20 Diciembre 2010
Cuando comenzó a funcionar la Escuela de Cine de la UNT, más de uno desconfió de que los futuros egresados fueran a tener posibilidades de aplicar en la práctica los conocimientos teóricos adquiridos en las aulas. "Están formando desocupados", se decía. Sin embargo, algunos de ellos ya han participado de varios rodajes en un lapso relativamente corto. "Aballay" (de buen paso por el último Festival de Mar del Plata), "El sexo de las madres" (en postproducción), "Belgrano" (se vio el sábado en una proyección gratuita en nuestra ciudad) y "El mejor de nosotros" ocuparon a técnicos y a actores locales en los últimos meses. Estas experiencias les sirven a quienes participan de ellas no sólo para vivir la realidad de un rodaje sino también para comparar técnicas de trabajo, niveles de producción y despliegue de recursos. La industria del cine vive de la producción sostenida de películas, y no puede subsistir apoyada sólo en algún rodaje esporádico realizado por equipos artísticos y técnicos llegados desde otros puntos del país. Tucumán no debe desaprovechar este momento; los que se atreven a plantear un rodaje en estas tierras (para aprovechar locaciones privilegiadas o ventajas de orden práctico) dan trabajo, alquilan propiedades, compran cosas, pasan semanas entre nosotros y dejan valiosas experiencias entre artistas y técnicos locales. Si se sienten apoyados y la tarea que vienen a emprender se desarrolla sin tropiezos, hablarán bien de nosotros y volverán. Si los ahuyentamos con demandas ridículas o con indiferencia oficial, huirán despavoridos y la falta de oportunidades esterilizará el talento de técnicos y artistas locales. Es cuestión de elegir.
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