Por Nicolás Iriarte
18 Abril 2011
TODOS LA MIRAN. Aveska, Pereira, Velázquez, Fernández y Oliva siguen la redonda. Diego Ledesma, que fue reemplazado, intenta hacerse de ella.
¿Puede un torneo que lleva 29 fechas tomar por desprevenido a un equipo? La respuesta es positiva y le cabe a San Martín. La lluvia, que comenzó a caer promediando el segundo tiempo, alteró los planes de muchos de los que fueron hasta La Ciudadela con una camperita. Valga la ironía, a los de Carlos Roldán los vienen tomando por sorpresa desde hace largo rato ya. El "santo" volvió a perder (2 a 1) en su cancha y esta vez la que desnudó todas sus falencias defensivas y ofensivas fue la "lepra" mendocina.
El local tardó 23 minutos en generar peligro: Saavedra remató por arriba. Eso lo dice todo. El volumen de juego es algo que se reclama desde hace bastante, pero la solución se hace desear.
En el visitante, la línea estaba bajada desde el vestuario: orden para defender y audacia para salir de contra, ya que en frente no había un equipo imbatible. De hecho, la virtud de los mendocinos no estuvo en las llegadas al arco contrario: la primera fue a los 46'.
Minutos antes, bastó que Diego Menghi apenas sujetara a Miguel Fernández en el área para que Stevenot cobrara penal. El mismo delantero se hizo cargo y adelantó al "santo". El triunfo parcial, aunque no tan merecido, poco duró...
Pasó el descanso y regresó al barrio un fantasma vestido de visitador médico: la pelota parada. Los avisos ante Ferro, la CAI y Patronato no sirvieron para corregir un defecto que se paga con goles.
Cinco minutos de juego: tiro libre de Maximiliano Oliva, Menghi se acomodó en el aire y cabeceó dónde quiso.
El empate agrandó a la "lepra" y desesperó a San Martín. Claro, corregir los defectos de toda una temporada en un solo partido es imposible. El minuto 20 de ese lapso dejó tela para cortar. Oliva tuvo otro tiro libre lejos de López (más de 30 metros) y no le importó. Zurdazo y pelotazo al ángulo de Julio César. Lo de golazo queda chico. La defensa poco pudo hacer, porque en esta definición no hubo advertencias cercanas. Con una espectacular conquista y una asistencia, Oliva fue figura.
Desde la quinta fecha (0-3 con ante Rafaela) que el "santo" no recibía un gol de tiro libre. Alexis Castro vez fue el autor aquella vez.
Consecuencias
El giro de 360° del marcador si tiene antecedentes como para anticiparlo. Ante Patronato, y luego de varios años, por primera vez a San Martín le dieron vuelta un resultado. Ahora es otra la historia. En los últimos 30 días se lo hicieron por duplicado.
Qué curioso. Para sus rivales, San Martín es obvio, pronosticable y siempre anticipable. ¿Será que le tomaron el pulso desde el inicio del torneo?
Pelota parada y maldita
Las dos conquistas de Independiente Rivadavia llegaron a través de tiros libres. Si bien el segundo fue un golazo y el arquero no tenía qué hacer, en el primero Menghi cabeceó absolutamente solo dentro del área. Imperdonable.
La Ciudadela ya no asusta
Con la derrota de ayer, el "santo" acumula cuatro caídas de local. De los últimos nueve puntos en esa condición sacó sólo tres. En total, el equipo de Roldán apenas pudo ganar seis de 15 juegos que disputó en La Ciudadela.
Un goleador hecho en casa
Son pocas las cosas que puede rescatar San Martín de este flojo pasaje. Una de ellas es el gran presente que vive Fernández. El "Monito" es una realidad y con el gol de ayer llegó a los 10. Ahora pelea los primeros puestos de la tabla de goleadores.