11 Abril 2011
AVANZA LA INVESTIGACION. El profesor de tenis fue visto con vida por última vez el lunes 21 de marzo. ARCHIVO LA GACETA / ANTONIO FERRONI
El fiscal de que sigue la causa por el asesinato de Pablo Aiziczon, Carlos Albaca, requirio hoy a la jueza Ema de Nucci que Linda Vanesa Martínez y Jorge Luis Borges continúen detenidos bajo el régimen de prisión preventiva como imputados por el homicidio del profesor de tenis. Ahora la magistrada tiene 10 días para resolver el pedido. Mientras tanto, los sospechos continúan alojados en la Brigada Femenina y en la División Homicidios, respectivamente. En cuanto al proceso investigativo, los pesquisas aguardan los resultados de nuevos informes importantes, como los de las pericias genéticas, para poder avanzar.
El lunes 21 de marzo, Aiziczon salió de la casa de su madre, situada en Yerba Buena. Debía dar clases en Unidad Sionista, pero avisó que llegaría tarde. Dos días después, su cuerpo fue hallado en el asiento trasero de su Suzuki Swift gris. Los asesinos lo habían abandonado en un pasaje de barrio Horco Molle. Habían tratado de prenderle fuego al vehículo, pero fallaron en el intento y -según los investigadores- dejaron muchas evidencias.
Cuando el paradero de Aiziczon aún era un misterio, su hermano Fernando consiguió una lista con los últimos llamados que había realizado la víctima con su celular. Fue llamando uno a uno y así dio con una mujer que dijo llamarse "Claudia". Cuando le explicó que buscaba a su hermano, ella cortó la comunicación y apagó el aparato. La línea estaba a nombre de Borges, y los investigadores sospechan que esa mujer, en realidad, era Linda Martínez. Cinco días después del crimen, la Policía arrestó a la pareja. LA GACETA ©
El lunes 21 de marzo, Aiziczon salió de la casa de su madre, situada en Yerba Buena. Debía dar clases en Unidad Sionista, pero avisó que llegaría tarde. Dos días después, su cuerpo fue hallado en el asiento trasero de su Suzuki Swift gris. Los asesinos lo habían abandonado en un pasaje de barrio Horco Molle. Habían tratado de prenderle fuego al vehículo, pero fallaron en el intento y -según los investigadores- dejaron muchas evidencias.
Cuando el paradero de Aiziczon aún era un misterio, su hermano Fernando consiguió una lista con los últimos llamados que había realizado la víctima con su celular. Fue llamando uno a uno y así dio con una mujer que dijo llamarse "Claudia". Cuando le explicó que buscaba a su hermano, ella cortó la comunicación y apagó el aparato. La línea estaba a nombre de Borges, y los investigadores sospechan que esa mujer, en realidad, era Linda Martínez. Cinco días después del crimen, la Policía arrestó a la pareja. LA GACETA ©
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