Ni siquiera lo nombraron, pero estuvo muy nervioso

Ni siquiera lo nombraron, pero estuvo muy nervioso

18 Marzo 2011
"Desde las 9 de la mañana que me hace señas y me amenaza", exclamó con fuerza Dante Ibáñez, representante de la querella hacia el Tribunal. Su queja apuntaba a Darío Pérez, acusado por el homicidio, quien desde que se había iniciado la audiencia, comentaba varias cosas en voz baja con Andrés Fabersani, y con su abogado, Gustavo Morales.

Pérez siempre se mantuvo inmóvil y firme ante cualquier acusación. Sin embargo, ayer se mostró particularmente atento a las declaraciones de los policías que trabajaron el día del asesinato en la comisaría de La Banda del Río Salí.

Con sus ojos inspeccionó atento cada rincón de la sala, cada persona que estaba presente, e incluso posó su mirada fijamente en los abogados y demás imputados.

A pesar de que los testimonios de los testigos, hacían referencia a las actuaciones de los imputados de encubrimiento, Pérez se mostró muy intranquilo. El único que notó esto fue Ibáñez, que no dudó en ponerlo de manifiesto.

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