Sobrevivió comiendo yogur bajo los escombros

Sobrevivió comiendo yogur bajo los escombros

Rescataron a una abuela de 80 años y a su nieto de 16, tras permanecer nueve días atrapados en la cocina de la que era su casa. La policía nipona estima que más de 15.000 personas habrían muerto. Controles en aeropuertos. Rescatan a una anciana

MILAGRO. Sumi Abe, de 80 años estaba junto a su nieto en la cocina cuando se derrumbó su casa el 11 de marzo. Sobrevivieron comiendo yogures. REUTERS MILAGRO. Sumi Abe, de 80 años estaba junto a su nieto en la cocina cuando se derrumbó su casa el 11 de marzo. Sobrevivieron comiendo yogures. REUTERS
21 Marzo 2011
TOKIO.- En medio del desastre, el milagro reavivó la esperanza entre los socorristas japoneses. Ayer, bajo los escombros de una casa, encontraron a una abuela y su nieto. Ambos permanecieron atrapados nueve días tras el sismo que devastó el nordeste de Japón, anunció la policía.

Sumi Abe, de 80 años, y Jin Abe, de 16, se encontraban en la cocina cuando la casa se derrumbó el 11 de marzo. La abuela y su nieto lograron sobrevivir gracias a que tenían cerca la heladera con alimentos pero, sobre todo, con yogures.

"Mientras buscaban sobrevivientes, los policías oyeron una voz que pedía auxilio desde una casa en ruinas", afirmó un policía de Ishinomaki, una de las ciudades más afectadas por la catástrofe. Entonces vieron a Abe luchar por salir del tejado.

Sumi y Jin Abe, en leve estado de hipotermia, fueron trasladados en helicóptero a un hospital.

"¿Están heridos?", preguntó un periodista. "No", respondió la anciana ante las cámaras, antes de ser transportada en camilla hasta un helicóptero. Su nieto explicó que se habían quedado atrapados cuando la casa se desplomó.

El rescate revivió las esperanzas a los socorristas, que ya no pensaban encontrar supervivientes.

Mejora la situación

Japón restauró la energía en un colapsado reactor nuclear, mientras lucha para evitar el desastre en la planta afectada por un terremoto y posterior tsunami, fenómenos que se estima habrían causado la muerte a más de 15.000 personas sólo en una prefectura del país.

Unos 300 ingenieros luchan dentro de la zona de peligro por salvar la planta Fukushima de seis reactores nucleares, en la peor crisis nuclear mundial desde Chernobyl, en 1986.

"Creo que la situación está mejorando paso a paso", señaló el subsecretario del gabinete, Tetsuro Fukuyama.

Los trabajadores, que enfrentan altos niveles de radiación pese a que visten trajes sellados con fuertes cintas adhesivas, lograron conectar un cable de electricidad al reactor número 2, clave para sus intentos de enfriar y limitar la filtración altamente tóxica, informó la agencia de noticias Kyodo. El operador de la planta, Tokio Electric Power Company (Tepco), espera restaurar el control del funcionamiento de la pieza, luces y enfriamiento en el reactor número 1, que está conectado por un cable al reactor 2.

En tanto, la policía cree que más de 15.000 personas murieron debido al doble desastre en la prefectura de Miyagi, una de las cuatro que recibieron la mayor parte del daño del tsunami. En total, más de 20.000 están muertas o desaparecidas. La crisis costará unos U$S 200.000 millones y exigirá a Japón el mayor esfuerzo de reconstrucción desde la II Guerra Mundial.

Algo alentador para los japoneses que trabajan en el complejo Fukushima fue la noticia de que el reactor más crítico, el número 3 que contiene plutonio altamente tóxico, fue estabilizado luego de que cinco camiones de bomberos le lanzaran cientos de toneladas de agua.

"Nosotros creemos que el agua está teniendo un efecto de refrigeración", precisó un funcionario de Tepco. Los trabajadores esperan alcanzar hoy el devastado reactor número 4.

Rastros de radiación

Algunos aeropuertos en Asia controlan a pasajeros que arriban desde Japón en busca de rastros de radiación, incluyendo la terminal aérea de Yakarta, donde funcionarios están usando medidores para hallar partículas de átomo en todos los vuelos provenientes de Tokio.

Mientras tanto, fueron hallados rastros que superan los criterios nacionales de seguridad en leche de una granja, a unos 30 km de la planta de Fukushima, y en espinaca de la vecina en Ibaraki. También encontraron pequeños niveles de yodo radioactivo en el agua potable de Tokio, a unos 240 km de la planta de energía nuclear. (Reuters-AFP)

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