"Dios quiera que mi dolor sirva para algo"

"Dios quiera que mi dolor sirva para algo"

Un hombre recuerda su tragedia familiar

15 Febrero 2011
"Cuando escucho las sirenas de una ambulancia, o veo un taxi igual al que chocó, a mi hijo y a mi ex mujer, no puedo contener las lágrimas. Es terrible lo que estoy viviendo, todo me recuerda a esa mañana". A un año del accidente que les costó las vidas a su hijo, Julio Ramón Reyes y a su ex mujer, María Inés Norri, no encuentra consuelo. Pero en medio del infierno que vive, quiere ayudar a prevenir nuevos casos.

El 15 de febrero de 2010, su hijo y su ex pareja, subieron al taxi que manejaba Manuel Benito Andrada para ir a su trabajo. Pero la muerte se cruzó en su camino. Una camioneta que conducía Gonzalo S., entonces menor de edad, los chocó en la intersección de avenida Roca y Juan B. Terán y truncó todos sus sueños. Los tres ocupantes del taxi perdieron la vida y una daga se incrustó en el corazón de Julio.

"Dios quiera que mi sufrimiento sirva para concientizar a los padres. Que piensen dos veces antes de darle un vehículo a un menor", dijo. Pero el hombre no guarda rencor en su corazón. "Tengo un gran dolor por lo que le pasó a mi hijo y a mi ex mujer, pero no soy un hombre rencoroso. Ayer hablé con el padre de Gonzalo, y sé que él también sufre por esta situación. Es una buena persona y se comprometió a ayudarme", explicó.

Reyes intenta salir adelante a pesar de lo vivido. "Tengo que ser fuerte, por mis otros hijos y por mis nietos", finalizó

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