11 Septiembre 2010
"Paradójica". Este es el adjetivo con el que el diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, Ricardo Alfonsín, califica a Tucumán. Y llena de contenido esa definición cuando, durante su diálogo con LA GACETA, se le pide que haga una evaluación sobre la situación de esta provincia.
"Tucumán cuenta con excelente capital social, tecnológico e intelectual, y con riquezas naturales, pero no se pudo desarrollar como debiera porque no conectó todas sus capacidades. Perdieron muchas oportunidades", se lamenta.
- ¿Le preocupan las presiones del Gobierno a la Justicia?
- Por supuesto. La sociedad ya las registra, aunque haya algunas (presiones) que son sordas y ocultas. El Consejo de la Magistratura fue rediseñado para influir de manera negativa. Un país cuyos gobernantes no acatan estrictamente la ley ni la Constitución, no es confiable. La falta de seriedad no es un buen estímulo para atraer inversiones, o las que llegarán no serán las mejores. Y sin crecimiento no se podrá atender mejor la educación, la salud y la seguridad.
- ¿Está garantizada la gobernabilidad del país?
- Se lo puede plantear gane quien gane, porque ningún partido tendrá mayoría parlamentaria sino que la representación estará fragmentada y ningún sector podrá dictar leyes por sí solo. Se impone la negociación, y hemos madurado. Los irresponsables tendrán un acotado margen de maniobra. Hay que reformular el régimen político, porque la debilidad del sistema se parece mucho a su inexistencia.
- Al país no le fue bien con las fórmulas con candidatos de distintos partidos. ¿La de la UCR debería ser con dos radicales?
- Es un síntoma de inmadurez; hay que tratar de reunir a quienes piensan diferente, aunque las experiencias no fueron buenas. Mi primera gestión, si fuese Presidente, sería convocar a los partidos, a los gobernadores y a los sectores de la economía y del trabajo para tratar de consensuar cuestiones esenciales y salir del estancamiento entre todos.
- ¿Cómo se encuentra la UCR nacional?
- Muy buen. Está atravesando una recuperación importante aunque con final abierto porque si no actuamos con grandeza, con inteligencia, con amplitud y con honestidad intelectual, eligiendo bien las prioridades y con sentido patriótico, vamos a defraudar a la sociedad. Estamos trabajando los programas, y varios se conocerán hasta diciembre.
"Tucumán cuenta con excelente capital social, tecnológico e intelectual, y con riquezas naturales, pero no se pudo desarrollar como debiera porque no conectó todas sus capacidades. Perdieron muchas oportunidades", se lamenta.
- ¿Le preocupan las presiones del Gobierno a la Justicia?
- Por supuesto. La sociedad ya las registra, aunque haya algunas (presiones) que son sordas y ocultas. El Consejo de la Magistratura fue rediseñado para influir de manera negativa. Un país cuyos gobernantes no acatan estrictamente la ley ni la Constitución, no es confiable. La falta de seriedad no es un buen estímulo para atraer inversiones, o las que llegarán no serán las mejores. Y sin crecimiento no se podrá atender mejor la educación, la salud y la seguridad.
- ¿Está garantizada la gobernabilidad del país?
- Se lo puede plantear gane quien gane, porque ningún partido tendrá mayoría parlamentaria sino que la representación estará fragmentada y ningún sector podrá dictar leyes por sí solo. Se impone la negociación, y hemos madurado. Los irresponsables tendrán un acotado margen de maniobra. Hay que reformular el régimen político, porque la debilidad del sistema se parece mucho a su inexistencia.
- Al país no le fue bien con las fórmulas con candidatos de distintos partidos. ¿La de la UCR debería ser con dos radicales?
- Es un síntoma de inmadurez; hay que tratar de reunir a quienes piensan diferente, aunque las experiencias no fueron buenas. Mi primera gestión, si fuese Presidente, sería convocar a los partidos, a los gobernadores y a los sectores de la economía y del trabajo para tratar de consensuar cuestiones esenciales y salir del estancamiento entre todos.
- ¿Cómo se encuentra la UCR nacional?
- Muy buen. Está atravesando una recuperación importante aunque con final abierto porque si no actuamos con grandeza, con inteligencia, con amplitud y con honestidad intelectual, eligiendo bien las prioridades y con sentido patriótico, vamos a defraudar a la sociedad. Estamos trabajando los programas, y varios se conocerán hasta diciembre.
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