08 Diciembre 2010
DOS SUECAS, UN CAMINO. El ex hacker está acusado de violación y abuso sexual. FOTO TOMADA DE ELMUNDO.ES
ESTOCOLMO, Suecia.- Ni el poderío de Estados Unidos ni la embestida de los bancos en los que tenía repartidas sus cuentas. A Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, lo perjudicaron dos mujeres. Anna Ardin y Sofia Wilen son las dos suecas que están detrás de las denuncias por abuso sexual que han llevado al australiano a la cárcel.
Todo comenzó en un viaje que el periodista hizo a Estocolmo, en agosto pasado, para dar un seminario sobre el rol de la prensa en los conflictos. Acababan de publicarse los documentos sobre EEUU y la guerra de Irak, y la figura de Assange suscitaba admiración y curiosidad. Ardin, una militante feminista, le ofreció alojarse en su casa durante los días que durara su estadía.
Una vez que se conocieron, empezó el coqueteo. Tras una cena, mantuvieron relaciones sexuales, durante las cuales se rompió el preservativo. De acuerdo con Ardin, aunque ella le pidió que parara, Assange se negó. Por eso, lo acusa de violación. Sin embargo, después de aquel episodio, la militante mantuvo el trato cordial con el australiano y hasta le organizó una fiesta.
Luego, otra mujer apareció en escena. Wilen, quien ocupó la primera fila durante el seminario, se acercó al creador de WikiLeaks tras la charla. Se fueron a comer y ella interpretó que Assange flirteaba. "Me sentía halagada; era obvio que me estaba seduciendo", comentó. La noche de la fiesta de Ardin, el periodista y Sofia terminaron en la casa de ella, donde tuvieron relaciones dos veces. En la segunda, no usaron protección y la mujer se molestó por la negativa del australiano a ponerse preservativo.
En este punto, la historia se torna confusa. Al parecer, Wilen llamó a Ardin para contarle lo sucedido -temía haber quedado embarazada- y esta le contó su propia experiencia. Además, echó a Assange de su casa. Inmediatamente, ambas acudieron a una comisaría e hicieron la denuncia por delitos sexuales. "En ambos casos el sexo fue consensuado en un principio, pero luego se convirtió en un abuso", explicó Ardin, para defender sus acusaciones. (Especial)
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