17 Febrero 2011
"Pibe, hoy es el Día D", le dice Luis Piccinetti al periodista. Sonríe preocupado: se le acabaron los chicles; en ellos traba la inquietud de la mandíbula.
Cambió el look. Dejó el traje gris en el placard y apostó por una camisa blanca. "Escuchá (ríe). Ayer fui a un bar con un amigo y la moza me pidió un autógrafo. Esto te da vuelta la vida aunque me gustaría haber sido célebre de otra manera", cuenta. Su Nokia 1100, un sonajero eterno. ¿Película favorita? "Tom y Jerry". Y a Rodrigo "El Potro" Bueno le debe su melomanía cuartetera. "Che, no hagás del cuarto poder un poder de cuarta", advierte al cronista del diario.
El carismático masajista se acostumbró al ritual procesal. Que lo tomen de la corbata y lo sacudan en el aire -Piccinetti esto, Piccinetti aquello- no es novedad para él. Lo afronta con gracia. "Soy un negro feo y sin dientes; pero en Trancas, cuando puse el gym, era todo", recuerda.
¿Algún pasatiempo? "Ir de pesca con mis amigos". Silvia Lai atraviesa el pasillo. "Si ella sigue negando voy a publicar en Facebook la copia de las cartas que me mandó", promete. Al rato se sincera: "ojo, que te caiga bien no significa que no sea un asesino, o todo lo contrario". (Por Alvaro Simón Padrós - Redacción LA GACETA)
Cambió el look. Dejó el traje gris en el placard y apostó por una camisa blanca. "Escuchá (ríe). Ayer fui a un bar con un amigo y la moza me pidió un autógrafo. Esto te da vuelta la vida aunque me gustaría haber sido célebre de otra manera", cuenta. Su Nokia 1100, un sonajero eterno. ¿Película favorita? "Tom y Jerry". Y a Rodrigo "El Potro" Bueno le debe su melomanía cuartetera. "Che, no hagás del cuarto poder un poder de cuarta", advierte al cronista del diario.
El carismático masajista se acostumbró al ritual procesal. Que lo tomen de la corbata y lo sacudan en el aire -Piccinetti esto, Piccinetti aquello- no es novedad para él. Lo afronta con gracia. "Soy un negro feo y sin dientes; pero en Trancas, cuando puse el gym, era todo", recuerda.
¿Algún pasatiempo? "Ir de pesca con mis amigos". Silvia Lai atraviesa el pasillo. "Si ella sigue negando voy a publicar en Facebook la copia de las cartas que me mandó", promete. Al rato se sincera: "ojo, que te caiga bien no significa que no sea un asesino, o todo lo contrario". (Por Alvaro Simón Padrós - Redacción LA GACETA)
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