09 Marzo 2011
"Soltame carnaval" repetía con un hilito de voz Marcelo Ocampo, el locutor que durante seis días le puso la garganta a la Fiesta Nacional de la Pachamama. El final del carnaval en la zona de los Valles fue casi caótico debido al intenso tráfico de regreso a Tucumán por los frágiles caminos de montaña.
En la terminal de Amaicha se vendían pasajes a cuatro manos. El lunes, se sumaron cinco refuerzos en cada horario, y ayer se necesitaron siete para facilitar el regreso a casa de miles de carnavaleros que, según dijo el presentador, marcaron un récord de convocatoria en la 64ª edición de la fiesta. Ayer al mediodía sólo quedaban pasajes para el horario de las 3.30 de hoy.
El tránsito en la ruta 307 fue incesante desde las 10: a los viajeros que llegaron a Amaicha por el carnaval se sumaron los que volvían de los festejos en Cafayate, pero también los que tomaron esta vía para evitar las demoras por el corte del puente sobre el río Las Cañas, donde un terraplén fue arrasado por las tormentas de los últimos días.
La lluvia también complicó el paso a la altura de Quilmes. La crecida del río Santa María provocó que corriera gran cantidad de agua por los badenes de la zona, sobre todo el más cercano a la entrada de las Ruinas de Quilmes, el mismo que arrastró a tres motociclistas a fines de febrero.
Para las camionetas 4x4, el obstáculo fue un chiste; pero varios autos terminaron quedándose al pasar por la corriente de agua. "Ayudame con un empujoncito", le pidió Ricardo a unos jóvenes que pasaban caminando. Con los pantalones arremangados y descalzos los chicos sacaron el Peugeot 206 del agua, pero no lograron hacerlo arrancar. Quedó clavado en el lugar ante la impotencia de su propietario. "Estuvimos en San Miguel de Tucumán de visita por el fin de semana largo, ahora estamos volviendo a Perico (Jujuy). Espero que podamos resolver esto", rogó el hombre mientras miraba confundido el motor de su auto y movía cables al azar. Ni Germán ni Virginia, sus hijos, podían serle de mucha ayuda.
Los que lograban pasar el obstáculo se encontrarían más tarde con un tramo muy peligroso a la altura de El Infiernillo. Allí, el camino estuvo cortado por derrumbes entre la 0.30 y las 7 de ayer. Una vez habilitado el sector, el personal de Vialidad recomendó a los conductores transitar con sumo cuidado.
Con el sol del mediodía, la corriente de agua en la zona de Quilmes empezó a disminuir y facilitó el paso de los viajeros, aunque durante la tarde otro chaparrón volvió a complicar el paso.
"A este fierro no le pasa nada, nos paramos para tirar un auto que se había quedado porque le entró agua al carburador. Ya lo solucionó y pudo seguir camino", dijo el conductor de un Torino blanco que regresaba de Cafayate.
En la terminal de Amaicha se vendían pasajes a cuatro manos. El lunes, se sumaron cinco refuerzos en cada horario, y ayer se necesitaron siete para facilitar el regreso a casa de miles de carnavaleros que, según dijo el presentador, marcaron un récord de convocatoria en la 64ª edición de la fiesta. Ayer al mediodía sólo quedaban pasajes para el horario de las 3.30 de hoy.
El tránsito en la ruta 307 fue incesante desde las 10: a los viajeros que llegaron a Amaicha por el carnaval se sumaron los que volvían de los festejos en Cafayate, pero también los que tomaron esta vía para evitar las demoras por el corte del puente sobre el río Las Cañas, donde un terraplén fue arrasado por las tormentas de los últimos días.
La lluvia también complicó el paso a la altura de Quilmes. La crecida del río Santa María provocó que corriera gran cantidad de agua por los badenes de la zona, sobre todo el más cercano a la entrada de las Ruinas de Quilmes, el mismo que arrastró a tres motociclistas a fines de febrero.
Para las camionetas 4x4, el obstáculo fue un chiste; pero varios autos terminaron quedándose al pasar por la corriente de agua. "Ayudame con un empujoncito", le pidió Ricardo a unos jóvenes que pasaban caminando. Con los pantalones arremangados y descalzos los chicos sacaron el Peugeot 206 del agua, pero no lograron hacerlo arrancar. Quedó clavado en el lugar ante la impotencia de su propietario. "Estuvimos en San Miguel de Tucumán de visita por el fin de semana largo, ahora estamos volviendo a Perico (Jujuy). Espero que podamos resolver esto", rogó el hombre mientras miraba confundido el motor de su auto y movía cables al azar. Ni Germán ni Virginia, sus hijos, podían serle de mucha ayuda.
Los que lograban pasar el obstáculo se encontrarían más tarde con un tramo muy peligroso a la altura de El Infiernillo. Allí, el camino estuvo cortado por derrumbes entre la 0.30 y las 7 de ayer. Una vez habilitado el sector, el personal de Vialidad recomendó a los conductores transitar con sumo cuidado.
Con el sol del mediodía, la corriente de agua en la zona de Quilmes empezó a disminuir y facilitó el paso de los viajeros, aunque durante la tarde otro chaparrón volvió a complicar el paso.
"A este fierro no le pasa nada, nos paramos para tirar un auto que se había quedado porque le entró agua al carburador. Ya lo solucionó y pudo seguir camino", dijo el conductor de un Torino blanco que regresaba de Cafayate.