14 Febrero 2011
Durante años no quiso hablar del día del crimen. Pero en las distintas entrevistas que otorgó a LA GACETA, Ema Gómez contó su relación con el juez Héctor Agustín Aráoz.
"Tengo el corazón partido en 3.000 pedazos. Estará siempre vivo en mi corazón", había dicho hace cuatro años. "Estábamos muy enamorados. Había planes de tener un bebé, de vivir juntos", afirmó dos años después.
Pero Agustín -como exclamó cuando el día del crimen vio el cuerpo del juez tirado en la puerta del baño- dejó de ser Agustín. Seis años más tarde, es el juez. Así, impersonal. Como si lo que importara ya no fuera su relación, sino la investidura. "Vos lo mataste al juez", le gritó a Pérez, como si hiciera referencia a una persona lejana.
Tal vez, por el tiempo que pasó, dejó a Agustín en el pasado.
"Tengo el corazón partido en 3.000 pedazos. Estará siempre vivo en mi corazón", había dicho hace cuatro años. "Estábamos muy enamorados. Había planes de tener un bebé, de vivir juntos", afirmó dos años después.
Pero Agustín -como exclamó cuando el día del crimen vio el cuerpo del juez tirado en la puerta del baño- dejó de ser Agustín. Seis años más tarde, es el juez. Así, impersonal. Como si lo que importara ya no fuera su relación, sino la investidura. "Vos lo mataste al juez", le gritó a Pérez, como si hiciera referencia a una persona lejana.
Tal vez, por el tiempo que pasó, dejó a Agustín en el pasado.
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