08 Octubre 2010
PALABRA DE SU MUJER. Xiaobo sabía que podría terminar preso; sin embargo, no se dejó amedrentar. REUTERS
PEKIN, China.- Liu Xiaobo, escritor independiente, se encuentra desde hace dos décadas entre los pensadores más importantes que componen el movimiento por la democracia en China y es el disidente más molesto para el Gobierno comunista. Junto con otros intelectuales, redactó la "Carta 08". Desde ese momento, los redactores del manifiesto tuvieron claro que uno de ellos acabaría en prisión, como explica su mujer, Liu Xia: "le dije que la policía vendría, con total seguridad". Pero aun así Liu asumió el riesgo.
La "Carta 08" es un manifiesto que sigue la estela de otro muy famoso, la "Carta 77", escrita en 1977 contra las violaciones de los derechos humanos en la antigua Checoslovaquia. La versión china supone una nueva vía para pedir el fin del régimen de partido único y el establecimiento de la separación de poderes. Entre sus frases memorables está: "tiene que ponerse fin al hecho de que la palabra sea delito".
Su publicación se hizo durante el 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en diciembre de 2008, con la ayuda de muchos activistas. Desde entonces, ha sido firmada por más de 10.000 personas. Ese mismo mes, Liu fue detenido y un año después lo condenaron por incitar a la subversión del poder del Estado.
No era la primera vez que estaba en la cárcel. La noche de la masacre del 4 de junio de 1989, él negoció con soldados la retirada de los estudiantes en huelga de hambre que se encontraban en la plaza de Tiananmen, en Pekín. Pasó 20 meses en prisión y, al salir, volvió rápidamente a los círculos de la disidencia, lo que provocó que en 1996 lo enviaran tres años más a un campo de reeducación.
Liu Xia, su esposa, le ha visitado cuatro veces este año, teniéndose que desplazar hasta el lejano centro penintenciario de Jinzhou, en la parte más septentrional de China. "Solo podemos hablar de asuntos familiares, nada más; si no, interrumpen la visita", cuenta. Según la mujer, le llevan muchos libros a su marido, pero ha perdido peso: "mentalmente se encuentra en buenas condiciones, pero el estómago le da problemas".
Por eso, la entrega del Nobel de la Paz a un disidente chino otorga un nuevo e inesperado empuje a las fuerzas democráticas. "Esto conllevará que cada vez más personas despierten y se concentren en el movimiento por la democracia y el desarrollo de los derechos humanos", afirmó Yao Lifa, otro de los activistas, compañero de Xaiobo y cofirmante del manifiesto. "Le va a animar y a dar confianza y esperanza", concluye. (DPA)
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