El misterio del Duende

El misterio del Duende

Preguntas de Bruno Jacovella a Alberto Rougés.

Existe publicada buena parte de la abundante correspondencia que intercambiaron el investigador del folklore, profesor Bruno Jacovella (1910-1996) y el doctor Alberto Rougés (1880-1945). El 7 de octubre de 1938, Jacovella le informaba que "actualmente nos hallamos, con (Rafael) Jijena Sánchez, preparando una compilación anotada de supersticiones, y posiblemente creencias, del Norte argentino, la cual irá precedida de una rigurosa discriminación genérica de Mito, Leyenda, Superstición, Supervivencia, Usos y Costumbres, etcétera". Sin duda Jacovella se refería a "Supersticiones", libro que aparecería en 1939.

A su juicio, había muy pocos antecedentes, o más bien ninguno, de estudios al respecto. Preguntaba a Rougés si conocía algunos. "Entendemos la superstición, no en el sentido lato que le otorga la Iglesia y el racionalismo, sino en el sentido estricto de vinculación misteriosa entre dos hechos morales o materiales conocida por tradición".

Solicitaba a Rougés que los ayudara, por ejemplo, encomendando a gente de su confianza "la anotación de las supersticiones y creencias, preferiblemente del campo, que conozcan o sonsaquen de los campesinos de Monteros, Santa Rosa, etcétera". Les interesaba, por ejemplo, saber qué pensaba la "gente mayor" del Duende. "¿Es un espíritu maligno y jovial, autor de todos los contratiempos de la vida doméstica (en la cual representación es un mito, por estar personificado en él el azar), o bien es el hombrecillo de sombrero grande, manos de lana y de hierro, que sale a la siesta (representación evidentemente didáctica)? ¿Existe de veras el Duende, para esa gente, como existen la Viuda o la Mulánima, o sólo es un espantajo para los chicos? Le adelanto que no consideramos superstición al Duende".

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