Por Tobías Fernández
24 Septiembre 2010
EMULAN A YOUTUBE. Estos portales son algunos de los que hay en la red, cuyos nombres fueron inspirados en el famoso sitio de Google.
Los portales para intercambiar videos se convirtieron en uno de los mayores éxitos de la web y el famoso YouTube es uno de los principales exponentes. Pero en los últimos años proliferaron sitios pornográficos de estas características, que incluso fueron bautizados con nombres similares, como PornoTube, YouPorn o RedTube. Al igual que YouTube, estos clones crecen rápidamente y comparten un mismo problema: no generan dinero.
En 2006, el gigante Google invirtió U$S 1.650 millones para adquirir al popular sitio de videos que en 2010 celebró sus cinco años de vida, con 2.000 millones de vistas diarias. Pese a esta fastuosa cifra, los ejecutivos todavía no pueden resolver la dificultad de obtener las ganancias esperadas. Este mismo obstáculo enfrentan las versiones para adultos que el año pasado se posicionaron entre las 100 páginas más visitadas del mundo, según publicó Europa Press.
Los anuncios publicitarios en los "YouTube porno" no resultan suficientes y la idea de cobrar por el acceso a los contenidos tampoco se revela como la solución más acertada, ya que la mayoría de los internautas prefiere no pagar. LA GACETA.com propuso una encuesta online para conocer las preferencias de los lectores a la hora de navegar en sitios para adultos y el 95 % eligió los gratuitos. El 52 %, se inclinó por los contenidos profesionales, mientras que el 43 % prefirió los amateurs. Sólo el 4 % restante optó por las páginas que cobran para ingresar.
Peligro pirata
Steven Hirch, director de la productora de cine porno norteamericano Vivid Entertainment, reflexionó sobre las dificultades para ganar dinero con los portales de acceso libre. "Los sitios del estilo YouTube ya forman parte del mundo adulto, pero cuando todos sus contenidos son gratuitos ¿cómo se consigue que la gente pague? Es una tarea muy difícil", señaló, y advirtió que, además, son un espacio propicio para difundir material protegido por derecho de autor, es decir para "piratear".
El director de cine porno argentino, Rubén Danilo, opinó que internet es un arma de doble filo, ya que se reveló como un nuevo y creciente mercado para ofrecer las producciones, pero afirmó que las copias ilegales son un riesgo constante. "En mi caso, cuando vendo alguna grabación renuncio a los derechos debido a que, en poco tiempo, serán reproducidas sin ningún control en la web", señaló a LA GACETA.
La aparición de los clones porno de YouTube se inició hace unos cuatro años, debido a que en el popular sitio de videos no está permitido cargar material triple x. Estos portales contienen grabaciones cortas, en su mayoría de sexo explícito, que suben o que filman los propios usuarios. La navegación está organizada en categorías y algunos portales también ofrecen una sección de fotografías y de archivos de audio. Danilo remarcó que el éxito de este tipo de páginas radica en que la gente prefiere ver pornografía hecha por personas reales, aunque la calidad sea amateur. "Los consumidores ya no se inclinan por las muñequitas de Playboy, como hace algunos años", concluyó. LA GACETA ©
En 2006, el gigante Google invirtió U$S 1.650 millones para adquirir al popular sitio de videos que en 2010 celebró sus cinco años de vida, con 2.000 millones de vistas diarias. Pese a esta fastuosa cifra, los ejecutivos todavía no pueden resolver la dificultad de obtener las ganancias esperadas. Este mismo obstáculo enfrentan las versiones para adultos que el año pasado se posicionaron entre las 100 páginas más visitadas del mundo, según publicó Europa Press.
Los anuncios publicitarios en los "YouTube porno" no resultan suficientes y la idea de cobrar por el acceso a los contenidos tampoco se revela como la solución más acertada, ya que la mayoría de los internautas prefiere no pagar. LA GACETA.com propuso una encuesta online para conocer las preferencias de los lectores a la hora de navegar en sitios para adultos y el 95 % eligió los gratuitos. El 52 %, se inclinó por los contenidos profesionales, mientras que el 43 % prefirió los amateurs. Sólo el 4 % restante optó por las páginas que cobran para ingresar.
Peligro pirata
Steven Hirch, director de la productora de cine porno norteamericano Vivid Entertainment, reflexionó sobre las dificultades para ganar dinero con los portales de acceso libre. "Los sitios del estilo YouTube ya forman parte del mundo adulto, pero cuando todos sus contenidos son gratuitos ¿cómo se consigue que la gente pague? Es una tarea muy difícil", señaló, y advirtió que, además, son un espacio propicio para difundir material protegido por derecho de autor, es decir para "piratear".
El director de cine porno argentino, Rubén Danilo, opinó que internet es un arma de doble filo, ya que se reveló como un nuevo y creciente mercado para ofrecer las producciones, pero afirmó que las copias ilegales son un riesgo constante. "En mi caso, cuando vendo alguna grabación renuncio a los derechos debido a que, en poco tiempo, serán reproducidas sin ningún control en la web", señaló a LA GACETA.
La aparición de los clones porno de YouTube se inició hace unos cuatro años, debido a que en el popular sitio de videos no está permitido cargar material triple x. Estos portales contienen grabaciones cortas, en su mayoría de sexo explícito, que suben o que filman los propios usuarios. La navegación está organizada en categorías y algunos portales también ofrecen una sección de fotografías y de archivos de audio. Danilo remarcó que el éxito de este tipo de páginas radica en que la gente prefiere ver pornografía hecha por personas reales, aunque la calidad sea amateur. "Los consumidores ya no se inclinan por las muñequitas de Playboy, como hace algunos años", concluyó. LA GACETA ©
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