13 Octubre 2010
El "Operativo esperanza" costó U$S 10 millones
Para el viaje desde el centro de la tierra chilena se utilizó una máquina perforadora de 40 toneladas que significó la mitad de la inversión del rescate. Alrededor de 1.500 periodistas de todo el mundo cubrieron el acontecimiento en la mina San José de Copiapó. Unas 12.000 raciones de comidas se distribuyeron entre rescatistas, familiares y personal afectado al rescate.
SINERGIA. Operarios cuidaron al detalle el armado de la cápsula de rescate.
La abundancia de gente ha beneficiado especialmente a los taxistas de Copiapó, la ciudad más cercana, que llevan y traen personas durante todo el día por un trayecto de unos 45 km y que cuesta unos U$S 170 por recorrido. Otro hecho curioso fue que dentro de la mina tuvo que instalarse 40 baños portátiles, la mitad gratuitos para los familiares y el resto para los periodistas.
El operativo de rescate de los 33 mineros costará unos U$S 10 millones (U$S 303.030 cada uno), según estimaciones oficiales. La perforadora Raise Borer Strata 950 fue lo más oneroso: su funcionamiento demandó U$S 5 millones. La máquina, cuyo uso fue financiado por el Gobierno, pesa 40 toneladas y fue transportada en siete camiones hacia la mina San José.
En el plan también se utilizaron seis sondas de aire reverso que excavaron unos 7.200 metros, con un costo estimado en casi U$S 1,1 millón. Según los expertos que trabajaron en Copiapó, perforar un metro con aire reverso costó entre U$S 100 y U$S 200. Mientras que la técnica de diamantina demandó alrededor de U$S 250 por metro.
Hay enviados de Corea del Sur, Sudáfrica, China, Alemania, Argentina, España y Brasil que han labrado amistades con los familiares de los mineros, con quienes almuerzan a diario. Pululan desde periodistas "free lance" que vende sus notas día hasta estrellas de la televisión que pagan hasta U$S 350 por noche por dormir en carpas de lujo instaladas en el mineral.
La compra de cuerdas, escaleras, maderas; el alquiler de vehículos y otros elementos que se utilizaron durante los 69 días del operativo significaron una erogación cercana a los U$S 500.000, que fueron financiados por el gobierno regional. Para adquirir esos insumos, otros U$S 300.000 surgieron de las arcas del gobierno central.
Las cápsulas que se usaron para el Operativo "Esperanza" miden 3,95 metros de alto y pesan unos 460 kilos. Están equipadas con un arnés para sujetar los mineros, un tubo de oxígeno y un micrófono. El casco del minero tiene altavoces para una permanente comunicación en el ascenso con el equipo de rescate que lo aguarda en la superficie.
Durante los primeros días de trabajo, en la mina San José de Copiapó se insumieron alrededor de 600.000 litros diarios de agua. Hacia el final, esa cifra bajó a 200.000 litros. Para mantener las 12 torres de iluminación, los cuatro camiones con grupos electrógenos y los tres camiones pluma se emplearon unos 10.000 litros diarios de diesel.
Dado el tiempo que llevan bajo tierra, los mineros ascenderán a la superficie con lentes de última generación que los protegerán de la luz. Estos poseen protección al 100% contra los rayos UVA, UVB y UVC y poseen un sistema cromático que permite mantener la nitidez de la diferenciación de colores así como dos lentes intercambiables para la visión de cerca y de lejos.
En el campamento montado en los alrededores de la mina se entregaron unas 12.000 raciones de alimentos para el desayuno, almuerzo y cena de los familiares de los 33 mineros y para los rescatistas que participaron del operativo. Los gastos (nos U$S 24.000) fueron compartidos entre las autoridades chilenas y distintas empresas privadas.
La mina San José se había cerrado en 2007 tras un accidente en el que falleció un trabajador. El 23 de agosto pasado, el Gobierno chileno reprochó a la mina San José que no hubiesen adoptado las medidas necesarias de seguridad. Los propietarios se declararon en quiebra. La Justicia les ha retenido U$S 1,7 millón a la empresa para afrontar pagos.
Alrededor de 3.500 personas se encontraban anoche en las adyacencias de la mina San José. De ese total, 1.500 son periodistas de distintas partes del mundo que cubrieron el acontecimiento. En el lugar habían 370 familiares y la misma cifra de carabineros afectados al operativo de seguridad, precisó el coronel de la Prefectura de Atacama, Enrique Baeza.
