26 Febrero 2011
Mientras miles de tucumanos se deprimen al ver el pronóstico que anuncia lluvias y más lluvias, Analía Catsap, Julio Domínguez y Sebastián se alegran. No es que a estas tres personas les gusten los días grises. Lo que pasa es que gracias a las nubes inagotables ellos tienen más trabajo ¿Por qué? Porque los tres viven de los paraguas: Analía es dueña de una marroquinería, Julio los repara y Sebastián los vende en la calle. "Hemos vendido como nunca; fue excepcional", manifestó Analía. Pero ellos no son los únicos que están contentos. Los vendedores de secarropas, los trabajadores de los cines y los de las lavanderías de ropa no pueden creer el éxito que tuvieron este verano.
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