenta, Dilma Rousseff, "prácticamente enterró" las propuestas para un impuesto, ante las críticas de la industria y dudas sobre su eficacia. Los analistas dijeron que el impuesto hubiera provocado un incremento de los precios internacionales dada la importancia de Brasil en el mercado, en un momento de ajustadas reservas globales. Brasil controla más de la mitad del comercio mundial de azúcar. Las propuestas de un impuesto a las exportaciones o de fijar límites crediticios fueron en respuesta a un salto de los precios del etanol, que se produce en base a la caña de azúcar, y que llevó a los automovilistas a usar gasolina. Ello obligó a Brasil a importar más petróleo para abastecer al mercado local.
Brasil busca una mayor regulación de su mercado interno de etanol para proteger el suministro de combustible y reducir la volatilidad de precios, un problema grande para el sector que ha reducido inversiones en expansión desde la crisis financiera de 2008. El gobierno de Brasil introduciría cambios a la política de etanol durante los próximos días y semanas para proteger las reservas del combustible. (Reuter)
El diario Estado de Sao Paulo informó que el gobierno de la presidenta, Dilma Rousseff, "prácticamente enterró" las propuestas para un impuesto, ante las críticas de la industria y dudas sobre su eficacia. Los analistas dijeron que el impuesto hubiera provocado un incremento de los precios internacionales dada la importancia de Brasil en el mercado, en un momento de ajustadas reservas globales. Brasil controla más de la mitad del comercio mundial de azúcar. Las propuestas de un impuesto a las exportaciones o de fijar límites crediticios fueron en respuesta a un salto de los precios del etanol, que se produce en base a la caña de azúcar, y que llevó a los automovilistas a usar gasolina. Ello obligó a Brasil a importar más petróleo para abastecer al mercado local.
Brasil busca una mayor regulación de su mercado interno de etanol para proteger el suministro de combustible y reducir la volatilidad de precios, un problema grande para el sector que ha reducido inversiones en expansión desde la crisis financiera de 2008. El gobierno de Brasil introduciría cambios a la política de etanol durante los próximos días y semanas para proteger las reservas del combustible. (Reuter)
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