23 Marzo 2011
En 2010 en el país se realizaron 932 trasplantes de córneas, la cifra más alta de la historia. Quiere decir que en Argentina por día tres personas logran recuperar la vista. No obstante, actualmente existen 3.043 personas que están en lista de espera para recibir una córnea. La cirugía es sencilla y generalmente no requiere más de un día de internación. Se trasplanta un ojo y si no hubo rechazo se hace el otro.
Las causas de la ceguera son muchas. Cuando es producida por patologías de la córnea, el trasplante es indispensable. La enfermedad más común es el queratocono, que es congénita. Es lo que sufre Fernando, de 27 años, estudiante de Medicina. El joven, que ya recibió el trasplante de un ojo, espera inscribirse en el Cucai para su segunda operación. Antes de la primera cirugía estaba casi ciego. Sufría de fotofobia y sólo se sentía cómodo de noche para realizar la mayoría de sus actividades, como por ejemplo estudiar.
Cada día que pasaba desaparecían más cosas de su camino. La desesperación se adueñaba de Fernando, quien tuvo que soportar en el medio de su enfermedad la pérdida de su papá, el 5 de junio de 2009. A los 20 días de este hecho, en lo que sus allegados llamaron como un regalo del cielo, le avisaron que había sido beneficiado para recibir una córnea proveniente de Córdoba. En poco tiempo, Fernando empezó a notar los cambios: ya no necesitaba acercarse a menos de 10 centímetros para leer una letra grande. "Ya sé lo que cuesta el viaje; puedo ver lo que dice el reloj taxímetro, y estoy en el asiento de atrás", le expresó contento a su novia, Milagros. Además, ahora puede soñar con hacer ciertas especialidades médicas antes impensadas, como por ejemplo ser cardiocirujano.
Las causas de la ceguera son muchas. Cuando es producida por patologías de la córnea, el trasplante es indispensable. La enfermedad más común es el queratocono, que es congénita. Es lo que sufre Fernando, de 27 años, estudiante de Medicina. El joven, que ya recibió el trasplante de un ojo, espera inscribirse en el Cucai para su segunda operación. Antes de la primera cirugía estaba casi ciego. Sufría de fotofobia y sólo se sentía cómodo de noche para realizar la mayoría de sus actividades, como por ejemplo estudiar.
Cada día que pasaba desaparecían más cosas de su camino. La desesperación se adueñaba de Fernando, quien tuvo que soportar en el medio de su enfermedad la pérdida de su papá, el 5 de junio de 2009. A los 20 días de este hecho, en lo que sus allegados llamaron como un regalo del cielo, le avisaron que había sido beneficiado para recibir una córnea proveniente de Córdoba. En poco tiempo, Fernando empezó a notar los cambios: ya no necesitaba acercarse a menos de 10 centímetros para leer una letra grande. "Ya sé lo que cuesta el viaje; puedo ver lo que dice el reloj taxímetro, y estoy en el asiento de atrás", le expresó contento a su novia, Milagros. Además, ahora puede soñar con hacer ciertas especialidades médicas antes impensadas, como por ejemplo ser cardiocirujano.