19 Septiembre 2010
Reconstruyendo la historia del ERP y Montoneros
Sangre en el monte y Operación Primicia describen la toma de Acheral por parte del ERP y el debut del Ejército Montonero en Formosa. De esos hechos derivarían el Operativo Independencia y el golpe de 1976. Entrevistamos a los autores de estos libros, quienes se introducen en un terreno que, según Ceferino Reato, resulta incómodo para los periodistas y los historiadores.
Entrevista a Ceferino Reato
"El Estado democrático no debería exaltar la figura del combatiente por la revolución"
Operación Primicia fue el nombre con el que Montoneros bautizó a su primera acción armada contra un cuartel. La irrupción en el Regimiento de Monte 29, en Formosa, se produjo el 5 de octubre de 1975 y fue precedido por el secuestro de un avión de Aerolíneas Argentinas (con 102 pasajeros y seis tripulantes a bordo) que usarían para fugarse después del ataque, aterrizando en una pista improvisada en un campo de Santa Fe. La historia tiene todos los condimentos de una película de acción pero también las marcas de la violencia que enlutó al país: 25 muertos en un feroz tiroteo. Operación Primicia es también el título del nuevo libro de Ceferino Reato, editor jefe del diario Perfil y autor de Operación Traviata, el best seller que investigó la muerte de José Ignacio Rucci.
- ¿Qué pasó con Montoneros desde la muerte de Rucci y hasta la puesta en marcha de Operación Primicia?
- La muerte de Rucci significa un abierto desafío de Montoneros al liderazgo de Perón y convence al anciano general de que ya no podía contar con al menos un sector de la cúpula de Montoneros. A partir de ahí, el enfrentamiento se va agudizando y Montoneros se va convirtiendo en un grupo cada vez más militarizado, donde el fusil prima sobre la política. En ese desplazamiento, Montoneros es afectado por algunas divisiones y desgajamientos, como Lealtad. Yo no creo, como otros autores, que Perón estaba de punta contra todo Montoneros; por el contrario, sostengo que Perón aspiraba a contener bajo su liderazgo al grueso de ese grupo, al que consideraba importante para equilibrar el peso creciente de la derecha de su Movimiento. En simultáneo, en Montoneros se mezcla un desencanto con el liderazgo de Perón, al que ven volcado hacia la derecha, con el oportunismo de sectores que se habían hecho peronistas pero sólo por una cuestión táctica. Hacia el 1 de Mayo de 1974, cuando la ruptura quedó cristalizada en el acto en la Plaza de Mayo, la cúpula de Montoneros ya sabía que no había retorno con Perón pero no lo decía en público por una cuestión táctica, como queda claro en el documento Curso de Formación de Cuadros, revelado por la revista Lucha Armada en sus números 10 y 11. Perón muere el 1 de julio de 1974 y dos meses después, Montoneros vuelve a la lucha armada, a la clandestinidad, para, según dijeron, preparar las milicias con las que soñara Evita. Operación Primicia, el 5 de octubre de 1975, expresa el convencimiento de Montoneros de que el golpe, del que tanto se hablaba, era inevitable; por lo tanto, ellos debían dar un salto en su calidad militar y constituirse como ejército popular. De hecho, este ataque al cuartel de Formosa es el debut del Ejército Montonero. Hacia ese momento, Montoneros tenía menos representación política que dos años atrás pero seguía siendo una organización político militar importante, un actor relevante para el resto de los actores políticos, económicos y militares, por ejemplo para el Ejército, que no vacilaba en reunirse con ellos, como explico en el libro.
- ¿Cómo fue el proceso de investigación para este nuevo libro?
- Lo más difícil siempre es elaborar el esquema, el sumario del libro. El esqueleto que sostendrá el cuerpo del libro. Luego, la investigación en sí me llevó un año. Lo mejor que hice fue viajar rápidamente al lugar de los hechos, a Formosa, y también a Resistencia, que era como la capital de montoneros en el nordeste del país. Ahí tomé contacto con muchas fuentes directas, tanto de un lado como del otro. Y conocí a gente que me ayudó mucho, como Julio Ortiz, maestro retirado e historiador local. En Buenos Aires, hice otras decenas de entrevistas, mientras Ortiz realizaba unas 60 entrevistas en la capital formoseña y también en el interior.
