Un espacio de libertad*

Un espacio de libertad*

Woody Allen ocupa un espacio único en el cine. Pero aún en mayor medida si cabe que ese espacio (artístico, económico, simbólico), la trayectoria que ha seguido es excepcional. Aunque parezca obedecer a un esquema relativamente simple y de sobras conocido

20 Febrero 2011
Por Jean-Michel Frodon

En apariencia, sobre el recorrido biográfico ya está todo dicho: Allen Stewart Konigsberg, hasta que, en la primavera de 1952, se convirtió en Woody Allen cuando comenzó a mandar sus primeros chistes a los periódicos neoyorquinos, y luego, con éxito creciente, él mismo se arriesgara escribiendo sus primeras obras de teatro y luego haciéndose guionista, actor de cine (¿Qué tal, Pussycat?, Casino Royale) y uno de los humoristas más seguidos del New Yorker, el principal semanario intelectual de Estados Unidos. A finales de los 60, se inicia como director, desarrollando y popularizando en todo el mundo su personaje de gafotas a disgusto consigo mismo, así como las réplicas provocadoras, obsesionadas con el sexo, la metafísica y el absurdo, y condensadas en paradojas radicales que dan medida a su talento.
En 1977, el reconocimiento de Annie Hall (Oscar a la mejor película, al mejor director, al mejor guión y una nominación para el Oscar al mejor actor) supuso la consagración de su carrera, una carrera sin una verdadera solución de continuidad desde los primeros elogios a sus chistes en el Mirror y el New York Post un cuarto de siglo antes. En aquel momento, entrará en juego la ambición por inscribirse en un registro del todo diferente con una película sombría, inspirada en el cine europeo y especialmente en la obra de Ingmar Bergman: Interiores. Luego en Manhattan, nuevo éxito de crítica y público, logrará sacar adelante una pequeña síntesis entre el lado cómico y muy personal de Annie Hall y las preocupaciones existenciales y estilísticas que se habían manifestado en la película siguiente. En lo sucesivo, su obra fílmica se verá como una sucesión de variaciones sobre los mismos temas a partir de una combinación siempre nueva a base de humor y de una "seria" inquietud intelectual y estética.

Jean-Michel Frodon - Jefe de la sección de cine del diario Le Monde.
* Fragmento de Woody Allen, conversaciones, de Jean-Michel Frodon (Paidos).

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