01 Noviembre 2010
DESCENSO. La presidenta, Cristina Fernández al regresar anoche de Santa Cruz, acompañada por sus dos hijos, Florencia y Máximo. DYN
BUENOS AIRES.- La presidenta Cristina Fernández volverá hoy a la actividad oficial tras la muerte de su esposo y ex mandatario, Néstor Kirchner, con el apoyo expreso del Partido Justicialista y el objetivo de mostrar fortaleza después del duro momento.
La agenda de la jefa de Estado no se modificó tras el fallecimiento de Kirchner, por lo que hoy, a las 18, sigue en pie un acto en el Salón de las Mujeres Argentinas junto a gobernadores de la región de Cuyo, a través del cual se declarará al vino como la bebida nacional.
Si bien esa actividad está pautada, podría posponerse unos días, ya que el duelo por la desaparición de Kirchner está latente y no es un clima propicio para un acto de esas características.
De todas formas, más allá de la realización o no de ese evento, la Presidenta retomará su actividad en la Casa Rosada y se reunirá con funcionarios y ministros, junto a quienes seguirá el curso de las políticas nacionales.
Para mañana, en tanto, está confirmado que la mandataria nacional viajará a Córdoba para encabezar un acto a la planta local de Renault, adonde se presentará un nuevo modelo de automóvil, junto al gobernador provincial, Juan Schiaretti.
Luego del silencio de los últimos días, Cristina se instaló junto a su hija Florencia en la Quinta de Olivos, en momentos en que se aguardan con fuerte expectativa sus primeras declaraciones.
"Viste, somos peronistas. Siempre andamos en medio del pueblo y el tumulto. No vamos a cambiar justo ahora", fue la frase que Cristina le expresó a un periodista del matutino porteño "Página 12" el pasado viernes al salir del cementerio de Río Gallegos, donde fueron depositados los restos del ex presidente.
Tras retirarse del cementerio, la primera mandataria se recluyó en la nueva casa que su familia adquirió en Río Gallegos, junto a sus hijos, Florencia y Máximo, y a un selecto grupo de colaboradores y amigos, como el empresario y ex chofer de Kirchner, Rudy Ulloa Igor.
Antes de retornar a Buenos Aires, ayer desde Río Gallegos, la presidenta se comunicó telefónicamente con el gobernador, José Luis Gioja, para pedirle que envíe sus condolencias a la familia del embajador argentino ante Rusia, Leopoldo Bravo, quien falleció este sábado, a raíz de una grave enfermedad. Además, Cristina habló con el canciller, Héctor Timerman, quien fue el encargado de representar al Gobierno en el funeral de Bravo.
En este contexto, la presidenta recibió el apoyo de distintos referentes del Partido Justicialista, quienes le pidieron fuerza para mantener la unión dentro del Gobierno.
En ese grupo se contaron a integrantes del Gabinete nacional, gobernadores y legisladores oficialistas, que salieron a coro a respaldar el liderazgo de Cristina. La gran incógnita es la estrategia que pondrán en marcha los diferentes sectores de la oposición, que siguen de cerca la reacción kirchnerista tras la muerte de su líder.
Mientras tanto, el diputado, José María Díaz Bancalari, consideró que el peronismo podría volver a unirse si los dirigentes del arco disidente "están dispuestos a acompañar el proyecto nacional y popular que está en marcha" desde 2003. "El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen", afirmó el diputado kirchnerista, al ser consultado sobre la posibilidad de que tras la muerte de Kirchner los referentes del Peronismo Federal vuelvan a las filas que ahora comanda interinamente el gobernador Daniel Scioli.
De todas formas, evaluó que "hay algunos agravios que van a ser difíciles de olvidar".
La agenda de la jefa de Estado no se modificó tras el fallecimiento de Kirchner, por lo que hoy, a las 18, sigue en pie un acto en el Salón de las Mujeres Argentinas junto a gobernadores de la región de Cuyo, a través del cual se declarará al vino como la bebida nacional.
Si bien esa actividad está pautada, podría posponerse unos días, ya que el duelo por la desaparición de Kirchner está latente y no es un clima propicio para un acto de esas características.
De todas formas, más allá de la realización o no de ese evento, la Presidenta retomará su actividad en la Casa Rosada y se reunirá con funcionarios y ministros, junto a quienes seguirá el curso de las políticas nacionales.
Para mañana, en tanto, está confirmado que la mandataria nacional viajará a Córdoba para encabezar un acto a la planta local de Renault, adonde se presentará un nuevo modelo de automóvil, junto al gobernador provincial, Juan Schiaretti.
Luego del silencio de los últimos días, Cristina se instaló junto a su hija Florencia en la Quinta de Olivos, en momentos en que se aguardan con fuerte expectativa sus primeras declaraciones.
"Viste, somos peronistas. Siempre andamos en medio del pueblo y el tumulto. No vamos a cambiar justo ahora", fue la frase que Cristina le expresó a un periodista del matutino porteño "Página 12" el pasado viernes al salir del cementerio de Río Gallegos, donde fueron depositados los restos del ex presidente.
Tras retirarse del cementerio, la primera mandataria se recluyó en la nueva casa que su familia adquirió en Río Gallegos, junto a sus hijos, Florencia y Máximo, y a un selecto grupo de colaboradores y amigos, como el empresario y ex chofer de Kirchner, Rudy Ulloa Igor.
Antes de retornar a Buenos Aires, ayer desde Río Gallegos, la presidenta se comunicó telefónicamente con el gobernador, José Luis Gioja, para pedirle que envíe sus condolencias a la familia del embajador argentino ante Rusia, Leopoldo Bravo, quien falleció este sábado, a raíz de una grave enfermedad. Además, Cristina habló con el canciller, Héctor Timerman, quien fue el encargado de representar al Gobierno en el funeral de Bravo.
En este contexto, la presidenta recibió el apoyo de distintos referentes del Partido Justicialista, quienes le pidieron fuerza para mantener la unión dentro del Gobierno.
En ese grupo se contaron a integrantes del Gabinete nacional, gobernadores y legisladores oficialistas, que salieron a coro a respaldar el liderazgo de Cristina. La gran incógnita es la estrategia que pondrán en marcha los diferentes sectores de la oposición, que siguen de cerca la reacción kirchnerista tras la muerte de su líder.
Mientras tanto, el diputado, José María Díaz Bancalari, consideró que el peronismo podría volver a unirse si los dirigentes del arco disidente "están dispuestos a acompañar el proyecto nacional y popular que está en marcha" desde 2003. "El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen", afirmó el diputado kirchnerista, al ser consultado sobre la posibilidad de que tras la muerte de Kirchner los referentes del Peronismo Federal vuelvan a las filas que ahora comanda interinamente el gobernador Daniel Scioli.
De todas formas, evaluó que "hay algunos agravios que van a ser difíciles de olvidar".
Acorazar la gestión
Los gobernadores de San Juan, José Luis Gioja, y de Entre Ríos, Sergio Urribarri, llamaron a "acorazar la gestión" de Cristina Fernández, al tiempo que coincidieron en que la Presidenta es quien debe conducir los destinos del Partido Justicialista tras la muerte de Néstor Kirchner, con vistas a 2011. Urribarri dijo que "es claro" que Cristina debe ser quien se postule en 2011 por el Frente para la Victoria. (NA-DyN)