Volví a Formosa a fines de mayo de este año, cuando el libro estaba casi listo, para corroborar datos.
- ¿Por qué cree que no pudo obtener testimonios como el del actual diputado y ex montonero Carlos Kunkel?
- No lo sé; en el caso de Kunkel supongo que es muy desconfiando con un sector del periodismo. Está, lógicamente, en su derecho, como yo estoy en mi derecho de reconstruir eventos que lo involucran a partir de fuentes confiables. Así lo hice, consultando a ex montoneros que militaron con él tanto en Resistencia como en Corrientes, ciudades a las que fue enviado por la cúpula de Montoneros a principios de 1974, luego de su renuncia a la Cámara de Diputados y de su expulsión del peronismo a causa de su enojo con una reforma del Código Penal impulsada por el presidente Perón para endurecer la lucha contra la guerrillla. Algunos de esos ex militantes estuvieron con él en la cárcel, en Resistencia.
- ¿Cuál es la relación del ataque al Regimiento de Monte 29 con el golpe del 76?
- Es una relación directa, estrecha. En aquel momento, el gobierno constitucional de Isabel Perón estaba muy deteriorado por la violencia política, la inflación, el descalabro económico y las denuncias de corrupción. Había fuertes rumores de golpes y muchos cuestionaban la capacidad y la entereza de la viuda de Perón para gobernar el país en una situación tan crítica. El ataque de Montoneros sorprendió a todos y alarmó a las Fuerzas Armadas, además de conmocionar al país, en especial por la muerte de los diez soldados conscriptos. Luego del ataque, hubo urgentes reuniones entre políticos y jefes militares, en las que el senador Italo Luder, que era el presidente interino del país porque Isabel estaba de licencia médica, fue presionado para que desplazara a la Presidenta y completara el mandato del peronismo, que vencía el 25 de mayo de 1977 aunque ya había acuerdo para adelantar las elecciones a octubre o noviembre de 1976. Luego de algunas dudas, Luder dice que no, que él no sería el traidor de la viuda del General. Ahí, Videla y Massera, especialmente Massera, fijan la fecha del golpe, que sería casi seis meses después, como relato en el libro.
- ¿Cómo pasaron los montoneros muertos de Operación Primicia a integrar las nóminas de desaparecidos?
- Fue una "operación" que el gobierno de Néstor Kirchner dio a conocer en 2006, en la Feria del Libro, cuando presentó la actualización de los listados del Nunca Más, del informe de la Conadep, la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. Los nuevos listados del Nunca Más incluyen a 526 personas fallecidas antes del golpe bajo una nueva categoría: víctimas de ejecución sumaria, una categoría creada para la ocasión por la secretaría de Derechos Humanos. Entre esas víctimas figuran ocho de los 12 guerrilleros muertos en Formosa, durante el intento de copamiento del cuartel. La nómina es encabezada por razones alfabéticas por Fernando Abal Medina, muerto en un tiroteo con la policía hace 40 años. La fuente de información es Redefa, que es el Registro de Fallecidos de la ley 24.411, que establece una indemnización para los parientes de desaparecidos y muertos. Es decir, que los parientes primero cobraron esa indemnización y luego estas personas pasaron a integrar el Nunca Más y los monumentos como el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado de la Costanera porteña. A marzo de este año, esa indemnización era de $ 620.919. Una asimetría si se considera lo que cobraban los parientes de los soldados conscriptos muertos en Formosa: $ 842 mensuales. El Estado ha seguido pagando indemnizaciones por ese concepto desde 2006 para acá. Esta "operación" de los Kirchner desnaturaliza el sentido del Nunca Más, de las indemnizaciones a las víctimas del terrorismo de Estado y de los monumentos al respecto. Los Kirchner confunden a las víctimas del terrorismo de Estado con los combatientes caídos en combate, que también son respetables pero que no pueden ser considerados víctimas del terrorismo de Estado. Una cosa es un combatiente y otra cosa es una víctima. El Estado democrático no debería exaltar la figura del combatiente por la revolución, en contra de la democracia, ni pagarle una indemnización a sus parientes. Es una confusión peligrosa.
- ¿Existe una laguna historiográfica en lo referido a la violencia armada que sufrió nuestro país entre 1973 y el 24 de marzo de 1976?
