29 Marzo 2011
AGRADECIDO. Aiziczon aseguróque la Policía actuó con rapidez. LA GACETA / JOSÉ INESTA
Fernando Aiziczon está destrozado.Pero, como toda su familia,se detiene para dar las gracias enun momento de hondo dolor aquienes dieron algo de luz en elmisterioso crimen de su hermanoPablo. "La única tranquilidad quele queda a la familia es que esto estéresuelto. Ojalá que así sea y quesea todo como se dice", aseveró,dolido, el hermano menor de lavíctima.El martes 22, cuando ya habíanpasado casi 24 horas de la desapariciónde Pablo, Fernando consiguióel número de teléfono de"Claudia", el supuesto nombre falsoque utilizaba la detenida LindaMartínez.
"La llamada fue clave;sin querer, la llamada fue clave.Uno, en la locura que tenía, hacíade todo para encontrar al hermano.Pero nunca me imaginé eso",señaló.Y no se olvida de que el datofue muy bien capitalizado porlos investigadores. "La Policía y laJusticia se movieron muchísimo",señaló. Además, contó que el pasode las horas incrementaba su desesperación."Pablo era de mandarnosmensajes permanentemente,era una relación no sólo de hermanos,sino también de amistad",dijo. Y añadió: "yo sospechaba lopeor porque mi hermano no era dedecir: ?me voy de viaje?.Me pareciómuy raro. Uno tiene un presentimientoporque conoce a la persona".También se mostró agradecidoporque en pocas horas los investigadoresencontraron muchasrespuestas. "Uno nunca sabe, porquesi Pablo hubiese estado en lamontaña tirado no lo encontrabanmás.
El día que lo estábamos enterrandose lo agradecía a Dios. Podríamoshaber estado muchotiempo sin saber qué pasó". Y, porúltimo, dejó un mensaje: "ojalá queesto tenga su fin, y que esta genteno salga nunca más".
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Pablo Aiziczon