14 Noviembre 2010
"Las adicciones representan una de las grandes epidemias que hoy afectan a nuestros jóvenes", resumió el psiquiatra René Voigt, médico del área de Salud Mental del Hospital Avellaneda, centro de referencia en prevención y asistencia de las adicciones de Tucumán.
Según el especialista, la edad de consumo ha bajado abismalmente en la última década: "hoy vemos chicos de ocho, diez años, que se inician en las adicciones. Su nivel de enfermedad es tan grave que recurren a todo tipo de sustancias. En Tucumán, los niños inhalan monóxido de carbono de los autos o roban logos de autos y los queman para drogarse con el humo que emana de la fundición".
Voigt es testigo de los casos más graves de adicciones, ya que el servicio que dirige recibe cada vez más pacientes en un estado de deterioro muy grave como consecuencia de las sustancias que consumen los menores.
"Los jóvenes están buscando todo tipo de alternativas muy autodestructivas. Nunca en la historia hubo tantos suicidios de adolescentes como en estos últimos años. Las adicciones, la falta de contención familiar y de oportunidades, la exclusión social y la crisis económica y cultural están perforando la juventud", disparó el profesional, docente de la cátedra de Salud Mental II de la Facultad de Medicina de la UNT.
Según el experto, muchos adolescentes ya ni siquiera tienen interés por la vida. "No tienen proyectos a largo plazo y la sociedad no les ofrece ninguna posibilidad de hallarlos. Los medios de comunicación sólo les ofrecen metas imposibles de alcanzar. La frustración que tienen es muy grande", describió.
Según Voigt esto explica las modas instaladas en prácticas que sólo les provocan daño. "Un ejemplo claro es la jarra loca. Los chicos mezclan todo tipo de sustancias, de alcohol y pastillas, con el único objetivo de volarse la cabeza. En los barrios más vulnerables, consumen las porquerías más destructivas para poder alejarse aunque sea unos minutos de la realidad tremenda que les toca vivir", describió.
"¿Cómo se podría revertir o prevenir la problemática de las adicciones?", le preguntó LA GACETA. El especialista sostuvo que no se pueden seguir haciendo cosas aisladas. "Es un fenómeno con muchos frentes. Hay que atacar por todos lados. El problema es que esta epidemia es gigantesca y lleva muchos años sin que se puedan encontrar respuestas. En estos momentos, la prevención como una gota de agua que cae en el mar", resumió.
Según el especialista, la edad de consumo ha bajado abismalmente en la última década: "hoy vemos chicos de ocho, diez años, que se inician en las adicciones. Su nivel de enfermedad es tan grave que recurren a todo tipo de sustancias. En Tucumán, los niños inhalan monóxido de carbono de los autos o roban logos de autos y los queman para drogarse con el humo que emana de la fundición".
Voigt es testigo de los casos más graves de adicciones, ya que el servicio que dirige recibe cada vez más pacientes en un estado de deterioro muy grave como consecuencia de las sustancias que consumen los menores.
"Los jóvenes están buscando todo tipo de alternativas muy autodestructivas. Nunca en la historia hubo tantos suicidios de adolescentes como en estos últimos años. Las adicciones, la falta de contención familiar y de oportunidades, la exclusión social y la crisis económica y cultural están perforando la juventud", disparó el profesional, docente de la cátedra de Salud Mental II de la Facultad de Medicina de la UNT.
Según el experto, muchos adolescentes ya ni siquiera tienen interés por la vida. "No tienen proyectos a largo plazo y la sociedad no les ofrece ninguna posibilidad de hallarlos. Los medios de comunicación sólo les ofrecen metas imposibles de alcanzar. La frustración que tienen es muy grande", describió.
Según Voigt esto explica las modas instaladas en prácticas que sólo les provocan daño. "Un ejemplo claro es la jarra loca. Los chicos mezclan todo tipo de sustancias, de alcohol y pastillas, con el único objetivo de volarse la cabeza. En los barrios más vulnerables, consumen las porquerías más destructivas para poder alejarse aunque sea unos minutos de la realidad tremenda que les toca vivir", describió.
"¿Cómo se podría revertir o prevenir la problemática de las adicciones?", le preguntó LA GACETA. El especialista sostuvo que no se pueden seguir haciendo cosas aisladas. "Es un fenómeno con muchos frentes. Hay que atacar por todos lados. El problema es que esta epidemia es gigantesca y lleva muchos años sin que se puedan encontrar respuestas. En estos momentos, la prevención como una gota de agua que cae en el mar", resumió.
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