¿Una presunción?

Nadie puede negar que al juez de Menores Héctor Agustín Aráoz lo asesinaron. Incluso, con la declaración de ayer de la médica forense que realizó la autopsia, se puede afirmar que lo acribillaron.

El juicio está lleno de dudas. En cada jornada se cruzan testigos que afirman situaciones contradictorias. Pero hay una sola certeza: Aráoz está muerto, y 10 balas ingresaron a su cuerpo.

Decir "presunto" es decir posible. Decir "presunto" es decir que hay una probabilidad que no sea lo que se afirma. Por eso, nadie podría animarse a decir justamente durante el juicio en el que se busca la verdad que Aráoz fue "presuntamente" asesinado.

La excepción es el abogado Gustavo Morales. Cuando se discutía si se aceptaba el testimonio de Joaquina Aráoz Terán, el letrado no dudó en referirse a ella como la hija de la "presunta" víctima.

Ayer, cuando interrogaba a la forense, volvió a repetirlo. "Cuando revisaba a la ?presunta? víctima...", afirmó en su alocución. Tal vez fuera un acto inconsciente -acaso él le llamará estrategia procesal- pero en el mar de dudas por el que navega el debate oral, la única certeza parece ser cuestionada.