12 Febrero 2011
Para el Indec la inflación de enero fue de un 0,7%
La cifra es menos de la mitad de la que calcularon economistas y consultoras privadas (de un 2%) y acentúa el descrédito en el organismo . Los alimentos, según la información oficial, se encarecieron el mes pasado apenas un 0,2% y la carne vacuna hasta se abarató: un 1,6%. Abrazo simbólico al edificio.
RECLAMO. Cada mes, personal del Indec exige "que se vayan la intervención y la patota de Guillermo Moreno". NA
BUENOS AIRES.- La inflación en enero fue de un 0,7%, impulsada por turismo, la indumentaria y la atención de la salud, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). La cifra da cuenta de que, de acuerdo con este organismo -intervenido políticamente por la administración kirchnerista en enero de 2007-, en los últimos 12 meses la suba de precios al consumidor fue de un 10,6%.
El 0,7% correspondiente a enero es menos de la mitad del aumento de precios calculado por consultoras y economistas, en una banda del 1,5% 2%. Para el Indec, los alimentos subieron de precio apenas un 0,2% en enero e, inclusive, la carne tuvo una baja de un 1,6%.
A su vez, los precios mayoristas subieron en enero un 0,9%, según la información estatal; y el costo de la construcción, un 2,1%, con respecto a diciembre.
Instantes antes de la difusión del índice, empleados del Indec enrolados en ATE realizaron una nueva manifestación en la puerta del edificio en protesta por la intervención del gobierno kirchnerista.
A ese abrazo simbólico al organismo estadístico público se sumaron dirigentes políticos de la oposición, que criticaron con dureza al Gobierno porque no lo normaliza.
Los jefes de las bancadas en Diputados y Senadores de la UCR, Ricardo Gil Lavedra, y Gerardo Morales, respectivamente, y el precandidato a presidente por ese partido Ricardo Alfonsín encabezaron la manifestación. Alfonsín cuestionó a la presidenta, Cristina Fernández, por su posición sobre la suba de precios: "no sé si es más grave que haya inflación o que la Presidenta la niegue". La intromisión del gobierno kirchnerista en el Indec empezó en enero de 2007, con el desplazamiento de Graciela Bevacqua de la jefatura del Índice de Precios al Consumidor (IPC), ejecutado por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, por orden del entonces presidente, Néstor Kirchner.
Justamente, del cruce de la estadística de los precios con los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) -el departamento que intervino el kirchnerismo inmediatamente después del IPC- surge la cifra de familias pobres e indigentes de la Argentina.
La manipulación de las cifras oficiales, probada por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas y llevada al ámbito penal, continuó con el gobierno de Cristina Fernández y se mantiene hasta la actualidad.
El personal del Indec afiliado a ATE también protestó ayer contra el pedido del Gobierno al Fondo Monetario Internacional (FMI), para que este organismo -denostado públicamente por Kirchner y por la Presidenta- sugiera una nueva metodología de medición de la evolución de los precios minoristas.
Para el Gobierno nacional la Argentina no sufre inflación. De hecho, esa palabra jamás es mencionada en público por ningún funcionario ni por la propia Presidenta. Ella, su ministro de Economía, Amado Boudou, y su jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, aseguran que en el país no hay una suba generalizada de precios (inflación), sino una distorsión y dispersión de precios. Culpan a los empresarios, sin embargo, por los aumentos y, mientras tanto, frenan incrementos de tarifas y en insumos como el combustible líquido, y a la vez implementan planes como Milanesas para todos, de productos a precios rebajados. Pero estos sólo se aplican en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, donde vive la mitad de la población; pero no en el resto del país, donde vive el otro 50% de los argentinos.
Economistas, organizaciones que se dedican a la defensa de los consumidores y dirigentes opositores aseguran que el problema inflacionario es responsabilidad del gobierno kirchnerista, y lo atribuyen a la excesiva emisión monetaria y a la sobreestimulación de la demanda, mezclada con una oferta general insuficiente ocasionada por la falta de confianza de los inversores en la administración nacional.
Condiciones sociales
La Canasta Básica Alimentaria (CBA) -con la que se mide la indigencia- aumentó en enero de 2011 un 17,8% con respecto a igual mes de 2010, y ascendió a $ 580,14. La CBA está compuesta por un conjunto de alimentos básicos para la subsistencia de un grupo familiar integrado por un matrimonio y dos hijos pequeños, durante un mes.
La Canasta Básica Total (CBT) -con la que se mide la pobreza - subió en el mismo período un 15,5% y trepó a $ 1.265,25. Esta canasta se diferencia de la CBA porque incorpora a ese grupo de alimentos una serie de servicios mínimos, como el transporte.