Las familias de 26 mineros atrapados presentaron una querella contra los dueños de la mina y contra el Servicio Nacional de Geología y Minería. El 30 de agosto pasado, por estos hechos, renunció el secretario del Ministerio de Salud de Chile en Atacama, Raúl Martínez Guzmán. Se le adjudica responsabilidad en la reapertura de la mina San José.
El operativo de rescate de los 33 mineros costará unos U$S 10 millones (U$S 303.030 cada uno), según estimaciones oficiales. La perforadora Raise Borer Strata 950 fue lo más oneroso: su funcionamiento demandó U$S 5 millones. La máquina, cuyo uso fue financiado por el Gobierno, pesa 40 toneladas y fue transportada en siete camiones hacia la mina San José.
En el plan también se utilizaron seis sondas de aire reverso que excavaron unos 7.200 metros, con un costo estimado en casi U$S 1,1 millón. Según los expertos que trabajaron en Copiapó, perforar un metro con aire reverso costó entre U$S 100 y U$S 200. Mientras que la técnica de diamantina demandó alrededor de U$S 250 por metro.
Hay enviados de Corea del Sur, Sudáfrica, China, Alemania, Argentina, España y Brasil que han labrado amistades con los familiares de los mineros, con quienes almuerzan a diario. Pululan desde periodistas "free lance" que vende sus notas día hasta estrellas de la televisión que pagan hasta U$S 350 por noche por dormir en carpas de lujo instaladas en el mineral.
La compra de cuerdas, escaleras, maderas; el alquiler de vehículos y otros elementos que se utilizaron durante los 69 días del operativo significaron una erogación cercana a los U$S 500.000, que fueron financiados por el gobierno regional. Para adquirir esos insumos, otros U$S 300.000 surgieron de las arcas del gobierno central.
Las cápsulas que se usaron para el Operativo "Esperanza" miden 3,95 metros de alto y pesan unos 460 kilos. Están equipadas con un arnés para sujetar los mineros, un tubo de oxígeno y un micrófono. El casco del minero tiene altavoces para una permanente comunicación en el ascenso con el equipo de rescate que lo aguarda en la superficie.
Durante los primeros días de trabajo, en la mina San José de Copiapó se insumieron alrededor de 600.000 litros diarios de agua. Hacia el final, esa cifra bajó a 200.000 litros. Para mantener las 12 torres de iluminación, los cuatro camiones con grupos electrógenos y los tres camiones pluma se emplearon unos 10.000 litros diarios de diesel.
Dado el tiempo que llevan bajo tierra, los mineros ascenderán a la superficie con lentes de última generación que los protegerán de la luz. Estos poseen protección al 100% contra los rayos UVA, UVB y UVC y poseen un sistema cromático que permite mantener la nitidez de la diferenciación de colores así como dos lentes intercambiables para la visión de cerca y de lejos.
En el campamento montado en los alrededores de la mina se entregaron unas 12.000 raciones de alimentos para el desayuno, almuerzo y cena de los familiares de los 33 mineros y para los rescatistas que participaron del operativo. Los gastos (nos U$S 24.000) fueron compartidos entre las autoridades chilenas y distintas empresas privadas.
La mina San José se había cerrado en 2007 tras un accidente en el que falleció un trabajador. El 23 de agosto pasado, el Gobierno chileno reprochó a la mina San José que no hubiesen adoptado las medidas necesarias de seguridad. Los propietarios se declararon en quiebra. La Justicia les ha retenido U$S 1,7 millón a la empresa para afrontar pagos.
Alrededor de 3.500 personas se encontraban anoche en las adyacencias de la mina San José. De ese total, 1.500 son periodistas de distintas partes del mundo que cubrieron el acontecimiento. En el lugar habían 370 familiares y la misma cifra de carabineros afectados al operativo de seguridad, precisó el coronel de la Prefectura de Atacama, Enrique Baeza.
Las familias de 26 mineros atrapados presentaron una querella contra los dueños de la mina y contra el Servicio Nacional de Geología y Minería. El 30 de agosto pasado, por estos hechos, renunció el secretario del Ministerio de Salud de Chile en Atacama, Raúl Martínez Guzmán. Se le adjudica responsabilidad en la reapertura de la mina San José.
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