23 Febrero 2011
Nadie sabe dónde está. Pero el nombre de Luis Rafael Piccinetti retumba en los oídos de todos los vecinos de Trancas. "Se rumorea que se habría ido a Bolivia o a Buenos Aires", le dijo hoy uno de los pobladores de la localidad tucumana a LA GACETA.
Desde el anonimato, los tranqueños entrevistados indicaron que siempre desconfiaron del masajista y coincidieron con que José Luis "Pepe" Salas (asesinado en julio de 2007) era una "buena persona". Además, aseguraron que el romance entre el imputado y Silvia Raquel Lai era conocido. "En pueblo chico, infierno grande", dijo un empleado de una heladería.
Piccinetti -quien está acusado junto a Lai del crimen del marido de ésta- debía presentarse el lunes ante el Tribunal que lo juzga para escuchar su sentencia. Pero no concurrió y se ordenó su captura. Más de 100 policías están haciendo trabajos de inteligencia para dar con él.
De acuerdo a la hipótesis de la fiscala de Instrucción, Adriana Giannoni, Piccinetti y Lai eran amantes. Salas -según esta versión- los descubrió y tuvo una fuerte discusión. Días después, los acusados lo mataron. La Policía secuestró en el gimnasio del imputado un pantalón, una campera y un par de zapatillas que habían sido lavadas recientemente y que tenían manchas de sangre pertenecientes a la víctima.
Piccinetti adujo que estas pruebas fueron "plantadas". Pero no quiso escuchar qué piensan los jueces y se marchó el lunes. Algunos tranqueños se están preguntando, a modo de broma, si no se lo habrá tragado la tierra tras el fuerte temblor registrado el lunes pasado en Tucumán. LA GACETA ©
Desde el anonimato, los tranqueños entrevistados indicaron que siempre desconfiaron del masajista y coincidieron con que José Luis "Pepe" Salas (asesinado en julio de 2007) era una "buena persona". Además, aseguraron que el romance entre el imputado y Silvia Raquel Lai era conocido. "En pueblo chico, infierno grande", dijo un empleado de una heladería.
Piccinetti -quien está acusado junto a Lai del crimen del marido de ésta- debía presentarse el lunes ante el Tribunal que lo juzga para escuchar su sentencia. Pero no concurrió y se ordenó su captura. Más de 100 policías están haciendo trabajos de inteligencia para dar con él.
De acuerdo a la hipótesis de la fiscala de Instrucción, Adriana Giannoni, Piccinetti y Lai eran amantes. Salas -según esta versión- los descubrió y tuvo una fuerte discusión. Días después, los acusados lo mataron. La Policía secuestró en el gimnasio del imputado un pantalón, una campera y un par de zapatillas que habían sido lavadas recientemente y que tenían manchas de sangre pertenecientes a la víctima.
Piccinetti adujo que estas pruebas fueron "plantadas". Pero no quiso escuchar qué piensan los jueces y se marchó el lunes. Algunos tranqueños se están preguntando, a modo de broma, si no se lo habrá tragado la tierra tras el fuerte temblor registrado el lunes pasado en Tucumán. LA GACETA ©
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