- Sí, absolutamente. Los periodistas e historiadores no se sienten cómodos escribiendo libros sobre la actividad de los grupos guerrilleros en ese periodo, en el cual hubo cuatro gobiernos constitucionales del peronismo. Les es más fácil, más cómodo, escribir sobre otros episodios, vinculados al terrorismo de Estado.
© LA GACETA
"El Estado democrático no debería exaltar la figura del combatiente por la revolución"
Operación Primicia fue el nombre con el que Montoneros bautizó a su primera acción armada contra un cuartel. La irrupción en el Regimiento de Monte 29, en Formosa, se produjo el 5 de octubre de 1975 y fue precedido por el secuestro de un avión de Aerolíneas Argentinas (con 102 pasajeros y seis tripulantes a bordo) que usarían para fugarse después del ataque, aterrizando en una pista improvisada en un campo de Santa Fe. La historia tiene todos los condimentos de una película de acción pero también las marcas de la violencia que enlutó al país: 25 muertos en un feroz tiroteo. Operación Primicia es también el título del nuevo libro de Ceferino Reato, editor jefe del diario Perfil y autor de Operación Traviata, el best seller que investigó la muerte de José Ignacio Rucci.
- ¿Qué pasó con Montoneros desde la muerte de Rucci y hasta la puesta en marcha de Operación Primicia?
- La muerte de Rucci significa un abierto desafío de Montoneros al liderazgo de Perón y convence al anciano general de que ya no podía contar con al menos un sector de la cúpula de Montoneros. A partir de ahí, el enfrentamiento se va agudizando y Montoneros se va convirtiendo en un grupo cada vez más militarizado, donde el fusil prima sobre la política. En ese desplazamiento, Montoneros es afectado por algunas divisiones y desgajamientos, como Lealtad. Yo no creo, como otros autores, que Perón estaba de punta contra todo Montoneros; por el contrario, sostengo que Perón aspiraba a contener bajo su liderazgo al grueso de ese grupo, al que consideraba importante para equilibrar el peso creciente de la derecha de su Movimiento. En simultáneo, en Montoneros se mezcla un desencanto con el liderazgo de Perón, al que ven volcado hacia la derecha, con el oportunismo de sectores que se habían hecho peronistas pero sólo por una cuestión táctica. Hacia el 1 de Mayo de 1974, cuando la ruptura quedó cristalizada en el acto en la Plaza de Mayo, la cúpula de Montoneros ya sabía que no había retorno con Perón pero no lo decía en público por una cuestión táctica, como queda claro en el documento Curso de Formación de Cuadros, revelado por la revista Lucha Armada en sus números 10 y 11. Perón muere el 1 de julio de 1974 y dos meses después, Montoneros vuelve a la lucha armada, a la clandestinidad, para, según dijeron, preparar las milicias con las que soñara Evita. Operación Primicia, el 5 de octubre de 1975, expresa el convencimiento de Montoneros de que el golpe, del que tanto se hablaba, era inevitable; por lo tanto, ellos debían dar un salto en su calidad militar y constituirse como ejército popular. De hecho, este ataque al cuartel de Formosa es el debut del Ejército Montonero. Hacia ese momento, Montoneros tenía menos representación política que dos años atrás pero seguía siendo una organización político militar importante, un actor relevante para el resto de los actores políticos, económicos y militares, por ejemplo para el Ejército, que no vacilaba en reunirse con ellos, como explico en el libro.
- ¿Cómo fue el proceso de investigación para este nuevo libro?
- Lo más difícil siempre es elaborar el esquema, el sumario del libro. El esqueleto que sostendrá el cuerpo del libro. Luego, la investigación en sí me llevó un año. Lo mejor que hice fue viajar rápidamente al lugar de los hechos, a Formosa, y también a Resistencia, que era como la capital de montoneros en el nordeste del país. Ahí tomé contacto con muchas fuentes directas, tanto de un lado como del otro. Y conocí a gente que me ayudó mucho, como Julio Ortiz, maestro retirado e historiador local. En Buenos Aires, hice otras decenas de entrevistas, mientras Ortiz realizaba unas 60 entrevistas en la capital formoseña y también en el interior.
Volví a Formosa a fines de mayo de este año, cuando el libro estaba casi listo, para corroborar datos.
- ¿Por qué cree que no pudo obtener testimonios como el del actual diputado y ex montonero Carlos Kunkel?
