14 Febrero 2011
CARA A CARA, OTRA VEZ. Piccinetti admitió que mantenía relaciones íntimas con Lai, pero negó haber asesinado a su esposo. LA GACETA/ANTONIO FERRONI
"Nunca tuve nada que ver en el hecho en que me involucran. Eso arruinó mi vida y frustró mis sueños, maldita acusación". Luis Rafael Picinetti comenzó así su testimonio ante los jueces, en el marco del juicio en el que se lo acusa por el homicidio del agricultor José Luis Salas, en Trancas, el 15 de julio de 2007. El debate comenzó hoy y el profesor de gimnasia fue el primero en declarar. En cambio, la otra acusada, Silvia Raquel Lai -esposa de Salas y amante de Piccinetti- se abstuvo de hablar.
El acusado señaló que instaló un gimnasio en Trancas porque consideraba que hacía falta y añadió que ahora trabaja de masajista a domicilio en la ciudad de Tafí Viejo. Al referirse específicamente al crimen, indicó que ese día recibió un mensaje en el que le decían que habían matado a una persona.
"Lavé la ropa como es habitual y fui a comprar comida para mi familia. A la tarde siguiente, mientras daba clases de baile en el gimnasio, llegó al lugar el oficial Carlos Alberto Páez para hacer un allanamiento. Lo primero que pensé es que uno de mis aparatos era robado, pero él me dijo ?vos y esa prostituta van a pagar por lo que le hicieron a mi amigo? (por Salas). También me preguntaba porqué lo había matado", relató.
"Yo no maté a nadie; tuve relaciones con Silvia, pero no maté a nadie. No soy una persona violenta. No fumo, ni bebo, ni me drogo, ni coqueo. Sí, es cierto, me gustan las mujeres, pero no soy un asesino. No soy un asesino", insistió, y agregó que incluso participó del funeral de la víctima, donde le dio el pésame a su madre.
La hipótesis
La fiscala Adriana Giannoni cree que Piccinetti es el autor material del crimen y que Lai es la autora intelectual. También los investigadores sostienen que Salas fue sedado con alguna droga antes de ser atacado. Además, según los informes que maneja Giannoni, los acusados se comunicaron telefónicamente, antes y después de la muerte del agricultor.
La viuda aseguró en varias ocasiones que se trató de un intento de robo, algo que nunca pudo ser probado. También aseguró que sólo tenía una relación de amistad con Piccinetti, que era su personal trainer. El cuerpo de la víctima fue encontrado en su casa de Trancas. Estaba tirado en su cama con la cabeza destruida por los golpes que había recibido. LA GACETA ©
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