Por Carlos Werner
04 Enero 2011
Se dieron un verdadero baño de masas y eso los emocionó. Rodolfo Bollero y Miguel Reginato arribaron a Tucumán, su tierra natal, en los puestos 56 y 103 -respectivamente- de la clasificación de Motos y Coches. Pero para ellos las posiciones representan casi una anécdota. Y se encargaron de dejarlo en claro apenas se bajaron de sus vehículos.
"La llegada a Tucumán fue impresionante, no me imaginaba algo así. Desde Los Puestos, no dejé de recibir el calor popular: debí parar varias veces. Me emocionó, esto vale más que cualquier resultado que pueda conseguir. Vi más gente que en la avenida 9 de Julio de Buenos Aires, el día de la largada. Me paré un montón de veces. La ovación del público cuando entré al hipódromo fue inolvidable. Fue un alivio llegar a Tucumán, perro esto sigue y lo que queda es muy largo y duro", resumió Bollero.
"Es verdad, el ingreso a Tucumán fue tremendo. Ya desde Santiago del Estero nos paraban para saludarnos. Creo que demoramos más en atravesar el enlace que en el especial: el afecto del público nos conmovió. Cuando entramos al hipódromo me largué a llorar de la emoción: tanta gente aplaudiéndome me quebró", confesó Reginato.
Cada uno opinó también sobre su desempeño en el prime efectuado por tierras cordobesas.
"Me caí a unos 40 kilómetros de haber largado el especial, a las 8.30. Venía bien, incluso superé a varios pilotos. Pero el piso me jugó una mala pasada y la moto se fue de cola. Rompí el carenado, las antenas... Tuve que parar para seguir manteniendo señal del GPS. Me retrasé entre 25 y 30 minutos. Caí en la clasificación al puesto 140, aproximadamente. Después me costó tomar ritmo y confianza, a la moto y al camino. Recién en los últimos 150 kilómetros volví a acelerar fuerte y escalé posiciones. Por suerte no me pasó nada, sólo hubo daños materiales. El golpe fue fuerte. Con masajes y antiinflamatorios mejoré el estado físico. Esto no cambia mi plan: seguiré tranquilo, de menor a mayor", resumió Bollero.
¿Y Reginato? "Fue una etapa hermosa, que disfruté de principio a fin. Sólo me fastidié un poco porque durante largos tramos tuve que viajar en medio de la tierra que levantaban otros competidores. Además, la camioneta apenas sufrió la rotura de un amortiguador trasero a poco de terminar el especial. Por lo demás, fue una experiencia increíble. Incluso, junto con mis hijos paramos a auxiliar a Pagnini, que se había pegado fuerte. ¿Cómo sigue esto? Igual: quiero dar la vuelta, esa es la idea. Este desafío me está gustando cada vez más".
"La llegada a Tucumán fue impresionante, no me imaginaba algo así. Desde Los Puestos, no dejé de recibir el calor popular: debí parar varias veces. Me emocionó, esto vale más que cualquier resultado que pueda conseguir. Vi más gente que en la avenida 9 de Julio de Buenos Aires, el día de la largada. Me paré un montón de veces. La ovación del público cuando entré al hipódromo fue inolvidable. Fue un alivio llegar a Tucumán, perro esto sigue y lo que queda es muy largo y duro", resumió Bollero.
"Es verdad, el ingreso a Tucumán fue tremendo. Ya desde Santiago del Estero nos paraban para saludarnos. Creo que demoramos más en atravesar el enlace que en el especial: el afecto del público nos conmovió. Cuando entramos al hipódromo me largué a llorar de la emoción: tanta gente aplaudiéndome me quebró", confesó Reginato.
Cada uno opinó también sobre su desempeño en el prime efectuado por tierras cordobesas.
"Me caí a unos 40 kilómetros de haber largado el especial, a las 8.30. Venía bien, incluso superé a varios pilotos. Pero el piso me jugó una mala pasada y la moto se fue de cola. Rompí el carenado, las antenas... Tuve que parar para seguir manteniendo señal del GPS. Me retrasé entre 25 y 30 minutos. Caí en la clasificación al puesto 140, aproximadamente. Después me costó tomar ritmo y confianza, a la moto y al camino. Recién en los últimos 150 kilómetros volví a acelerar fuerte y escalé posiciones. Por suerte no me pasó nada, sólo hubo daños materiales. El golpe fue fuerte. Con masajes y antiinflamatorios mejoré el estado físico. Esto no cambia mi plan: seguiré tranquilo, de menor a mayor", resumió Bollero.
¿Y Reginato? "Fue una etapa hermosa, que disfruté de principio a fin. Sólo me fastidié un poco porque durante largos tramos tuve que viajar en medio de la tierra que levantaban otros competidores. Además, la camioneta apenas sufrió la rotura de un amortiguador trasero a poco de terminar el especial. Por lo demás, fue una experiencia increíble. Incluso, junto con mis hijos paramos a auxiliar a Pagnini, que se había pegado fuerte. ¿Cómo sigue esto? Igual: quiero dar la vuelta, esa es la idea. Este desafío me está gustando cada vez más".
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