01 Octubre 2010
EL ARQUITECTO NUÑEZ. Portador, junto a su hermano Pepe, de un bagaje que germinó en creatividad genuina.
"Esta niña cumple 50 años y es soltera. La tocan los viejos y los jóvenes..." Gerardo Núñez arranca de movida la risa al definir con picardía su "Chacarera del 55" para LA GACETA. Hija dilecta de él y de su hermano Pepe, ya desaparecido, los amigos le han organizado un feliz cumpleaños.
Núñez refresca aquellos tiempos de bohemia mezclada con ideología, que encaja en un canto popular de fuerte color nocturno. "El 55 era un bar que no cerraba nunca. Allí los parroquianos variaban según la hora del día: desde gente del interior hasta los empleados del casino, los artistas y los que salían de los cabarets. ?El ciego Pancho? era parte de esa jungla que integrábamos un grupo de estudiantes simpáticos. Cantábamos por placer boleros, guajiras, música del Caribe", relata. Suenan los nombres de Guillén y Martí, sumados a los de Agustín Lara, Chabuca Granda, Los Parra, Trío Matamoro y, por otro lado, Bola de Nieve, Mono Villegas y el Cuchi Leguizamón. "Esa ruta americana hace que nosotros tres, -por ?Ariel Petrocelli, el hermano rubio?- apuntemos a la consistencia poética y a una firme intención ideológica", apunta. Y vuelve al recuerdo de Salta, donde habían sido alumnos deLeguizamón, y recuerda aCastilla, a Perdiguero: "cada clase de historia del Cuchi era una inmensidad de vida". Tantas influencias notables los llevan al natural y definitivo encuentro con el canto popular del norte argentino. Entonces, Núñez asombra al declarar que el primer trabajo que componen en el bar es la "Chacarera del 55", donde fueron protegidos nada menos que por Alfredo Grillo, Sotelo, los hijos de Virgilo Carmona y Hugo Díaz. "Ellos nunca habían escuchado poesía urbana en una chacarera trunca, sincopada, que se canta el punteo en el medio, con introducción cantada," describe Gustavo Guaraz. Los hermanos Núñez habían gestado una composición original que marcaría un antes y un después en la música popular. argentina. Hoy, al tipiar "Chacarera del 55", Google aporta aproximadamente 92.500 resultados. Ese número da cuenta de la dimensión de la enjundiosa niña de 50 años en la web. Y de su vitalidad.
Núñez refresca aquellos tiempos de bohemia mezclada con ideología, que encaja en un canto popular de fuerte color nocturno. "El 55 era un bar que no cerraba nunca. Allí los parroquianos variaban según la hora del día: desde gente del interior hasta los empleados del casino, los artistas y los que salían de los cabarets. ?El ciego Pancho? era parte de esa jungla que integrábamos un grupo de estudiantes simpáticos. Cantábamos por placer boleros, guajiras, música del Caribe", relata. Suenan los nombres de Guillén y Martí, sumados a los de Agustín Lara, Chabuca Granda, Los Parra, Trío Matamoro y, por otro lado, Bola de Nieve, Mono Villegas y el Cuchi Leguizamón. "Esa ruta americana hace que nosotros tres, -por ?Ariel Petrocelli, el hermano rubio?- apuntemos a la consistencia poética y a una firme intención ideológica", apunta. Y vuelve al recuerdo de Salta, donde habían sido alumnos deLeguizamón, y recuerda aCastilla, a Perdiguero: "cada clase de historia del Cuchi era una inmensidad de vida". Tantas influencias notables los llevan al natural y definitivo encuentro con el canto popular del norte argentino. Entonces, Núñez asombra al declarar que el primer trabajo que componen en el bar es la "Chacarera del 55", donde fueron protegidos nada menos que por Alfredo Grillo, Sotelo, los hijos de Virgilo Carmona y Hugo Díaz. "Ellos nunca habían escuchado poesía urbana en una chacarera trunca, sincopada, que se canta el punteo en el medio, con introducción cantada," describe Gustavo Guaraz. Los hermanos Núñez habían gestado una composición original que marcaría un antes y un después en la música popular. argentina. Hoy, al tipiar "Chacarera del 55", Google aporta aproximadamente 92.500 resultados. Ese número da cuenta de la dimensión de la enjundiosa niña de 50 años en la web. Y de su vitalidad.
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