Por Silvina Cena
23 Marzo 2011
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El despecho, los excesos en las fiestas, la conflictiva relación con los padres, el sinsabor del amor que no fue, la petulancia de una chica que se define como mala influencia, la instigación a aprovechar la vida y hasta una súplica a un presidente. Todas esas temáticas, entre muchas otras, recorre Pink en su disco “Greatest hits... So far!!!”, lanzado en 2010, que se propone repasar los grandes éxitos de la cantante y compositora (sólo una de las 19 canciones,“Raise your glass”, es un estreno). Hay algunas contradicciones en el compilado de hits de la estadounidense. La primera: si se espera que por reunir las canciones que la hicieron conocida en todo el mundo el disco refleje la madurez de una artista de larga trayectoria, se espera en vano.
Las letras, en cambio -muchas de la autoría de Pink-, desnudan una personalidad frágil y fácil de vulnerar, una eterna adolescente encerrada en cuerpo de mujer, cuya cosmovisión varía menos con el paso del tiempo que los colores de su pelo (”Greatest hits... So far!!!” incluye temas lanzados a partir de 2000). Esa es justamente la razón por la que resulta extraño -y he aquí otra de las incoherencias- que la cantante le imprima un estilo agresivo tanto a su look como a la gráfica del disco -en cuya portada aparece con gesto belicoso y mordiendo una cadena-, que no guarda relación con el contenido de las canciones. Esto, por supuesto, no priva a los temas de transmitir sentimientos, divertir, protestar o llamar a la reflexión (como en “Dear Mr. President”), según sea el caso.
En definitiva: la artista que alguna vez expresó que deseaba ser en sus canciones tan espontánea como ella misma, reflejando las relaciones por las que pasó, los disgustos que sufrió y hasta las vivencias que la avergonzaron, puede decir que en este, el disco que la mira en perspectiva, logró su objetivo.
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