20 Abril 2011
EL ARMA. Dos pericias dicen que mataron a Aráoz con el revólver de Pérez. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO
Se muestra ansioso. Hojea constantemente el expediente, que parece conocer de memoria. Alejandro Darío Pérez, el ex oficial imputado por el homicidio del juez de Menores Héctor Agustín Aráoz, escuchó las pruebas instrumentales que terminaron de incorporarse en su contra.
Durante la declaración de los testigos, dos peritos balísticos afirmaron que las vainas encontradas en el lugar del crimen fueron disparadas con el arma de Pérez. Sin embargo, el perito de parte Oscar Terraza defendió con firmeza lo contrario. Según Terraza, las improntas que quedaron marcadas en las muestras recogidas en la casa de Aráoz no coinciden con las generadas por el revólver del imputado.
Tres días después del crimen, Pérez se sometió voluntariamente a un estudio para comprobar si había restos de pólvora en sus manos. El dermotest fue positivo, por lo que el fiscal Guillermo Herrera ordenó su detención. Pérez se defendió afirmando que estuvo trabajando todo el día. Para ello, mostró el registro de viajes de la remisería en la que trabajaba.
Los informes telefónicos son otras de las pruebas a las que se aferra para probar su coartada. Por cada llamada que le realizó Ema Hortensia Gómez, el registro indica que el ex oficial se encontraba en San Miguel de Tucumán.
Sin embargo, la insistencia de Gómez (según el detalle telefónico lo llamó nueve veces) y las comunicaciones que efectuaron desde los teléfonos que estaban en poder de Aráoz lo vinculan con el caso, aunque él sostenga que esas llamadas también las realizó la ex agente.
El abogado de Pérez, Gustavo Morales, buscará demostrar con los últimos informes telefónicos que se incorporarán hoy, que su defendido no estuvo nunca en Yerba Buena ese día. Además, pidió que se aclare por qué se siguió cargando GNC con su tarjeta hasta días después de que lo detuvieran. Así pretende desestimar la hipótesis de la querella, de que estuvo junto a Gómez la tarde del crimen, y que cargaron el tanque de su auto en una refinería ubicada en avenida Colón al 700. En la cartera de la ex agente estaba la tarjeta para sumar puntos del imputado.
Pruebas a favor
* Las planillas de viaje de la remisería indican que estuvo trabajando el día del crimen.
* Casi todos los llamados que recibió fueron tomados por antenas ubicadas en San Miguel de Tucumán.
* Según las actas, aceptó el dermotest voluntariamente.
* Un perito dijo que no mataron a Aráoz con su arma.
Pruebas en contra
* Dos pericias balísticas afirmaron que con su arma ultimaron al juez.
* El dermotest que le realizaron le dio positivo.
* Ocho llamadas recibió en su teléfono de los números que pertenecían a Aráoz.
* Gómez lo llamó varias veces. Fueron prácticamente los únicos llamados que recibió
Durante la declaración de los testigos, dos peritos balísticos afirmaron que las vainas encontradas en el lugar del crimen fueron disparadas con el arma de Pérez. Sin embargo, el perito de parte Oscar Terraza defendió con firmeza lo contrario. Según Terraza, las improntas que quedaron marcadas en las muestras recogidas en la casa de Aráoz no coinciden con las generadas por el revólver del imputado.
Tres días después del crimen, Pérez se sometió voluntariamente a un estudio para comprobar si había restos de pólvora en sus manos. El dermotest fue positivo, por lo que el fiscal Guillermo Herrera ordenó su detención. Pérez se defendió afirmando que estuvo trabajando todo el día. Para ello, mostró el registro de viajes de la remisería en la que trabajaba.
Los informes telefónicos son otras de las pruebas a las que se aferra para probar su coartada. Por cada llamada que le realizó Ema Hortensia Gómez, el registro indica que el ex oficial se encontraba en San Miguel de Tucumán.
Sin embargo, la insistencia de Gómez (según el detalle telefónico lo llamó nueve veces) y las comunicaciones que efectuaron desde los teléfonos que estaban en poder de Aráoz lo vinculan con el caso, aunque él sostenga que esas llamadas también las realizó la ex agente.
El abogado de Pérez, Gustavo Morales, buscará demostrar con los últimos informes telefónicos que se incorporarán hoy, que su defendido no estuvo nunca en Yerba Buena ese día. Además, pidió que se aclare por qué se siguió cargando GNC con su tarjeta hasta días después de que lo detuvieran. Así pretende desestimar la hipótesis de la querella, de que estuvo junto a Gómez la tarde del crimen, y que cargaron el tanque de su auto en una refinería ubicada en avenida Colón al 700. En la cartera de la ex agente estaba la tarjeta para sumar puntos del imputado.
Pruebas a favor
* Las planillas de viaje de la remisería indican que estuvo trabajando el día del crimen.
* Casi todos los llamados que recibió fueron tomados por antenas ubicadas en San Miguel de Tucumán.
* Según las actas, aceptó el dermotest voluntariamente.
* Un perito dijo que no mataron a Aráoz con su arma.
Pruebas en contra
* Dos pericias balísticas afirmaron que con su arma ultimaron al juez.
* El dermotest que le realizaron le dio positivo.
* Ocho llamadas recibió en su teléfono de los números que pertenecían a Aráoz.
* Gómez lo llamó varias veces. Fueron prácticamente los únicos llamados que recibió
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