31 Enero 2011
BUENOS AIRES.- Un 40% del crecimiento del gasto público nacional de los últimos cinco años fue producido por los subsidios, tanto a las empresas públicas y privadas como los que significan las jubilaciones otorgadas a personas que no realizaron aportes. Esto se desprende del último informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).
Los datos sobre el estado de las cuentas públicas en 2010 difundidos por la Secretaría de Hacienda confirman que la situación fiscal es precaria, según Idesa. El resultado financiero del sector público nacional -es decir, la diferencia entre los ingresos y el gasto público total- fue positivo en unos $ 3.000 millones, equivalente a un 0,2% del PBI.
No obstante, sin considerar las transferencias que provienen del Banco Central y de la Anses, que ascienden a $ 32.000 millones, el resultado es un déficit de unos $ 9.000 millones, es decir, un 2% del PBI. Es decir, el superávit de las cuentas públicas es generado fundamentalmente por rentas nominales que desaparecerían si, como corresponde, se midieran en términos reales descontando el efecto de la inflación, dice el informe.
En materia de ingresos públicos, la presión impositiva alcanzó niveles récord por lo que para entender la precariedad fiscal hay que considerar la dinámica del gasto público. En 2005, el gasto público nacional representaba un 19% del PBI y en 2010, un 30%.
De los 11 puntos porcentuales del PBI que creció el gasto público, 4,5 puntos es lo que crecieron los subsidios a empresas públicas y privadas, y las erogaciones previsionales generadas por las moratorias, que absorben, según Idesa, $ 75.000 millones. (NA)
Los datos sobre el estado de las cuentas públicas en 2010 difundidos por la Secretaría de Hacienda confirman que la situación fiscal es precaria, según Idesa. El resultado financiero del sector público nacional -es decir, la diferencia entre los ingresos y el gasto público total- fue positivo en unos $ 3.000 millones, equivalente a un 0,2% del PBI.
No obstante, sin considerar las transferencias que provienen del Banco Central y de la Anses, que ascienden a $ 32.000 millones, el resultado es un déficit de unos $ 9.000 millones, es decir, un 2% del PBI. Es decir, el superávit de las cuentas públicas es generado fundamentalmente por rentas nominales que desaparecerían si, como corresponde, se midieran en términos reales descontando el efecto de la inflación, dice el informe.
En materia de ingresos públicos, la presión impositiva alcanzó niveles récord por lo que para entender la precariedad fiscal hay que considerar la dinámica del gasto público. En 2005, el gasto público nacional representaba un 19% del PBI y en 2010, un 30%.
De los 11 puntos porcentuales del PBI que creció el gasto público, 4,5 puntos es lo que crecieron los subsidios a empresas públicas y privadas, y las erogaciones previsionales generadas por las moratorias, que absorben, según Idesa, $ 75.000 millones. (NA)
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