- No lo sé; en el caso de Kunkel supongo que es muy desconfiando con un sector del periodismo. Está, lógicamente, en su derecho, como yo estoy en mi derecho de reconstruir eventos que lo involucran a partir de fuentes confiables. Así lo hice, consultando a ex montoneros que militaron con él tanto en Resistencia como en Corrientes, ciudades a las que fue enviado por la cúpula de Montoneros a principios de 1974, luego de su renuncia a la Cámara de Diputados y de su expulsión del peronismo a causa de su enojo con una reforma del Código Penal impulsada por el presidente Perón para endurecer la lucha contra la guerrillla. Algunos de esos ex militantes estuvieron con él en la cárcel, en Resistencia.
- ¿Cuál es la relación del ataque al Regimiento de Monte 29 con el golpe del 76?
- Es una relación directa, estrecha. En aquel momento, el gobierno constitucional de Isabel Perón estaba muy deteriorado por la violencia política, la inflación, el descalabro económico y las denuncias de corrupción. Había fuertes rumores de golpes y muchos cuestionaban la capacidad y la entereza de la viuda de Perón para gobernar el país en una situación tan crítica. El ataque de Montoneros sorprendió a todos y alarmó a las Fuerzas Armadas, además de conmocionar al país, en especial por la muerte de los diez soldados conscriptos. Luego del ataque, hubo urgentes reuniones entre políticos y jefes militares, en las que el senador Italo Luder, que era el presidente interino del país porque Isabel estaba de licencia médica, fue presionado para que desplazara a la Presidenta y completara el mandato del peronismo, que vencía el 25 de mayo de 1977 aunque ya había acuerdo para adelantar las elecciones a octubre o noviembre de 1976. Luego de algunas dudas, Luder dice que no, que él no sería el traidor de la viuda del General. Ahí, Videla y Massera, especialmente Massera, fijan la fecha del golpe, que sería casi seis meses después, como relato en el libro.
- ¿Cómo pasaron los montoneros muertos de Operación Primicia a integrar las nóminas de desaparecidos?
- Fue una "operación" que el gobierno de Néstor Kirchner dio a conocer en 2006, en la Feria del Libro, cuando presentó la actualización de los listados del Nunca Más, del informe de la Conadep, la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. Los nuevos listados del Nunca Más incluyen a 526 personas fallecidas antes del golpe bajo una nueva categoría: víctimas de ejecución sumaria, una categoría creada para la ocasión por la secretaría de Derechos Humanos. Entre esas víctimas figuran ocho de los 12 guerrilleros muertos en Formosa, durante el intento de copamiento del cuartel. La nómina es encabezada por razones alfabéticas por Fernando Abal Medina, muerto en un tiroteo con la policía hace 40 años. La fuente de información es Redefa, que es el Registro de Fallecidos de la ley 24.411, que establece una indemnización para los parientes de desaparecidos y muertos. Es decir, que los parientes primero cobraron esa indemnización y luego estas personas pasaron a integrar el Nunca Más y los monumentos como el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado de la Costanera porteña. A marzo de este año, esa indemnización era de $ 620.919. Una asimetría si se considera lo que cobraban los parientes de los soldados conscriptos muertos en Formosa: $ 842 mensuales. El Estado ha seguido pagando indemnizaciones por ese concepto desde 2006 para acá. Esta "operación" de los Kirchner desnaturaliza el sentido del Nunca Más, de las indemnizaciones a las víctimas del terrorismo de Estado y de los monumentos al respecto. Los Kirchner confunden a las víctimas del terrorismo de Estado con los combatientes caídos en combate, que también son respetables pero que no pueden ser considerados víctimas del terrorismo de Estado. Una cosa es un combatiente y otra cosa es una víctima. El Estado democrático no debería exaltar la figura del combatiente por la revolución, en contra de la democracia, ni pagarle una indemnización a sus parientes. Es una confusión peligrosa.
- ¿Existe una laguna historiográfica en lo referido a la violencia armada que sufrió nuestro país entre 1973 y el 24 de marzo de 1976?
- Sí, absolutamente. Los periodistas e historiadores no se sienten cómodos escribiendo libros sobre la actividad de los grupos guerrilleros en ese periodo, en el cual hubo cuatro gobiernos constitucionales del peronismo. Les es más fácil, más cómodo, escribir sobre otros episodios, vinculados al terrorismo de Estado.
© LA GACETA