02 Octubre 2010
La rebelión causó cinco muertes en Ecuador
Una fuente del Gobierno dijo que los policías sublevados fueron 600, no 2.300; el país recobró la calma tras los disturbios. El ejército patrulla las calles en virtud del estado de excepción. Expresión de respaldo regional en Quito. Réplica de Lucio Gutiérrez.
QUITO.- Ecuador pareció ayer recobrar la calma tras la rebelión de policías en contra de una ley que afecta sus bolsillos, que causó cinco muertes, casi 200 heridos, y que mantuvo en vilo al país a raíz del secuestro y posterior rescate militar del presidente Rafael Correa. El país, que cumple tres días de duelo, está bajo el estado de excepción, que faculta a los militares a patrullar las calles.
"Hay calma en el país y en los cuarteles", declaró el ministro de Interior, Gustavo Jalkh, que aclaró que los insubordinados fueron 600, no 2.300 como se dijo. "No hubo rebelión. Fue sublevación de unos pocos", aclaró otra fuente del Gobierno, y apuntó que no hay detenidos a causa de la protesta que se inició en Quito y se extendió a cuarteles de cinco de las 24 provincias del país.
Sin embargo, el mandatario socialista tildó de "intento de golpe de Estado" el desorden provocado por un puñado de efectivos, y por el cual renunció ayer el comandante de la Policía, general Freddy Martínez. El jueves, Correa recibió el respaldo de la comunidad internacional y condenó el "intento de golpe". La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) reunida la noche del jueves de urgencia en Buenos Aires, expresó "la necesidad de que los responsables de la asonada golpista sean juzgados y condenados". Ayer se celebraba en Quito una reunión de cancilleres del bloque sudamericano, y se esperaba la llegada del secretario de la OEA, José Miguel Insulza.
El gran culpable
Entre tanto, el ex presidente de Ecuador Lucio Gutiérrez, sindicado por Correa como el cabecilla de la asonada, negó ayer en Brasil toda responsabilidad. "Las acusaciones de Correa son falsas y temerarias. Siempre me echa la culpa de todo. El gran culpable de este episodio doloroso es él, porque su gobierno es corrupto y totalitario. No respeta los derechos de los ciudadanos", dijo en una entrevista. Gutiérrez, que participará como observador internacional en las elecciones generales de Brasil, aseveró que nadie en Ecuador quiere un golpe de Estado. "Correa quiere victimizarse ante el mundo y desviar la atención acerca del desempleo, de la pobreza y de las denuncias de corrupción. El único golpista es Correa. Él mismo confesó que participó en toda la conspiración que resultó en el golpe contra mi gobierno", dijo.
Gutiérrez llegó al poder en 2003, pero renunció en medio de intensas protestas que lo llevaron a exiliarse en Brasil. "Yo conquisté la presidencia con tres millones de votos, y todas estas personas que participaron en los disturbios seguramente están en contra de las actitudes dictatoriales de Correa", explicó. (AFP-NA)
"Hay calma en el país y en los cuarteles", declaró el ministro de Interior, Gustavo Jalkh, que aclaró que los insubordinados fueron 600, no 2.300 como se dijo. "No hubo rebelión. Fue sublevación de unos pocos", aclaró otra fuente del Gobierno, y apuntó que no hay detenidos a causa de la protesta que se inició en Quito y se extendió a cuarteles de cinco de las 24 provincias del país.
Sin embargo, el mandatario socialista tildó de "intento de golpe de Estado" el desorden provocado por un puñado de efectivos, y por el cual renunció ayer el comandante de la Policía, general Freddy Martínez. El jueves, Correa recibió el respaldo de la comunidad internacional y condenó el "intento de golpe". La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) reunida la noche del jueves de urgencia en Buenos Aires, expresó "la necesidad de que los responsables de la asonada golpista sean juzgados y condenados". Ayer se celebraba en Quito una reunión de cancilleres del bloque sudamericano, y se esperaba la llegada del secretario de la OEA, José Miguel Insulza.
El gran culpable
Entre tanto, el ex presidente de Ecuador Lucio Gutiérrez, sindicado por Correa como el cabecilla de la asonada, negó ayer en Brasil toda responsabilidad. "Las acusaciones de Correa son falsas y temerarias. Siempre me echa la culpa de todo. El gran culpable de este episodio doloroso es él, porque su gobierno es corrupto y totalitario. No respeta los derechos de los ciudadanos", dijo en una entrevista. Gutiérrez, que participará como observador internacional en las elecciones generales de Brasil, aseveró que nadie en Ecuador quiere un golpe de Estado. "Correa quiere victimizarse ante el mundo y desviar la atención acerca del desempleo, de la pobreza y de las denuncias de corrupción. El único golpista es Correa. Él mismo confesó que participó en toda la conspiración que resultó en el golpe contra mi gobierno", dijo.
Gutiérrez llegó al poder en 2003, pero renunció en medio de intensas protestas que lo llevaron a exiliarse en Brasil. "Yo conquisté la presidencia con tres millones de votos, y todas estas personas que participaron en los disturbios seguramente están en contra de las actitudes dictatoriales de Correa", explicó. (AFP-NA)
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