14 Abril 2011
Hondo pesar causó el fallecimiento del ingeniero zootecnista Pedro Miguel Mascaró, quien había dedicado su vida a la docencia y a la investigación en la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la Universidad Nacional de Tucumán, de la que llegó a ser decano. Era hijo de don Juan José Mascaró Vilá, inmigrante español de origen catalán nacido en Massanas (Gerona), alcalde de su ciudad. En Tucumán contrajo matrimonio con Amelia Guadalupe Silva, con la cual tuvo tres hijos. Pedro Miguel era el menor. Este se casó en 1969 con María Victoria Alvarez. Con ella formó un hogar de principios cristianos proyectado en cinco hijos y 10 nietos. En la gestión universitaria de 1986-1990, durante el rectorado de Rodolfo Campero, fue el primer decano electo de su Facultad al restaurarse la democracia. Fue también consejero por los profesores titulares en el Consejo de su Facultad (1994-1996) y en el Superior.
Durante su gestión se llevó a cabo el proyecto de ampliación de las instalaciones de la Facultad de Agronomía en El Manantial y gestionó y obtuvo un préstamo del BID para la construcción de la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia de la UNT en Horco Molle. De carácter afable, vasta cultura y amena conversación, deleitaba a sus amigos con anécdotas y agudas observaciones sobre sus muchos viajes al exterior, en especial a Egipto. La historia de esta civilización, la historia argentina y la de la Segunda Guerra Mundial eran su hobby. Era también un hábil carpintero y realizó con sus propias manos obras en su casa de Tafí del Valle y una colección de trencitos y aeroplanos de juguete. Sus familiares y colaboradores lo recordarán siempre con el afecto que merecía su cálida personalidad.
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