13 Septiembre 2010
La feria del Manantial parece un híbrido de varios mundos. Las estrofas de alegres cumbias se mezclan con los balidos de los corderos próximos a conocer el cuchillo; junto a tiendas que ofertan ropa a precios increíbles, otros comerciantes exponen diferentes carnes asadas; a metros de un puesto de venta de juegos electrónicos, un hombre ofrece su pintoresco pony para que los niños se saquen fotografías.
En esa confusa maraña de carpas y toldos, ubicada en la plaza principal, todo es mercancía. Todo tiene precio. Hasta la seguridad.
Los feriantes afirman que le pagan cada domingo entre 50 centavos y $ 5 a agentes de la comisaría del Manantial, que está situada justo al frente de ese mercado. "Es como una colaboración. Hace un ratito pasaron. A mí de mucho no me sirve, porque si me roba un ?punguista? no me conviene hacer la denuncia. De todas formas, les doy algunas monedas a los policías por las dudas", reflexionó Mario, de 45 años.
Todos los comerciantes que fueron consultados por LA GACETA afirmaron que abonan esta "colaboración". Sin embargo, desde la comisaría negaron que esto sea cierto. "Hay un arreglo con la comuna por el tema seguridad. Ellos pagan por un servicio adicional, pero nosotros no tenemos nada que ver con esto", coincidieron tres policías.
El delegado comunal, Héctor Ramón Ferreyra, desmintió esto. "El tema seguridad lo brinda la Policía; para eso está. Lo único que nos abonan los feriantes es el derecho de ocupación del piso, que consta en el código tributario comunal, debido a que se trata de un espacio común", aseveró.
"Esto pasa en casi todas las ferias. Trabajo acá desde hace 10 años y no estoy de acuerdo con esto. Pero no me quiero poner en contra de ellos", dijo Luis.
Una vendedora de ropa, que no quiso dar su nombre, se mostró muy molesta con esta situación. "Se supone que lo mismo deberíamos tener seguridad, por más que no les paguemos. Es poca plata, pero somos 600 feriantes. Vaya uno a saber qué hacen con ese dinero", expresó la mujer.
Los feriantes aseguran que quienes se encargan de la recaudación son los uniformados. "De vez en cuando aparece un canoso de civil, pero a ese no le doy nada", dijo Jorge, de 36 años.
El delegado comunal aseveró que tenía conocimiento sobre estos episodios, pero que no pudo denunciarlos. "Fui 10 o 20 veces a hablar con el ministro de Seguridad (Mario López Herrera), y jamás me atendió. Me recibe su secretaria, con mala cara y tratándome mal, sin respetar mi jerarquía. Soy subsecretario de Estado; yo y los 6.000 vecinos de El Manantial que me votaron merecemos más respeto", reclamó. Y agregó que el "canon por seguridad" no es la única irregularidad. "Desgraciadamente, aquí hay un montón de intereses creados, lo cual dificulta a veces el buen funcionamiento de la misma comuna. En El Manantial hay dos locales bailables donde se matan a golpes. Yo envié resoluciones a la comisaría y avisé un millón de veces que esos boliches no están habilitados. Igual funcionan. Y, en la puerta, está estacionada la camioneta de la Policía", graficó.
En esa confusa maraña de carpas y toldos, ubicada en la plaza principal, todo es mercancía. Todo tiene precio. Hasta la seguridad.
Los feriantes afirman que le pagan cada domingo entre 50 centavos y $ 5 a agentes de la comisaría del Manantial, que está situada justo al frente de ese mercado. "Es como una colaboración. Hace un ratito pasaron. A mí de mucho no me sirve, porque si me roba un ?punguista? no me conviene hacer la denuncia. De todas formas, les doy algunas monedas a los policías por las dudas", reflexionó Mario, de 45 años.
Todos los comerciantes que fueron consultados por LA GACETA afirmaron que abonan esta "colaboración". Sin embargo, desde la comisaría negaron que esto sea cierto. "Hay un arreglo con la comuna por el tema seguridad. Ellos pagan por un servicio adicional, pero nosotros no tenemos nada que ver con esto", coincidieron tres policías.
El delegado comunal, Héctor Ramón Ferreyra, desmintió esto. "El tema seguridad lo brinda la Policía; para eso está. Lo único que nos abonan los feriantes es el derecho de ocupación del piso, que consta en el código tributario comunal, debido a que se trata de un espacio común", aseveró.
"Esto pasa en casi todas las ferias. Trabajo acá desde hace 10 años y no estoy de acuerdo con esto. Pero no me quiero poner en contra de ellos", dijo Luis.
Una vendedora de ropa, que no quiso dar su nombre, se mostró muy molesta con esta situación. "Se supone que lo mismo deberíamos tener seguridad, por más que no les paguemos. Es poca plata, pero somos 600 feriantes. Vaya uno a saber qué hacen con ese dinero", expresó la mujer.
Los feriantes aseguran que quienes se encargan de la recaudación son los uniformados. "De vez en cuando aparece un canoso de civil, pero a ese no le doy nada", dijo Jorge, de 36 años.
El delegado comunal aseveró que tenía conocimiento sobre estos episodios, pero que no pudo denunciarlos. "Fui 10 o 20 veces a hablar con el ministro de Seguridad (Mario López Herrera), y jamás me atendió. Me recibe su secretaria, con mala cara y tratándome mal, sin respetar mi jerarquía. Soy subsecretario de Estado; yo y los 6.000 vecinos de El Manantial que me votaron merecemos más respeto", reclamó. Y agregó que el "canon por seguridad" no es la única irregularidad. "Desgraciadamente, aquí hay un montón de intereses creados, lo cual dificulta a veces el buen funcionamiento de la misma comuna. En El Manantial hay dos locales bailables donde se matan a golpes. Yo envié resoluciones a la comisaría y avisé un millón de veces que esos boliches no están habilitados. Igual funcionan. Y, en la puerta, está estacionada la camioneta de la Policía", graficó.
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