El "picudo del tallo" y el "picudo de la vaina" tienen en jaque a los cultivos de soja de Tucumán

El cultivo de la soja en Tucumán está siendo afectado por diferentes "complejos de insectos", por lo que es necesario realizar algunos comentarios respeto de los trabajos realizados dentro del Programa Granos, dijeron Augusto Camuz, Guillermina Socías y Lucas Casado, integrantes de la Sección Zoologia Agrícola, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).

Durante la presente campaña, el proceso de emergencia de los adultos de Sternechus se inició a principios de diciembre en las zonas sojeras del sur y este de la provincia de Tucumán, extendiéndose hasta mediados de febrero.

Los mayores niveles del "picudo del tallo" o Sternechus subsignatus se registraron desde mediados de diciembre hasta fines de enero, disminuyendo a partir de allí la presión de esta plaga. En el sur de Tucumán, la ocurrencia de períodos sin precipitaciones importantes durante diciembre y enero determinaron una marcada reducción de los niveles de emergencia de adultos de este picudo.

En general, en esta campaña se observa un impacto menor de este picudo en aquellas zonas problemáticas, en comparación con campañas pasadas. Esta situación fue producto del uso de una serie de herramientas adoptadas por el productor para el manejo de esta plaga, destacándose el incremento del área rotada con gramíneas (maíz) y su combinación con el uso de otras prácticas culturales, como las "franjas trampa" y el "manejo de borduras". Además, debe destacarse la importancia del empleo de insecticidas curasemillas, y las aplicaciones de insecticidas para minimizar el impacto de S. subsignatus sobre el cultivo de soja.

En lo que respeta al "picudo negro de la vaina" o Rhyssomatus subtilis, en la campaña en curso la Sección Zoología Agrícola viene realizando estudios en la localidad de Rosario de la Frontera (Salta), tendientes a conocer aspectos bioecológicos que permitan mejorar el manejo de esta plaga.

La emergencia de los adultos de R. subtilis se inició a mediados de noviembre, antes de la siembra de soja presentando niveles bajos de emergencia hasta mediados de enero. En esta etapa, el empleo del insecticida curasemillas evidenció una protección aceptable sobre la plaga, hasta los estados fenológicos V3-V4, momento en que se observaron los primeros daños en brotes terminales, obligando a aplicar insecticidas. El daño puede afectar en grado variable la estructura de la planta, dependiendo de la intensidad del ataque y del tipo de variedad de soja empleada.

A partir de fines de enero, se incrementaron los niveles de emergencia de este picudo, manteniéndose hasta la actualidad. Los elevados niveles de R. subtilis observados obligaron a realizar nuevas aplicaciones para su control. Se debe tener presente que el cultivo de soja está transitando los primeros estadios reproductivos (R2-R4) y próximo a ingresar en la etapa de "llenado de granos", donde esta plaga ocasiona los daños de mayor impacto, afectando el rinde de cultivo. Se recomienda seguir muy de cerca la evolución, para lograr una incidencia menor sobre la productividad de la soja y su calidad.

Controles

Para el manejo del "picudo negro" en la etapa de mayor susceptibilidad del cultivo (R5-R6), se deben ajustar los aspectos vinculados a lograr una buena calidad de aplicación. La estructura alcanzada por la soja constituye un factor que va en detrimento de la calidad de aplicación, disminuyendo la llegada de los insecticidas al blanco.

En Tucumán, las zonas con mayor incidencia de la plaga son las ubicadas al este, que limitan con el oeste santiagueño. También se observó niveles incipientes de este picudo en áreas productivas de los departamentos Burruyacu (centro-oeste) y Cruz Alta (centro-este), observándose un mayor nivel de la plaga en aquellos lotes donde fuera detectado la pasada campaña. La mayor frecuencia de aparición indica que hay un incremento de los niveles de este picudo en estas áreas.