Sobre la base de la información de las canastas se deduce que la inflación para los sectores de menores recursos es de un 15,5% y un 17,8%, mientras el índice general fue de un 10,6%, siempre según las cifras del Indec, ya que las consultoras duplican y hasta triplican los resultados oficiales.
Las mismas cifras públicas contradicen la posición del ministro Boudou, que dijo que la inflación en la Argentina es sólo un tema de preocupación para los sectores de mayores ingresos. (DyN)
El 0,7% correspondiente a enero es menos de la mitad del aumento de precios calculado por consultoras y economistas, en una banda del 1,5% 2%. Para el Indec, los alimentos subieron de precio apenas un 0,2% en enero e, inclusive, la carne tuvo una baja de un 1,6%.
A su vez, los precios mayoristas subieron en enero un 0,9%, según la información estatal; y el costo de la construcción, un 2,1%, con respecto a diciembre.
Instantes antes de la difusión del índice, empleados del Indec enrolados en ATE realizaron una nueva manifestación en la puerta del edificio en protesta por la intervención del gobierno kirchnerista.
A ese abrazo simbólico al organismo estadístico público se sumaron dirigentes políticos de la oposición, que criticaron con dureza al Gobierno porque no lo normaliza.
Los jefes de las bancadas en Diputados y Senadores de la UCR, Ricardo Gil Lavedra, y Gerardo Morales, respectivamente, y el precandidato a presidente por ese partido Ricardo Alfonsín encabezaron la manifestación. Alfonsín cuestionó a la presidenta, Cristina Fernández, por su posición sobre la suba de precios: "no sé si es más grave que haya inflación o que la Presidenta la niegue". La intromisión del gobierno kirchnerista en el Indec empezó en enero de 2007, con el desplazamiento de Graciela Bevacqua de la jefatura del Índice de Precios al Consumidor (IPC), ejecutado por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, por orden del entonces presidente, Néstor Kirchner.
Justamente, del cruce de la estadística de los precios con los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) -el departamento que intervino el kirchnerismo inmediatamente después del IPC- surge la cifra de familias pobres e indigentes de la Argentina.
La manipulación de las cifras oficiales, probada por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas y llevada al ámbito penal, continuó con el gobierno de Cristina Fernández y se mantiene hasta la actualidad.
El personal del Indec afiliado a ATE también protestó ayer contra el pedido del Gobierno al Fondo Monetario Internacional (FMI), para que este organismo -denostado públicamente por Kirchner y por la Presidenta- sugiera una nueva metodología de medición de la evolución de los precios minoristas.
Para el Gobierno nacional la Argentina no sufre inflación. De hecho, esa palabra jamás es mencionada en público por ningún funcionario ni por la propia Presidenta. Ella, su ministro de Economía, Amado Boudou, y su jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, aseguran que en el país no hay una suba generalizada de precios (inflación), sino una distorsión y dispersión de precios. Culpan a los empresarios, sin embargo, por los aumentos y, mientras tanto, frenan incrementos de tarifas y en insumos como el combustible líquido, y a la vez implementan planes como Milanesas para todos, de productos a precios rebajados. Pero estos sólo se aplican en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, donde vive la mitad de la población; pero no en el resto del país, donde vive el otro 50% de los argentinos.
Economistas, organizaciones que se dedican a la defensa de los consumidores y dirigentes opositores aseguran que el problema inflacionario es responsabilidad del gobierno kirchnerista, y lo atribuyen a la excesiva emisión monetaria y a la sobreestimulación de la demanda, mezclada con una oferta general insuficiente ocasionada por la falta de confianza de los inversores en la administración nacional.
Condiciones sociales
La Canasta Básica Alimentaria (CBA) -con la que se mide la indigencia- aumentó en enero de 2011 un 17,8% con respecto a igual mes de 2010, y ascendió a $ 580,14. La CBA está compuesta por un conjunto de alimentos básicos para la subsistencia de un grupo familiar integrado por un matrimonio y dos hijos pequeños, durante un mes.
La Canasta Básica Total (CBT) -con la que se mide la pobreza - subió en el mismo período un 15,5% y trepó a $ 1.265,25. Esta canasta se diferencia de la CBA porque incorpora a ese grupo de alimentos una serie de servicios mínimos, como el transporte.
Sobre la base de la información de las canastas se deduce que la inflación para los sectores de menores recursos es de un 15,5% y un 17,8%, mientras el índice general fue de un 10,6%, siempre según las cifras del Indec, ya que las consultoras duplican y hasta triplican los resultados oficiales.
Las mismas cifras públicas contradicen la posición del ministro Boudou, que dijo que la inflación en la Argentina es sólo un tema de preocupación para los sectores de mayores ingresos. (DyN)
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