24 Abril 2011
BUENOS AIRES.- En otra evidencia de las recetas que impulsa para todos por igual, el FMI fue crítico con los planes de Estados Unidos para enfrentar sus crisis. "No tiene un plan creíble para reducir su déficit presupuestario a mediano plazo", dijo el economista jefe Olivier Blanchard. Explicó que el acuerdo entre demócratas y republicanos para recortar el déficit en U$S 39.000 millones es insuficiente. "El discurso del presidente, Barack Obama, del pasado 13 de abril va en la buena dirección, pero aún falta que se traduzca en medidas concretas", aseveró.
Esta opinión está en línea con la postura de la agencia Standard & Poor?s que colocó el rating de EEUU en perspectiva negativa, ante la falta de acuerdo político para fijar un plan concreto para reducir el déficit. Blanchard explica el cambio de postura del FMI respecto del control de los flujos de capital por los países miembros, en el hecho de que hasta la crisis los banqueros centrales creían tener la fórmula milagrosa de la estabilización de la inflación y sus expectativas. A esa fórmula -según el experto- la constituía el manejo de las tasas de interés, pero la crisis ha hecho saltar por los aires este modelo, sentenció.
Blanchard pidió que los países periféricos de la zona euro mejoren su productividad o ajusten salarios, o ambas cosas, para que sus economías vuelvan a crecer. "Estos países no se salvarán solamente a través de sacrificios presupuestarios", afirmó y agregó que los endeudados países periféricos necesitan llevar adelante reformas estructurales, principalmente en sus mercados laborales.
Athanasios Vamvakidis, un experto que trabajó en el Fondo entre 1997 y 2000, también lo aclaró: "En los emergentes, la reestructuración se llevaba a cabo con un colapso del tipo de cambio y esto ayudó a que recuperaran competitividad. Pero la devaluación no es una alternativa para Grecia", el país europeo más afectado por la crisis. Un año después de conseguir un rescate de 110.000 millones de euros del Fondo y sus socios europeos, sigue sumido en la recesión y está incumpliendo las metas fiscales fijadas para su rescate. El 23 de abril de 2010, Grecia, frente a la explosión de su déficit y deuda públicos, se convirtió en el primer país en acudir en ayuda de la Unión Europea y el FMI. Le siguieron Irlanda y Portugal. Dublín obtuvo 85.000 millones de euros y Lisboa pidió un rescate hace dos semanas, que estará listo para mayo. Para enfrentar las urgencias, la receta no es significamente distinta a la conocida. Y los éxitos de estas medidas siguen en entredicho. (Reuter-Télam-especial)
Esta opinión está en línea con la postura de la agencia Standard & Poor?s que colocó el rating de EEUU en perspectiva negativa, ante la falta de acuerdo político para fijar un plan concreto para reducir el déficit. Blanchard explica el cambio de postura del FMI respecto del control de los flujos de capital por los países miembros, en el hecho de que hasta la crisis los banqueros centrales creían tener la fórmula milagrosa de la estabilización de la inflación y sus expectativas. A esa fórmula -según el experto- la constituía el manejo de las tasas de interés, pero la crisis ha hecho saltar por los aires este modelo, sentenció.
Blanchard pidió que los países periféricos de la zona euro mejoren su productividad o ajusten salarios, o ambas cosas, para que sus economías vuelvan a crecer. "Estos países no se salvarán solamente a través de sacrificios presupuestarios", afirmó y agregó que los endeudados países periféricos necesitan llevar adelante reformas estructurales, principalmente en sus mercados laborales.
Athanasios Vamvakidis, un experto que trabajó en el Fondo entre 1997 y 2000, también lo aclaró: "En los emergentes, la reestructuración se llevaba a cabo con un colapso del tipo de cambio y esto ayudó a que recuperaran competitividad. Pero la devaluación no es una alternativa para Grecia", el país europeo más afectado por la crisis. Un año después de conseguir un rescate de 110.000 millones de euros del Fondo y sus socios europeos, sigue sumido en la recesión y está incumpliendo las metas fiscales fijadas para su rescate. El 23 de abril de 2010, Grecia, frente a la explosión de su déficit y deuda públicos, se convirtió en el primer país en acudir en ayuda de la Unión Europea y el FMI. Le siguieron Irlanda y Portugal. Dublín obtuvo 85.000 millones de euros y Lisboa pidió un rescate hace dos semanas, que estará listo para mayo. Para enfrentar las urgencias, la receta no es significamente distinta a la conocida. Y los éxitos de estas medidas siguen en entredicho. (Reuter-Télam-especial)
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