25 Marzo 2011
EVIDENCIAS. Según la Policía, en el auto se encontraron numerosas huellas. LA GACETA / FRANCO VERA
No hay tiempo que perder y por esa razón los investigadores trabajan contrarreloj para dar con el o los asesinos del profesor de tenis Pablo Aiziczon. El hallazgo de pistas firmes en las últimas horas hizo que la Policía fije su lupa en casas de Yerba Buena, por lo que desde esta madrugada recorren los alrededores de algunas de ellas, deslizaron fuentes cercanas a la investigación.
Según las pericias que realizó la Policía Científica, a Aiziczon -que había desaparecido el lunes a la siesta- le habrían quitado la vida por una infidelidad cuando, aparentemente, un hombre lo sorprendió con su esposa o novia. No se descartó, incluso, que la misma mujer lo engañó para que fuera a verla.
Este hipótesis se sostiene en que en la frazada que colocaron sobre él -cuando intentaron quemarlo dentro de su auto- se hallaron restos de semen, vellos púbicos femeninos y cabellos, también de una mujer. Por los horarios que manejan los investigadores, a Aiziczon lo tuvieron casi 40 horas cautivo, aunque se desconoce en qué momento lo mataron.
Lo ejecutaron de un disparo, que entró por la espalda y salió por el pecho. Además, tenía un balazo en la mano. El miércoles dejaron el auto en un pasaje del barrio Horco Molle, con el cuerpo en el asiento trasero. Luego, un vecino alertó sobre la presencia del rodado y se produjo el macabro descubrimiento en su interior. LA GACETA ©
Según las pericias que realizó la Policía Científica, a Aiziczon -que había desaparecido el lunes a la siesta- le habrían quitado la vida por una infidelidad cuando, aparentemente, un hombre lo sorprendió con su esposa o novia. No se descartó, incluso, que la misma mujer lo engañó para que fuera a verla.
Este hipótesis se sostiene en que en la frazada que colocaron sobre él -cuando intentaron quemarlo dentro de su auto- se hallaron restos de semen, vellos púbicos femeninos y cabellos, también de una mujer. Por los horarios que manejan los investigadores, a Aiziczon lo tuvieron casi 40 horas cautivo, aunque se desconoce en qué momento lo mataron.
Lo ejecutaron de un disparo, que entró por la espalda y salió por el pecho. Además, tenía un balazo en la mano. El miércoles dejaron el auto en un pasaje del barrio Horco Molle, con el cuerpo en el asiento trasero. Luego, un vecino alertó sobre la presencia del rodado y se produjo el macabro descubrimiento en su interior. LA GACETA ©
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